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Juan Marín
La mejor final de la historia

La mejor final de la historia

Se cumplen 20 años del recordado partido del Cuatro y Medio entre Retegui y Titín III

Eloy Madorrán

Logroño

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Jueves, 14 de diciembre 2017

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13 de diciembre de 1997. Vitoria. Frontón Ogueta. Final del Cuatro y Medio. Un consagrado Julián Retegui y un prometedor Titín III protagonizaron la que para muchos aficionados ha sido la mejor final de la historia de la pelota. Con 43 años en sus manos, el delantero de Erasun, Julián Retegui, supo sobreponerse a un 17-21 adverso para firmar la remontada perfecta y llevarse la chapela (22-21).

El de Vitoria, más que un partido de pelota, fue una película de suspense, de terror, una comedia y, por encima de todo, una cinta de amor, de amor a un deporte que remueve los corazones más pétreos y empareja a los compañeros de viaje más inesperados.

Juan Marín

La final del Cuatro y Medio entre el navarro y el riojano será recordada por la cinta de Retegui en la nariz (empezaba a ponerse de moda entonces), por los pelos enroscados de Titín, por los sempiternos botilleros Fermín Ezkurra y Javier Solozábal, por la comentada cojera del navarro, por la imagen del riojano tirándose al suelo a por cada pelota, por la defensa del de Tricio en el 17-21, por los dos botes «muy claros» que protesta el de Erasun en el 20-21, por la emoción del 21-21 que deja pasar Titín y la pelota bota un centímetro antes de la línea del Cuatro y Medio, por la parada al rincón que le da el triunfo a Retegui, el éxtasis del 22-21, por la invasión de aficionados nada más acabar el partido... Y por tantas cosas... En cada tanto, en cada pelotazo, en cada postura, se adivinaba algo especial. Había pellizco.

Retegui II

22

-

21

Titín III

  • duración: 68 minutos, de los que 15 fueron de juego real

  • pelotazos: 347

  • saques: Tetegui 1; TItín 3

  • faltas: retegui 4; TItín 3

  • marcador: 3-0, 3-3, 3-7, 5-7, 5-8, 5-10, 7-10, 7-12, 8-12, 8-13, 9-13, 11-13, 11-15, 13-15, 13-17, 14-18, 15-18, 15-20, 16-20, 17-21, 22-21

  • incidencias 2.200 espectadores en el Ogueta de Vitoria. El dinero salió a favor de TItín

¿Ganó Retegui? ¿Perdió Titín? Cada aficionado tiene una teoría. Y probablemente todos tengan algo de razón. La final tuvo continuidad en el libro 'Cuatro y medio. Anatomía de la mítica final', escrito por el médico neurólogo Iñaki Bidegain o en el titulado 'Campeones del Cuatro y Medio', escrito por Santiago Agirre, que le dedica un capítulo especial a la cita de 1997 en el Ogueta.

¿Y cómo recuerdan aquella final sus dos protagonistas? Diario LA RIOJA ha hablado con Julián Retegui y Augusto Ibáñez 'Titín'. «¿20 años? Se me ha pasado volando. Para mí, de esta final han pasado menos porque no pasa año que alguien me la recuerde (risas). Si hubiera ganado no sé si me la hubieran recordado tanto», comenta el riojano con el poso de tranquilidad que da el paso del tiempo.

Julián Retegui recuerda «un partido muy vibrante». «Había un pelotari ya de vuelta y un ídolo que llegaba, coincidimos los dos. Titín ha sido un delantero artista y yo tenía a mi favor la experiencia. Fue un partido que tuvo de todo, pero lo más importante es que salió bueno para el público», confirma el delantero de Erasun, ganador de la épica batalla.

Retegui: «Tengo una pena clavada desde aquella final»

Julián Retegui responde con ironía a los comentarios sobre sus problemas físicos. En el mundo de la pelota hay quien sostiene la teoría de que fue una estrategia para que Titín se confiara. «Tengo una pena que se me quedó clavada desde aquella final. Jugué con las rodillas vendadas y con el abductor y la cadera cogidos con vendas para forzar menos. Me tenía que haber bajado los pantalones para las fotos y que la gente viera cómo estaba (risas)».

Julián Retegui fue un pelotari de raza, de carácter, y dejó seguidores y detractores allí por donde pasó. El de Erasun guarda muy buen recuerdo de La Rioja: «En La Rioja yo presumo de haber tenido muchos seguidores y muy fieles. En La Rioja me he sentido, y me siento, muy querido. Todavía recuerdo que me sacaron a hombros del frontón Javier Adarraga».

A pesar de lo amargo de la derrota, en especial por la ventaja que desperdició el riojano, Titín III reconoce que fue un paso determinante en su carrera deportiva: «Él tenía su nombre bien merecido, llevaba años en la elite y estaba ya consagrado. A mí me dio el nombre y una especie de traspaso de poderes porque las empresas vieron que podían confiar en mí para posteriores ediciones. De hecho, creo que jugué todos los campeonatos posteriores del Cuatro y Medio».

El éxtasis final

Fueron 347 pelotazos a buena, 14 minutos y 36 segundos de juego real, en un total de una hora, nueve minutos y 23 segundos de partido.

Con 17-21 y saque del riojano, Retegui defiende una barbaridad, mueve a Titín al ancho y acaba el tanto en pared (18-21). El de Erasun, con sangre fría, se juega una dejada al ancho (19-21). Y a continuación lleva al riojano de pared a contracancha para volver a sumar un nuevo tanto (20-21). Titín fió su suerte a la vista y dejó pasar el pelotazo de Retegui con tan mala suerte para sus intereses que el cuero cayó justo antes de la línea del Cuatro y Medio.

Y por último, saque y parada al rincón de Retegui para tocar la gloria. Éxtasis. Risa y drama a partes iguales. Pelota en estado puro. «El 22-21 fue casualidad porque yo nunca he sido rematador. ¡Tantas cosas no he sido, según he ido escuchando por los frontones! Recuerdo que saqué y luego paré el resto al rincón con la fortuna de que entró», repasa Julian Retegui.

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«Yo me acuerdo de los últimos tantos (risas). No soy mucho de ver los vídeos, habré visto dos o tres veces aquella final, aunque hace tiempo que no la veo. Lo que pasa es que cuando sacan algún reportaje pues siempre ponen los últimos tantos. Más que algún tanto en concreto, yo recuerdo el ambiente, los detalles. Fue un partido muy igualado, muy físico», afirma el delantero de Tricio.

Mucho se comentó tras la final sobre las molestias de Julián Retegui durante el tramo final del partido. El pelotari de Erasun lo explica: «Cuando voy a Logroño todavía me cruzo con personas mayores que me dicen: 'Eres un mentiroso, Julián' (risas). Durante ese verano, jugando en Covaleda, tuve un problema en el isquiotibial derecho. Es una lesión que es llevadera para un pelotari, pero en las previas, contra Beloki, me volvió a dar. Recuerdo que pedí el aplazamiento y me lo concedieron porque si no, no sé cómo hubiera jugado. En la final, en el 21-17, Titín cortó de aire y al arrancar me volvió a dar. Jugué los tantos finales con dolores. Así que sí, sí estaba lesionado. Pero en el Cuatro y Medio no hay que correr, hay que llegar».

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Titín también recuerda aquella situación: «Julián era muy duro de cabeza, psicológicamente aguantaba muy bien. Todos utilizamos nuestras armas. No sé si estaba o no cojo, pero aquel partido fue muy físico y muy peleado, y seguramente tendría molestias y él las acentuó un poco más (risas), pero es normal».

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