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Titín intenta llegar a un remate de Retegui en la final de 1997 :: l.r.
De Bengoetxea a Retegui, de Altuna a Titín III

De Bengoetxea a Retegui, de Altuna a Titín III

La final del Cuatro y Medio del domingo recordó a la que disputaron el campeón de Erasun y el riojano hace 19 años

M. GLERA

Lunes, 5 de diciembre 2016, 23:34

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Oinatz Bengoetxea y Jokin Altuna protagonizaron el domingo una final del Cuatro y Medio diferente. Por los protagonistas, por el juego y por el atractivo que tenía ver a todo un veterano como el delantero navarro frente a un novel descarado, caso del guipuzcoano. No fue sin embargo el primer partido en el que se conjugaba con tanta claridad experiencia frente a bisoñez. En ambos casos, el enfrentamiento fue apasionante, con un desenlace muy similar.

Sábado, 14 de diciembre de 1997. Julian Retegui y Augusto Ibáñez, Titín III, saltaban a la cancha del Ogueta para protagonizar una final inédita del Cuatro y Medio. El primero acudía a la cita con diecinueve títulos en sus alforjas; el segundo, con uno. Retegui se presentaba al envite con 43 años; Titín, con 28.

Dos décadas después, Bengoetxea afrontaba su quinta final y sólo le faltaba el título en juego para disfrutar de la Triple Corona (Manomanista, Parejas y Cuatro y Medio). Lo hacía con 32 años. Para Jokin Altuna todo era nuevo. Su única experiencia en una final se ceñía a la que disputó en el 2014. Perdió el título del Cuatro y Medio de Promoción. A sus 20 años acudía a una gran cita.

Bengoetxea y Altuna estuvieron sobre la cancha 67 minutos. Intercambiaron 305 pelotazos, de los que ocho fueron tanto de saque. Retegui y Titín dieron 355 pelotazos en 68 minutos de juego. Ahora bien, el partido que se disputó el domingo presentó más alternativas en el marcador. Fue un encuentro de tacadas que arrancó con un 4-0 y pasó por un 7-2, 7-9, 9-12, 17-13, 18-20 y 22-21. Retegui y Titín se movieron en números más parejos y salvo la ventaja inicial y la remontada final del navarro, siempre mandó el riojano. 3-0, 3-7, 7-12, 15-18 y 17-21 antes de que el delantero de Erasun ligase cinco tantos, los finales.

Aquella final mostró dos estilos diferentes. Retegui intentó mantener a su oponente lejos del frontis. Titín apostó por un juego de aire no visto en tal magnitud hasta la fecha. Saque y remate. Y si no era posible, aire y más aire. Titín entró en 50 ocasiones de aire; Retegui, en 20. Fue el último título del gran Retegui. La distancia devolvió diez años después a Titín lo que aquel día le quitó.

El Ogueta, otra vez el Ogueta, revivió el domingo aquel partido. Bengoetxea apostó por alejar a Altuna del frontis y éste por jugar muy cerca y buscar el saque y remate. Dieciséis tantos sumó, la mayoría de aire. Al igual que Titín, su gran peligro llegó cuando se posicionó por delante en el frontón. El rival espera el remate. La cuestión es saber hacia dónde saldrá la pelota.

Ambos partidos acabaron 22-21 después de que el rezagado protagonizase el volteo. Por cierto, Retegui y Titín citaron a 2.200 espectadores en las gradas del Ogueta, 500 más que Bengoetxea y Altuna.

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