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Jorge Lorenzo celebra su quinto título. :: Javier Soriano / AFP
La máquina Jorge

La máquina Jorge

El mallorquín ha cambiado su forma de ser desde que debutó hasta conseguir su tercer título en la categoría reina

BORJA GONZÁLEZ

Lunes, 9 de noviembre 2015, 01:05

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Cheste. Que Jorge Lorenzo ha sido el piloto más rápido de los de MotoGP en este 2015 es un axioma que sus propios rivales se han encargado en transmitir. El mallorquín, en condiciones normales, ha sido imbatible en el ritmo de carrera, sobre todo en el mostrado durante los entrenamientos libres previos a casi todas las carreras de esta temporada, aunque eso no se confirmase en las peleas por la 'pole', un 'arte' en el que las Honda han mostrado tener un punto más que las Yamaha, y en el que es muy complicado batir a un piloto explosivo como Marc Márquez. Aunque ese axioma de ser el piloto más rápido no llevaba directamente al otro, al más importante: ser el mejor.

Se lo ha tenido que trabajar Lorenzo hasta la última carrera del año, con una pelea de tú a tú frente a su compañero de equipo, Valentino Rossi, dentro de un 'box' que llevó bien la convivencia de los dos favoritos al título desde mitad de año hasta que el incidente de Sepang acabó con el clima de razonable cortesía en el que los dos cohabitaban. Valencia decantó la balanza del lado del piloto español para convertirle en el más laureado de nuestra historia en la clase reina, con tres títulos que suma a los dos consecutivos que logró en los 250 c.c., los de las temporadas 2006 y 2007.

Lorenzo ha tenido que trabajar mucho para llegar a ser el actual Lorenzo. Aquel precoz piloto, que tuvo que esperar a cumplir los 15 años un sábado en Jerez en el 2002 para debutar en el Mundial, ha tenido que rebajar su carácter impulsivo y su manera explosiva de pilotar. Primero se fajó con una dura Derbi en 125, moto con la que, tras un maravilloso adelantamiento en Brasil que le valió su primera victoria (2003), se forjó aquello del 'por fuera'. Guiado por su mánager Dani Amatriain dio el salto en 2005 al cuarto de litro con Honda, para pasar un año después a competir con la moto más poderosa del momento, la Aprilia. Su primer año en esta categoría vio el nacimiento de su dura rivalidad con Dani Pedrosa, alentada por el enfrentamiento entre Amatriain y el por entonces representante de Pedrosa, Alberto Puig.

El gran salto

Tras ganar con solidez dos mundiales con la moto italiana, Lorenzo entró directamente en MotoGP en el equipo de fábrica de Yamaha -al lado de Rossi-, un salto dado a conocer a mediados del 2007. A partir del primer test oficial con la 'M1', el matrimonio entre el piloto y la marca de motos se ha mantenido sólido, con sus vaivenes: los enfrentamientos con Rossi con muro entre los dos incluidos y que culminaron con la salida del italiano a finales de 2010, año en el que Lorenzo logró su primer título en MotoGP; y los contactos, aireados por la prensa, y que nunca pasaron de eso, con Honda y con Ducati.

En el 2013 llevó la pelea por el título frente al novato Marc Márquez hasta Valencia, en un curso marcado por las dos lesiones de clavícula consecutivas. En Assen, con la machada de terminar quinto después de haberse fracturado 48 horas antes de la carrera, con una operación de por medio; y en Sachsenring, lo que le dejó fuera de competición en ese gran premio y muy mermado para el siguiente de Laguna Seca.

En el 2014, Lorenzo comprendió que pelear contra Márquez iba a exigir lo mejor de sí mismo, pero lo hizo con el curso ya empezado, después de haber iniciado la pretemporada fuera de forma. Fue el mejor en el segundo tramo de la temporada y alargó ese estado de forma hasta el inicio de esta. El más rápido de los 25 pilotos que iniciaron el campeonato -aquí cuenta también el acierto de Yamaha con la 'M1'- tropezó con un par de problemas con su casco, y con la irrupción de la lluvia los domingos de grandes premios llamados a ser en seco. En esos días el agua frustró el buen ritmo de carrera que había exhibido durante los entrenamientos, y dio alas a un hábil Rossi, que le puso contra las cuerdas hasta la última cita de la temporada. Un final abrupto pero en el que supo gestionar sus opciones para cerrar su tercer entorchado en la clase reina, lo que le mete en el 'top-10' de pilotos más laureados en la mayor de las cilindradas, empatado con otros dos mitos de Yamaha, Kenny Roberts y Wayne Rainey.

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