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La supervisión única traerá bancos más seguros y créditos más costosos

El BCE vigilará a las entidades más importantes de la eurozona para prevenir nuevas crisis

AMPARO ESTRADA

Domingo, 26 de octubre 2014, 01:02

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Desde hoy, los ciudadanos de la vieja Europa pueden empezar a sentir que los bancos dejan de ser una espada de Damocles. Sobre este dramático paisaje de bancos quebrados por gestores sin escrúpulos desde Atenas hasta Madrid, de miles de ciudadanos saqueados por productos financieros incomprensibles e incluso a veces delictivos; de inversores atrapados en balances de dudosa solvencia; de cajas de ahorros desaparecidas por la rapiña o negligencia de sus gestores; de decenas de miles de millones de euros de dinero del contribuyente dilapidados en rescates, se pone hoy la primera piedra de un nuevo sistema de supervisión que hurta el control principal sobre las grandes entidades financieras a los bancos centrales nacionales y se lo da a un supervisor independiente. Ningún banco central nacional de la zona euro ha sido capaz de pronosticar y actuar para impedir una debacle bancaria. Todas las actuaciones han sido a posteriori. Claro que tampoco la Autoridad Bancaria Europea (EBA) detectó en sus análisis del 2011 la crisis de la banca irlandesa ni el agujero de Bankia, por ejemplo.

A media mañana se conocerán los resultados de los test de estrés sobre los balances de los 120 principales grupos bancarios de Europa. Estos test son los más exigentes que se han hecho desde el inicio de la crisis y revelarán las tripas de los bancos y su resistencia si vienen mal dadas. Diez días después, el 4 de noviembre, todos estos bancos ya no responderán ante su autoridad nacional, el Banco de España en nuestro caso, sino ante el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), con el liderazgo del Banco Central Europeo (BCE).

Fráncfort, la ciudad sede del BCE y del MUS, se utilizará como metonimia para significar 'el que manda en los bancos'. El Banco de España seguirá teniendo su cuota de mando, pero como ayudante de 'Fráncfort' y con mando en plaza en las entidades no sistémicas. Por entendernos con un símil futbolístico, 'Fráncfort' mandará sobre la Liga, y el Banco de España, sobre la Segunda División. Los 120 grupos bancarios que hoy se desnudan y serán supervisados por el MUS representan el 85% de los activos totales de la zona euro. De esas 120 entidades, 14 serán españolas (es el país que más entidades aporta, sólo por detrás de Alemania, con 21). Indirectamente, el BCE vigilará también las 3.400 entidades más pequeñas.

«Con la supervisión única europea la banca gana un extra de credibilidad y los clientes, si son depositantes, ganan un extra de confianza», señala José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra. «Habrá menos influencia de los banqueros porque el BCE es mucho más frío y sólo mira los datos», dice Montalvo, que también advierte del lado negativo que puede tener que el BCE no sopese que, a veces, son circunstancias temporales las que provocan determinados resultados. «Tiene que haber un punto intermedio entre ser completamente ajeno y el compadreo», concluye. Aunque el BCE ya ha dejado claro a las entidades cómo va a ser la relación: él es quien habla y los bancos nacionales escuchan, no al revés.

El MUS vigila la solvencia de las entidades como prioridad principal, pero también se establecen restricciones y normas para que los gestores bancarios, tanto en banca pública como privada, sean personas de probada honorabilidad e idoneidad. Tras lo que se está descubriendo en los tribunales españoles sobre la actuación de muchos directivos de las cajas, tarjetas 'black' y otros escándalos parecidos, esta vigilancia es imprescindible. Danièle Nouy, presidenta del Consejo de Supervisión del MUS, ha prometido una «supervisión rigurosa y justa» y ha advertido de que «no dudará en actuar cuando sea necesario». A este respecto, Jordi Fábregat, profesor de Finanzas de Esade, afirma: «Cuanto más nos alejemos de los políticos y cuanto más independientes sean los bancos centrales, mejor».

