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Un avión se dirige a la pista en el aeropuerto de Dubai
Las aerolíneas piden más pista

Las aerolíneas piden más pista

Con unas expectativas claras de crecimiento a corto y medio plazo, el capital árabe va dominando el sector

José Antonio Bravo

Sábado, 11 de abril 2015, 07:27

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«El cielo está enladrillado. ¿Quién lo desenladrillará?...». El famoso trabalenguas se ha tornado en realidad con el despegue espectacular del sector aéreo durante los últimos años, que ha cambiado esos 'ladrillos' volantes por aviones... miles de aviones cada día. Números en mano, entre 8.000 y 13.000 aparatos sobrevuelan cada jornada el mundo, en los cuales trabajan entre 48.000 y 78.000 tripulantes y, entre todos, mueven a más de cuatro millones de pasajeros.

Son cálculos de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zurich (Suiza), de los que se extrae también otro dato revelador: un avión ha de pasar más del 90% de su tiempo volando para ser rentable. Y eso que bases para descansar no le faltarían: en todo el globo hay 9.000 aeropuertos por los que pasan cada año más de 2.300 millones de personas.

El negocio parece asegurado, al menos a medio plazo. En 2014 las aerolíneas comerciales ingresaron 751.000 millones de dólares (con casi 20.000 de beneficio) y este año esperan un 4,2% más. Las últimas previsiones de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés), el 'lobby' que agrupa a la mayoría de las aerolíneas del mundo, apuntan que el número de pasajeros se duplicará con creces en el horizonte de 2032, al igual que el impacto económico del sector que alcanzará los 5,8 billones de dólares (casi 5,3 billones de euros).

Según sus cálculos, el incremento anual del tráfico será incesante y especialmente acusado en los llamados mercados emergentes. Así, mientras en las regiones maduras como Europa y Norteamérica las subidas en el número de pasajeros serán del 3,8% y el 3%, respectivamente, en Oriente Medio prácticamente se duplicará ese nivel (6,3% por año de media), seguido de cerca por el mercado de Asia-Pacífico (5,5%), Latinoamérica y el Caribe (5,4%) e incluso también África (5,1%).

La seguridad pasa factura... pero menos

  • caso germanwings

  • El sector de las aerolíneas se vio conmocionado el pasado 24 de marzo con el trágico accidente de un avión de la aerolínea 'low cost' alemana Germanwings. Aunque finalmente se supo que el responsable fue el copiloto, con tendencias suicidas, se reabrió el debate de la seguridad.

  • Si bien la posibilidad de siniestros es sólo de una entre 1,4 millones de vuelos, los ajustes de costes drásticos realizados por algunos operadores de bajo coste les han situado en el disparadero. Con todo, el catedrático de Marketing en ESADE Josep-Francesc Valls sostiene que son hechos aislados, como aquellas que en el pasado volaron con el combustible «excesivamente ajustado». «La normativa es dura, las sanciones importantes y las autoridades rigurosas», apunta.

  • Desde el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos, comparten su opinión, aunque en el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial se muestran más críticos. Creen, por ejemplo, que la no renovación de la flota perjudica la calidad del servicio.

  • Estadística en mano, el accidente de Germanwings -en plena reestructuración- fue el segundo en las 'low cost', que apenas tienen 20 años de historia en Europa. Pese a ello, las grandes aerolíneas cayeron en Bolsa tras el siniestro. Casi todas se recuperaron días después menos su matriz, Lufthansa, que arrastra una caída del 8% perjudicada también por la huelga de sus pilotos.

La estimación de IATA para Oriente Medio no es ni mucho menos gratuita. Y es que si hablamos de motores del sector para los próximos años, seguramente décadas, hay que mirar a los Emiratos Árabes y a sus aerolíneas. Abu Dhabi a través de Etihad, Qatar mediante Qatar Airways y Dubai con Emirates pretenden hacer del Golfo Pérsico la mayor base aérea ('hub') del mundo. Y recursos financieros no les faltan.

Gracias a la ventaja de un petróleo más barato -sus países figuran entre los principales productores internacionales de crudo- y de estar plenamente respaldados por sus Estados -sus competidores occidentales se quejan de que el apoyo público que reciben quiebra el libre juego de la competencia-, su crecimiento no parece tener fin. Dubai, por ejemplo, ha construido el mayor aeropuerto de tráfico internacional del mundo, que alberga regularmente a más de 60 aerolíneas y es transitado por 69 millones de viajeros.

Por si fuera poco, está construyendo por fases -la primera ya está abierta- otro aeropuerto a unos 35 kilómetros al sur, que aspira a conquistar el cetro mundial con hasta 160 millones de pasajeros anuales. Si añadimos las bases de Qatar Airlines en Doha y Etihad en Abu-Dhabi, en una distancia de poco más de 400 kilómetros se concentrará el mayor flujo de tráfico mundial, con casi 185 millones de pasajeros.

Europa trata de resituarse

Ante este empuje, los aeropuertos europeos que servían tradicionalmente de puntos de conexión para volar de un lado al otro del mundo, como Heathrow en Londres y Charles de Gaulle en París temen perder sus puestos de privilegio. Lo mismo pasa con sus aerolíneas. Air France, que tuvo que fusionarse hace un decenio con la holandesa KLM para ganar músculo, se encuentra aún en pleno ajuste de costes : su plan 'Perform' ha sustituido el 'Transform', que buscaba reducir las «divergencias de competitividad».

«Las compañías del Golfo son gigantes que no existían hace 15 años, las chinas van por el mismo camino y las norteamericanas se están recolocando en primera línea mundial», apuntaban hace pocas fechas desde su dirección general. Y eso sin olvidar la pujanza de los operadores 'low cost (bajo coste)' como Ryanair, que con 86,4 millones de pasajeros al año casi iguala a Air France-KLM.

Por eso, varias compañías tradicionales decidieron hace unos años replicar ese mismo modelo, que hoy en día copa el 32% del mercado europeo aunque en algunos países llega a la mitad, como Polonia (52%), España (49%) e Irlanda (48%). Así nacieron Iberia Express y Germanwings, filial de Lufthansa, aunque la alemana ya tenía sobre la mesa antes del reciente accidente en los Alpes su posible cierre a finales de año por cuestiones financieras -en 2014 perdió 732 millones de euros-.

Todo lo contrario ocurre con la española Vueling, que tras su entrada en el 'holding' angloespañol IAG junto a British Airways e Iberia ha logrado consolidarse en el 'top 5' de los operadores 'low cost'. Sus 21,5 millones de pasajeros anuales la sitúan en el cuarto lugar y con la mirada ya puesta en Norwegian Airlines (24 millones). Precisamente la aerolínea noruega es la única de este subsector que ha explorado el negocio de los vuelos transcontinentales con conexiones a Estados Unidos.

Ryanair, con una distancia holgada sobre el segundo operador de este mercado, la también británica Easyjet (65,3 millones de pasajeros al año), se planteó seguir sus pasos para cruzar el Atlántico. El plan, sin embargo, está aparcado y sólo vería la luz con una nueva compañía donde participaría junto a otros socios.

Para David Höhn, socio responsable de Transporte de KPMG España, «el capital árabe va a seguir moviendo el mercado en los próximos años». Dará 'gasolina' a las concentraciones que se necesitan para ganar rentabilidad. El mejor ejemplo son los 1.500 millones de euros que Qatar invirtió para hacerse en enero con el 10% de IAG y ser su socio de referencia. Dinero fresco que le permite estudiar nuevas adquisiciones: Aer Lingus (Irlanda) e incluso TAP (Portugal).

«El sector vive un momento competitivo muy duro», apunta el profesor de Marketing de ESADE Josep-Francesc Valls. «Es momento de redefinir estrategias porque dos tercios de los clientes piden ya más que buenos precios: buscan valor añadido».

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