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Fernando Alonso, en el Gran Premio de Austria.
Alonso, de visita y poco más en casa de Red Bull
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Alonso, de visita y poco más en casa de Red Bull

El piloto asturiano busca mejorar la imagen mostrada en Bakú en un circuito en el que se prevé que repunten las carencias de potencia de la unidad Honda

David Sánchez de Castro

Jueves, 30 de junio 2016, 20:42

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Fernando Alonso es uno de los pocos pilotos de la parrilla que sabe lo que es disputar el Gran Premio de Austria cuatro veces, aunque abandonó en tres ocasiones. El circuito conocido hoy como Red Bull Ring no se le da demasiado bien al piloto español, cuyo mejor resultado ha sido un quinto puesto. Nada hace pensar que este domingo vaya a mejorar esa perspectiva.

El trazado de Spielberg es especialmente duro en esos puntos donde Honda muestra más problemas. Sólo cuenta con nueve curvas, con lo que la exigencia en el sistema de recuperación de energía ERS es aun mayor. No son buenos augurios, pero tanto Alonso como Button saben que no pueden hacer mucho más. El piloto asturiano mostró su desesperación e impotencia con una frase muy gráfica ante los medios: «Deberíais ver las reuniones. Aparte de darles un puñetazo, no creo que pueda hacer ya nada más para presionarles».

Pese a este severo revés con el guantelete de hierro, sacó después el de seda para elogiar la capacidad de esfuerzo del equipo humano que se está dejando todo en la sede de Japón. «Comprendo lo difícil de su posición y lo duro que trabajan las 24 horas del día en Sakura. Están acumulando todo el conocimiento posible y también de gente de fuera, de otros fabricantes. No imagino ningún equipo que en mitad del segundo año de desarrollo tengan la potencia, la recuperación de energía y la fiabilidad que nosotros tenemos ahora. Quizá Mercedes, y ni siquiera ellos tuvieron nuestro nivel en el segundo año. Estoy impresionado con el trabajo que han hecho en tan poco tiempo», aseguró Alonso, antes de establecer el diagnóstico definitivo: «El problema es el punto de partida, no el trabajo y el progreso».

Alonso, que no montará la evolución de la unidad de potencia previstahasta «final de año», no guarda buen recuerdo de la carrera del año pasado. Kimi Räikkönen se lo llevó por delante en la primera vuelta, un susto que se quedó en nada. «Ojalá este año sea una carrera más normal», deseó.

En cuanto a la renovación de Carlos Sainz, como era previsible, Alonso se mostró muy satisfecho por mantener a su buen amigo en la parrilla. «Es una muy buena noticia. Creo que el año que viene será su tercer año, eso demuestra que hace las cosas bien y siguen confiando en él. Ojalá pueda dar un salto más, un pasito más en su carrera y ascender de Toro Rosso», destacó.

Más allá de las opciones de Alonso, el Red Bull Ring medirá también el estado de la batalla interna entre Nico Rosberg y Lewis Hamilton. El británico tendrá la oportunidad de resarcirse de en una carrera que no ha conseguido ganar (fue segundo en 2014 y 2015), ante su compañero, un Rosberg que, por si fuera poco, llega con el motor más fresco. Hamilton estrenará este fin de semana varias partes nuevas de la unidad de potencia, por lo que eventualmente empezará a recibir penalizaciones en próximos grandes premios.

Mal ensayo del 'Halo 2.0

El 'box' de Ferrari se convirtió en el centro de atención de este jueves, más allá de la rueda de prensa de los pilotos. Y no por los problemas de Vettel que, salvo sorpresa, tendrá que sustituir la caja de cambios por lo que tendrá una penalización de cinco puestos en la parrilla. La FIA le pidió a la escudería italiana que ensayase la primera evolución del 'halo', el sistema de seguridad que pretenden implementar en la temporada 2017.

Antes incluso de sacarlo a pista, decidieron realizar el protocolo de extracción del piloto, que es una de las grandes dudas que genera este sistema. Resultó un completo desastre. Ante la mirada de los periodistas y fotógrafos, los comisarios de la FIA y los doctores, los mecánicos de Ferrari tardaron 12 minutos en poder sacar al piloto del coche. Este inaceptable tiempo de espera habría sido crítico en casos como el accidente de Fernando Alonso en Australia, con el agravante de que el piloto español acabó volcando. Si hubiese tenido este sistema instalado, Alonso no sólo no podría haber salido por su propio pie, sino que además tendría que haber esperado a que le diesen la vuelta al coche, le desinstalasen el 'halo' y le sacasen.

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