Denuncias

¿Evitará la supervisión del BCE que se produzcan operaciones irregulares o irresponsables en los bancos? Habrá que verlo. Por lo pronto, el BCE se va a dar MUS y va a establecer una herramienta para sacar a la luz prácticas irregulares de los bancos. ¿Cómo? Con delaciones. Suena horrible, a priori, tener que recurrir a chivatos, pero quizá no sea mala idea, a la vista de casos como el del arrepentido de UBS que desveló anónimamente (hasta ser descubierto) grandes fraudes fiscales multimillonarios a través de su banco cometidos por clientes multimillonarios.

Así, el BCE va a crear un mecanismo de notificación a través de Internet, para que cualquier persona pueda comunicar posibles incumplimientos de las entidades financieras europeas. Los expertos del MUS las examinarán y, si concluyen que no se han cumplido las normas, podrán sancionar a la entidad con hasta el 10% de su facturación anual. Lo que parece claro es que, ante una luz roja encendida por los inspectores de Fráncfort, no habrá pasividad como ocurrió en la anterior etapa del Banco de España.

¿Evitará la supervisión única otra crisis financiera? La propia Danièle Nouy contestó claramente a esa pregunta: «Por desgracia, no», pero también señaló a finales de septiembre que «nunca antes una institución europea había estado tan preparada para reducir ese riesgo al mínimo». Evitar nuevas crisis y vigilar la solvencia de las entidades es su primera misión. Ninguna crisis bancaria es estrictamente nacional. Sobre todo, si el país no tiene recursos suficientes para afrontarla, como quedó claro con el préstamo de más de 40.000 millones a España.

Y el tercer gran interrogante: ¿Aumentará la concesión de crédito a familias y empresas? Es uno de los grandes objetivos, pero no está garantizado. Bien al contrario, no es previsible que afecte positivamente al crédito, al menos a corto plazo. No obstante, hay otras medidas que pueden contrarrestarlo. Ya se está empezando a notar algún efecto por las subastas de liquidez barata del BCE destinadas a facilitar la decisión de los bancos comerciales de conceder más crédito, pero los datos globales no revelan apenas incrementos en el dinero disponible para el crecimiento de la economía real. Sea como fuere, el profesor Fábregat dice: «Por primera vez estoy viendo a la banca queriendo financiar proyectos y ofreciendo préstamos a cuatro años (el periodo que les da el BCE para devolverle el importe captado en la subasta de liquidez) con tipos de interés de euribor más dos puntos, aunque, eso sí, sólo para proyectos con muchas garantías». Lo que está claro es que exigir más capital a los bancos les obliga a buscarlo con más ahínco, a pagar más por él, lo que a su vez les lleva a encarecer el crédito.

Aunque el BCE da dinero barato a la banca, con la nueva regulación, el crédito será más caro. El profesor de Dirección Financiera del IESE Jorge Soley advierte de que, «aunque a la larga puede mejorar el volumen de crédito, el precio nunca volverá a ser el de antes de la crisis, cuando la banca casi regalaba el dinero. Habrá crédito más caro y preferentemente para empresas solventes. Los criterios de aprobación de los préstamos serán más rígidos, las pymes lo seguirán teniendo difícil». «Habrá que ver si el BCE va a ser más estricto que el Banco de España en la aprobación de modelos internos para calificar las carteras. Si es así, tendrá un coste adicional de capital y entonces sí veríamos más restricciones de crédito y un encarecimiento del mismo», explica García Montalvo.

En todo caso, la supervisión única es sólo un paso, importante pero no el definitivo. Faltan dos que serán claves para el ciudadano: el Mecanismo Único de Resolución (MUR), que evitará que el contribuyente vuelva a pagar los rescates a la banca, y el fondo común de garantía de depósitos, con el que se podrá hacer frente a la devolución de hasta 100.000 euros por cliente cuando un banco de la zona euro quiebre. Sin esto, casi ningún fondo nacional podrá afrontar el pago a los depositantes en caso de que un banco sistémico se hunda.

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