Borrar
Olaizola II e Irujo gesticulan en un duelo anterior en el frontón Bizkaia. :: ignacio pérez/e.c.
Otro duelo para marcar una época
PELOTA / CAMPEONATO DE PAREJAS

Otro duelo para marcar una época

Olaizola II e Irujo ponen en juego su primacía mientras Urrutikoetxea y Rezusta evalúan al zaguero del futuro

Víctor Soto

Sábado, 9 de abril 2016, 01:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Logroño. Después de cuatro meses, el Campeonato de Parejas llega esta tarde a su fin en el frontón Bizkaia. Las dos combinaciones que comandaron la clasificación tras las catorce jornadas de liguilla son las que se verán las caras esta tarde (17.45 horas, ETB1). Por un lado comparecerán Olaizola y Urrutikoetxea y de azul, Irujo y Rezusta.

El navarro y el vizcaíno cumplieron con creces en cuartos pero donde realmente han explotado ha sido en semifinales. Mientras, Irujo y Rezusta firmaron una casi perfecta ronda preliminar para sufrir en la lucha por entrar en la final de hoy.

Así que, en teoría, una pareja llega en plena ascensión y la otra, con más dudas. Pero eso sería sólo una mancha de color en el gran lienzo que ya han compuesto Olaizola II e Irujo en su más de un centenar de duelos como profesionales. Para las hemerotecas, es importante recordar que Olaizola y Urrutikoetxea han ganado a sus rivales en los dos duelos directos del Parejas (en la 4º jornada y en las semifinales, con un contundente 22-12). Sólo cuando el de Ibero estuvo lesionado y fue sustituido por Xala, Olaizola y Urrutikoetxea doblaron la rodilla.

Pero los periódicos de ayer encienden las hogueras de hoy. Porque, si no, basándose en el historial de ambos delanteros, Juan Martínez de Irujo saldría al frontón de Miribilla con total tranquilidad. El de Ibero suma cinco títulos de la especialidad y en las tres ocasiones que ha peleado con el de Goizueta por el título (2006, 2009 y 2011), siempre se ha proclamado campeón.

Pero hoy todo es distinto porque la responsabilidad no recae exclusivamente en unos genios que llevan más de una década copando la élite de la pelota (como curiosidad, sólo Berasaluze es más veterano que los finalistas de esta tarde y su fecha de caducidad está marcada para octubre). En la zaga también se va a producir un choque de modelos bien distintos y que pueden marcar un camino a explorar.

Por un lado, Mikel Urrutikoetxea. El vizcaíno está rompiendo moldes en un año para enmarcar que esta tarde le puede encumbrar con la 'triple corona', la consecución del Manomanista, el Cuatro y Medio y el Parejas consecutivos, algo logrado por Irujo, Arretxe y Retegui con anterioridad. Y lo ha logrado saliendo de una incómoda posición de partida. Él es un delantero reconvertido por necesidades de Asegarce. La empresa le pidió el esfuerzo de dar el paso atrás en San Mateo, el de Zarátamo cumplió y se volvió a mostrar obediente cuando se le solicitó otro gesto de humildad para el Parejas.

Su polivalencia es brutal. Aguanta todo atrás, golpea con ambas manos, abre huecos y, sobre todo, cuando se ve apurado da un paso adelante y muestra su alma de delantero para emplearse con la volea, con los ganchos desde el cinco o con la dejada para desarmar a sus rivales.

Su polivalencia es la antítesis del estilo de Beñat Rezusta. El de Vergara es un zaguero con dinamita, un especialista, y un zurdo cerradísimo. Podría jugar un partido con un huevo en la mano derecha y éste probablemente no se reventaría. Ni dispone apenas trapo en su diestra porque no necesita protección. Ese estilo incomoda tanto a los rivales que acaba por desesperarles. Abre geometrías imposibles y siempre responde con seguridad. Es el zaguero clásico por excelencia.

La única duda que surge es su bisoñez. A sus 23 años, la de hoy es la primera gran cita del vergarés. Y los nervios suelen afectar a todos en estos eventos, aunque parezcan los más templados del mundo, como es el caso del frío Rezusta. Por eso las apuestas saldrán esta tarde a favor de colorados.

Cuentas pendientes

La primacía de Olaizola o Irujo se vuelve a poner en juego en Bilbao. Cada vez hay más rencillas entre ambos, explosiones que surgen de las chispas más pequeñas y que se calman poco después. Pero que dejan cicatrices. El material ha sido la última de las brechas abiertas, como antes fueron las lesiones, los periodos de recuperación o los aplazamientos. Los egos de ambos responden al de los grandes campeones y ninguno quiere ceder un título que cada vez se va a vender más caro en un futuro cercano que comienza a no pertenecerles.

De su capacidad de abstracción y tranquilidad dependerá el desenlace, así como de lo cerca que deambulen del frontis, dispuestos a sacar las armas. Irujo tiene que calmar a su zaguero y, de paso, frenar parte de sus impulsos autodestructivos. Y Olaizola sólo tiene que callar ante un Urrutikoetxea que es como un témpano que se crece en los grandes momentos. Con todo en juego, la venta o no de alcohol en el frontón de Miribilla es una mera anécdota, que indigna a los aficionados y que puede convertir la de hoy en la primera final seca de la historia.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios