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Sebastian Vettel celebra su victoria.
Vaya noche la de aquel día
gp de singapur

Vaya noche la de aquel día

Vettel vence en un GP de Singapur que tuvo accidentes, investigaciones de la FIA y hasta un espontáneo en pista

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Domingo, 20 de septiembre 2015, 00:39

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Las lágrimas de alegría de Sebastian Vettel en el podio de Singapur daban muestra de la dureza de la carrera, aunque él lo tuvo fácil (lideró toda la prueba de principio a fin) y sus perseguidores (Daniel Ricciardo y Kimi Räikkönen) no pusieron en peligro su cuadragésimo segunda victoria, con lo que supera a Ayrton Senna. Pero eso no significa que fuera una mala carrera o una prueba aburrida. Tuvo de todo: accidentes, adelantamientos al límite, estrategias variadas, un espontáneo en pista y hasta una investigación a Ferrari después de la carrera por haberse saltado un procedimiento del parque cerrado.

Ya desde antes de la salida, en forma de prólogo, Nico Rosberg avisó de lo que íbamos a vivir. El Mercedes del alemán se quedaba calado en el pitlane, antes incluso de llegar a la salida. Aunque lo arreglaron, en el equipo se temían una avería eléctrica que, finalmente, no le afectó a él, sino a su compañero Lewis Hamilton. El piloto británico consumó un fin de semana horrible para él con el primer abandono de la temporada. Cuando estaba peleando por alcanzar el podio, un poltergeist se adueñó de su acelerador y empezó a perder potencia. Ante la posibilidad de que afectara al motor y rompiera, prefirieron ordenarle volver a boxes.

El otro fallo de la salida lo tuvo Max Verstappen, que en este gran premio mostró lo mejor y lo peor que puede dar de sí. Tras calar el Toro Rosso se vio obligado a pelear por una remontada que le hizo llegar a los puntos, tras dejar imágenes antológicas como sus peleas con Romain Grosjean o Jenson Button, entre otros. Esa agresividad en pista bien entendida se transformó en una indisciplina clara con su equipo al final de la prueba. Y es que Carlos Sainz ha encontrado una de sus piedras de toque: su propio compañero. El madrileño estuvo peleando primero con la propia mecánica de su Toro Rosso, que le obligó a apretar los dientes. «Es como lo de China», afirmaba por la radio, tras ver cómo su electrónica le ponía su caja de cambios en modo neutro.

Sin embargo, acabó en novena posición, que podía haber sido superior. Tras una épica remontada, tanto él como Verstappen llegaron a las últimas vueltas con el holandés delante, pero con un ritmo peor, y con el español detrás, con opciones de poder pasar a Sergio Pérez, séptimo. Por radio le ordenaron a Verstappen que se dejara pasar por el español, y contestó con un claro «¡No!». La guerra entre la pareja más joven de la parrilla no ha hecho más que empezar.

La carrera de Singapur tuvo dos grandes imágenes. La primera tuvo a Felipe Massa y Nico Hülkenberg como protagonistas. El brasileño y el alemán se chocaron cuando el de Williams salía de boxes, provocando el abandono del Force India. Pese a ello, en la FIA entendieron que el culpable era el reciente ganador de las 24 Horas de Le Mans, por lo que Hülkenberg perderá tres posiciones de parrilla en Japón.

La otra gran imagen fue la de un espontáneo que saltó al circuito, para sorpresa y susto de los pilotos. Sebastian Vettel fue el que, alarmado, avisó a dirección de carrera de que un hombre estaba andando por el lateral del circuito, sin aparente miedo y tan campante.

Lo que ya empieza a dejar de ser sorprendente es ver a Fernando Alonso y Jenson Button fuera de carrera. En una cita que tenían marcada como una de las grandes posibilidades de puntos, McLaren vio cómo sus dos pilotos abandonaban. Nuevamente la mecánica les dejó tirados, y en esta ocasión tiene nombres y apellidos: la caja de cambios se sobrecalentó. Es el cuarto doble abandono para el equipo británico en doce carreras, séptimo del año para Alonso, cuya resignación ya no sorprende a nadie. Antes, había dejado muestras de un buen rendimiento, sin tirar cohetes, pero suficiente como para pelear por la décima o undécima posición. Prueba de ello es la defensa sobre su amigo Sainz, con el que compartió buena parte de la carrera en el retrovisor.

El gran circo viaja a Japón directamente, donde se disputará una nueva cita en el mítico Suzuka. Ahí se verán si los problemas de Mercedes han sido cosa de un día o tienen más calado, si realmente Ferrari es un candidato a victorias o si Red Bull vuelve a poder estar ahí arriba. Pero sobre todo será un fin de semana muy doloroso, por el recuerdo del fallecido Jules Bianchi, cuyo accidente hace un año allí marcó a toda esta generación de pilotos.

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