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Un pequeño pueblo de inspectores

A. ESTRADA

Domingo, 26 de octubre 2014, 01:02

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Se dice que para cuidar a un niño hace falta un pueblo entero y para vigilar a la banca también se ha llevado a Fráncfort casi un pueblo de inspectores y personal de apoyo. El 4 de noviembre, cuando empiece la supervisión, el BCE habrá terminado de contratar a las cerca de mil personas que conformarán el MUS. Con sueldos que van desde los 33.120 euros para un chófer o un mensajero hasta los 246.552 euros que puede cobrar un director general, no es extraño que se hayan presentado miles de candidatos a las pruebas de acceso. Los administrativos (nivel D) cobran entre 46.548 y 58.524 euros. Un coordinador (nivel H) puede ganar en torno a los 100.000 euros y un jefe de división (nivel J), entre 117.000 y 167.000 euros. La llegada de esta pequeña avalancha de funcionarios a una ciudad mediana como Fráncfort (alrededor de 700.000 habitantes) ha elevado los precios de las viviendas. La ventaja para los que van con la familia es que cuentan con un colegio europeo al que llevar a sus hijos, como todos los funcionarios de la UE. A los españoles se les conoce como 'la Armada española' por el alto número de los que han superado las pruebas y accedido al MUS. Dos de los máximos responsables son españoles Ramón Quintana, director general, y Margarita Delgado, directora adjunta.

Las entidades que pasan a la supervisión directa del BCE son aquellas cuyos activos superan los 30.000 millones de euros o el 20% del PIB del estado miembro (salvo que los activos sean inferiores a 5.000 millones), si es una de las tres entidades principales del país, o si ha recibido ayuda del MEDE (como Bankia). Para garantizar la independencia, los jefes de equipo serán de nacionalidad distinta a la de la entidad supervisada y rotarán a los tres o cinco años.

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