«La moto va perfecta, no la toques»

En ese momento la vuelta rápida de Petrucci y su 'voladora' Ducati había marcado una velocidad máxima de 352 km/h- está en 1'47.266, lo que significa que Viñales pretende descontar 6 décimas de la pole provisional. Una diferencia que en la realidad es insignificante, pero que en las carreras es un mundo. Su gente en el box le escucha, pero piensa que está siendo demasiado optimista.

Un par de minutos después, Maverick sale a pista; los ojos de todo su garaje se clavan en las pantallas de tiempos. Primero una vuelta de lanzamiento, y después a darlo todo. Según va superando los parciales en los que está dividido el circuito cuatro en total- en su box se dan cuenta de que su piloto iba en serio, muy en serio. Tras una vuelta 'imposible' la Yamaha M1 con el '25' cruza la línea de meta parando el cronómetro en 1'46.575.

«¿Cómo lo tenías tan claro? ¿Cómo sabías que iba a hacer 1'46.6?», le preguntan cuando llega a un box en el que están bastante alucinados con el rendimiento de su piloto. «Pues muy sencillo, porque cuando he hecho la primera salida he visto que en la curva tal podía ganar un par de décimas, en la cuál otras dos, en la siguiente me dejé un margen de una décima Sumando todo, daba 1'46.6; al final he hecho 1'46.5».

Este episodio es una muestra del carácter del nuevo piloto de oro de MotoGP. Maverick dice de él mismo que es explosivo, nervioso a veces, pero la verdad es que lo que demuestra es tener las cosas claras, cristalinas. Tanto en la vertiente deportiva, con el episodio que acabamos de contar, como en su planteamiento profesional. Sobre la moto sabe dónde están sus límites a la décima; fuera de ella tiene igual de claro lo que quiere y cómo lo quiere.

A pesar de lo apretados que han estado los entrenamientos en Mugello, Viñales es el favorito para una carrera que tiene muchos pretendientes. Los Ducati, que corren en casa, los primeros; Valentino Rossi, el segundo Pero no hay nada que le pueda dar más satisfacción a Maverick que volver a ganarle a su compañero de equipo delante de los más de 100.000 entregados espectadores que se esperarán el domingo en Mugello. Y lo dicho, cuando tiene claro qué quiere