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La quinta participación en busca de una chapela

El vinatero, que fue subcampeón en el 2013 y semifinalista en el 2012, espera poner por fin su nombre en el palmarés del Parejas

V. S.

Sábado, 25 de abril 2015, 01:06

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Con apenas 21 años, Jorge Rico se estrenaba en el Parejas de Promoción el 2 de enero del 2011. Desde entonces, han pasado cinco torneos en los que su participación ha resultado imprescindible pero que le han dejado cierto regusto amargo en la boca. Pese a tener cerca, muy cerca, la chapela, todavía no ha logrado calársela.

Hoy en el Labrit intentará que el sueño por fin se materialice. En el 2013 estuvo a punto de llevarse el título, junto a su inseparable Álvaro Untoria. Pero en una final de indudable color riojano celebrada en el Adarraga, Gorka y Cecilio se llevaron el gato al agua. Hasta el ecuador del partido (13-13) hubo igualdad, pero en el tramo final Jorge y Álvaro se vieron sobrepasados por sus rivales y se quedaron con la triste cara de los subcampeones.

El año anterior, también en compañía del najerino, tuvieron muy cerca la final pero, en el partido definitivo de semifinales, Olazábal y Larrinaga les arrebataban el triunfo (22-17) para luego caer en la final ante Jaunarena y Cecilio.

Ahora, a la quinta, Rico IV espera por fin la reválida. Más maduro y en un envidiable estado deportivo, sólo la desgracia ha podido turbar su proyección. Cosechar el campeonato sería fundamental para dar ese salto de calidad que tanto necesita, para afianzarse y renovar sus votos con la pelota.

Entre los cuatro pelotaris que se enfrentan hoy, sólo Erik Jaka sabe lo que es llevarse a casa el preciado trozo de fieltro. Lo logró el pasado año, en compañía de Rezusta. Ni Xabier Tolosa ni Mikel Larunbe han tenido, ni siquiera la oportunidad de aspirar.

Eso sí, Rico y Larunbe se conocen a la perfección. Repiten la pareja del pasado año y, en este curso, han mejorado sus prestaciones. Sólo esperan que hoy los aficionados que van a abarrotar el Labrit disfruten del espectáculo y que acabe con triunfo. Los cenicerenses, según la venta de entradas, serán los más numerosos y, probablemente, ruidosos.

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