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Rajoy participa antes de la cumbre en un reunión con la patronal británica en apoyo al acuerdo de libre comercio que se negocia entre Europa y Estados Unidos.
Europa ratifica su cambio de discurso y centra sus esfuerzos en la inversión

Europa ratifica su cambio de discurso y centra sus esfuerzos en la inversión

Los jefes de Estado y de gobierno de los 28 dan su aval político al 'plan Juncker' pero piden más detalles para aportar dinero al fondo común

ADOLFO LORENTE

Viernes, 19 de diciembre 2014, 01:13

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«Tras seis años de sacrificio y lucha para restaurar nuestra credibilidad fiscal y promover las reformas, pasamos página. La inversión es el futuro y Europa está a favor de ella. Todo el mundo debe saber que Europa ha vuelto». Lo aventuró Jean-Claude Juncker hace apenas unas semanas y este bendito 18 de diciembre llegó el día. Los líderes del Viejo Continente volvieron a hablar de crecimiento, de cambiar el paso para salir de una espiral de depresión que ha costado millones de empleos. El ahora o nunca se llama 'plan Juncker', la llave maestra que pretende movilizar 315.000 millones de inversión privada hasta 2017 para crear 1,3 millones de puestos de trabajo. Y ayer, en Bruselas, recibió todas las bendiciones políticas de los jefes de Estado y de gobierno de los Veintiocho, incluida Angela Merkel.

LAS CIFRAS

Fue una cumbre especial. Primero, porque fue el primer Consejo Europeo presidido por el polaco Donald Tusk, que tomó posesión del cargo el día 1 en sustitución de Herman van Rompuy. Segundo, porque por primera vez en muchísimo tiempo la cumbre comenzó y concluyó el mismo día. Y tercero, por el aval político que logró el nuevo discurso económico sostenido por la Comisión.

«Necesitamos cerrar con urgencia la brecha provocada tras haber caído las inversiones 430.000 millones respecto a 2007. No hay tiempo que perder», recalcó el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, que como es habitual abrió el programa del Consejo. «El plan de inversión es una señal inequívoca de nuestro compromiso de situar a Europa en una senda de empleo y crecimiento que garantice la prosperidad», apostilló.

Larga espera hasta junio

La música ha comenzado a sonar, todos se sienten cómodos con la nueva melodía pero el debate sigue muy abierto. Es momento de ponerle letra, de concretar cómo se invertirá, quién lo decidirá, dónde se hará... Es lo difícil, los detalles. «Es un proceso que se inicia formalmente ahora y que se terminará en junio», señaló Mariano Rajoy para justificar la polémica decisión de España de no publicar aún la lista de proyectos que, por valor de casi 53.000 millones, ha presentado ante la UE -es el único socio que no lo ha hecho-. «No podemos decir qué queremos que se haga en base a un reglamento que no conocemos. Potencialidades tenemos muchas y en muchos sectores», destacaron fuentes de Moncloa.

Con ciertas reservas, desde las 28 capitales europeas ya han mostrado su predisposición a aportar dinero al fondo, entre 15.000 y 20.000 millones en función de la letra pequeña. Pero antes demandan, como se prometió, que las cantidades aportadas no computen como déficit para Eurostat, y además, saber quién toma las decisiones, quién decide qué proyectos son «buenos» para Europa.

La teoría dice que será un equipo de técnicos que no se regirá por cuotas nacionales, pero esa falta de concreción es difícil de digerir por mucho que Juncker pida «pensar con mentalidad europea». Para muestra, las declaraciones del presidente francés, François Hollande: «Añadiremos créditos y financiación al plan para que en nuestro propio país haya más inversiones y más apoyo al crecimiento». Es decir, nada de Europa y sí una explícita mención a lo «nuestro».

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que la inversión es «fundamental» para el futuro de la economía. La «privada», matizó, pues una de las grandes líneas rojas trazadas desde Berlín es que no haya más deuda». Así ha sido. La fórmula escogida para el llamado Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas está basada en usar dinero público, pero hacerlo como garantía para apalancar todo el dinero privado posible.

Los Veintiocho, además, volvieron a poner negro sobre blanco que las reformas y la consolidación fiscal son «esenciales» para que Europa vuelva al crecimiento. Porque el Pacto de Estabilidad sigue más vigente que nunca. La gran novedad es el mensaje. Ya no se habla de austeridad a ultranza. «Flexibilidad» lo llaman.

son los millones de inversión privada que la Comisión pretende movilizar utilizando 16.000 millones de fondos estructurales ya existentes y 5.000 más del Banco Europeo de Inversión.

El 'plan Juncker' pretende crear 1,3 millones de puestos de trabajo entre el periodo 2015-2017. Una cifra estimada que podría verse incrementada si los Estados deciden aportar más dinero.

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