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Jean-Claude Juncker.
Juncker sale indemne de la  moción de censura de los eurófobos

Juncker sale indemne de la moción de censura de los eurófobos

Los grandes partidos centran el debate en criticar el antieuropeísmo de Farage y Le Pen en vez de hablar de la elusión fiscal del 'Luxleaks'

ADOLFO LORENTE

Martes, 25 de noviembre 2014, 00:33

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Hacía nueve años que el Parlamento Europeo no debatía una moción de censura para intentar derrocar a la Comisión en ejercicio. El señalado era Jose Manuel Durao Barroso y el dedo acusador procedía de los euroescépticos británicos del UKIP. Sólo hubo ruido. Ayer, el 'déjà vu' dominó el inicio de la sesión plenaria de la Eurocámara. Mismo dedo índice pero con distinta víctima: Jean-Claude Juncker y por ende, sus 27 comisarios. Porque en el hipotético caso de que la moción prosperase, algo que no ocurrirá (se votará el jueves), todo su Ejecutivo caería con él por el precipicio. Pero esto es política ficción, porque lo acontecido en la tarde de ayer en Estrasburgo apenas pasó de los anecdótico.

La iniciativa presentada para intentar derrocar a Juncker cuando apenas lleva 24 días al frente del Ejecutivo de Bruselas llevaba el sello de los 44 integrantes del grupo euroescéptico de la Europa de la Libertad y de la Democracia Directa -abanderado por el británico Farage y el populista italiano Beppe Grillo- así como de 32 parlamentarios del grupo de los No Inscritos. La mayoría pertenecen a la extrema derecha y entre sus rostros destaca el de Marine Le Pen, ganadora en las últimas elecciones comunitarias en Francia. Un total de 76 eurodiputados que exigían la destitución de Jean-Claude Juncker por haber sido el «cerebro de una trama en la que Luxemburgo ha permitido que cientos de empresas evadan impuestos en Europa», como denunció ayer la populista líder gala.

Se trata del llamado 'caso Luxleaks', que ha salpicado de lleno al presidente de la Comisión ya que han salido a la luz acuerdos secretos suscritos entre el Gran Ducado y al menos 340 multinacionales a través de los cuales se les confeccionaban trajes fiscales a medida para que pagasen un Impuesto de Sociedades irrisorio. Se da la pequeña coincidencia que Juncker fue durante 18 años primer ministro de aquel país.

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