BBVA fulmina a su consejero delegado para buscar un nuevo impulso del negocio

Cano se prejubila con un plan de pensiones donde tiene acumulados 26,03 millones de euros, tras haber recibido una aportación de 2,62 millones de euros el año pasado. Se trata de una cantidad considerable pero muy inferior a los 79,7 millones del fondo de pensiones del presidente del banco, Francisco González, que retiró esa cantidad en 2010, cuando cumplió los 65 años de edad, aunque con el compromiso de que no podrá disfrutar de ella mientras mantenga funciones ejecutivas en el grupo financiero.

Cano, que sólo tiene 53 años, ha sido el número dos del banco desde 2009 y, como explicaba él de forma informal, se había 'comido' los años duros de la crisis. Sin embargo, aunque ya pasó la recesión y la reestructuración financiera, para el BBVA como para todos los bancos, el futuro se presenta incierto y su principal reto es lograr una rentabilidad adecuada en un entorno de bajos tipos de interés y de aumento de la competencia. En el primer trimestre de este año, el BBVA ganó 1.536 millones de euros, un 146% más, pero gracias sobre todo a las plusvalías obtenidas por la venta del 5,6% de banco chino CNCB. La actividad en España no termina de despegar: el crédito bruto cae un 3,5%, el margen bruto sólo sube un 1,9% y el beneficio atribuido disminuye un 9,6%. Sorprendió que en sus últimas intervenciones tanto el presidente Francisco González como Ángel Cano denunciaran que había entidades que estaban concediendo créditos a pérdida, en lo que se interpretó como un intento de evitar una guerra de créditos, lo que dañaría sus márgenes comerciales o su cuota de mercado. El mercado recibió los últimos resultados con una caída d ela acción del 3,7%.

Carlos Torres, el nuevo consejero delegado, nacido en 1966, ha sido director corporativo de estrategia y director financiero de Endesa y, antes de eso, fue socio de McKinsey entre 1990 y 2002. Se graduó en ingeniería eléctrica y en Administración de Empresas en el MIT y en Derecho por la UNED. Durante cuatro meses de 2008 fue presidente ejecutivo de Isofotón. A él le corresponderá afrontar la transformación digital del BBVA como «principal prioridad estratégica del grupo», como dice el banco. No obstante, esta lleva siendo la prioridad de la entidad desde hace años, según ha repetido muchas veces su presidente Francisco González, que recalca que el BBVA empezó hace una década la transformación digital. Torres procede precisamente de ese área, como también procedía del área digital y de recursos humanos Ángel Cano. «Ángel ha sido un gran consejero delegado durante unos años muy complejos y ahora comenzamos una nueva fase para avanzar hacia nuestro objetivo de ser el mejor banco universal de la era digital», señaló González. La apuesta de su más directo competidor, el Banco Santander, también por la digitalización puede haber empujado a renovar la estrategia digital. Fuentes del sector también apuntan a un alejamiento cada vez mayor entre el presidente y el consejero delegado respecto al proyecto del banco. González consideraba que la apuesta digital del BBVA iba muy lenta y que el banco tendría que estar viendo ya el resultado. Además de la sustitución del consejero delegado, el Consejo de Administración decidió, asimismo, un cambio en la estructura del grupo para potenciar los resultados de las franquicias y las capacidades digitales. Fuentes del banco, explicaron que con los nuevos nombramientos se pretende incorporar gente más joven, con perfil digital y global. En la nueva estructura se crea un área totalmente enfocada a la gestión de las redes y operaciones de todos los países, es decir, para promover el negocio comercial de las franquicias. Como responsable de este área de redes de países (Country Networks) está Vicente Rodero, que mantiene su función al frente de BBVA Bancomer. Entre los objetivos del banco se incluye el desarrollo de productos digitales, transformar el modelo de negocio de cada geografía -lo que significa que no estaba dando el resultado previsto el modelo en las filiales- y «acelerar el cambio cultural del grupo hacia una organización más ágil y flexible» facilitando la incorporación de talento.