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Max Verstappen.
Motivos para alucinar con Max Verstappen
temporada 2015

Motivos para alucinar con Max Verstappen

El holandés se convirtió en Australia en el piloto más joven de la historia en debutar en un gran premio, con sólo 17 años

David Sánchez de Castro

Miércoles, 25 de marzo 2015, 18:31

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Max Verstappen no es un piloto cualquiera. Su llegada al paddock ha supuesto una revolución, que incluso ha llegado a poner en entredicho los mismos cimientos de la competición. ¿Se ha convertido la Fórmula 1 en algo tan fácil que hasta un adolescente de 17 años lo puede controlar? El bicampeón Lewis Hamilton bromeaba al respecto en la rueda de prensa de la FIA previa al GP de Australia: «¿En serio naciste en 1997? ¡Madre mía! ¡Si yo firmé mi primer contrato con McLaren en 1997!». En apenas dos años, Max Verstappen ha saltado de brillar en el karting, como tantos otros, a convertirse en piloto de Fórmula 1, con un talento excepcional y unas manos que incluso recuerdan a algunos de los más grandes pilotos de los tiempos. Cierto es que abandonó en la primera cita del campeonato, pero no menos cierto es que no fue por su culpa. Y eso, en un debutante que aún tiene acné juvenil, es noticiable.

El primer rival de Carlos Sainz

  • Si hay una pelea en la pista entre compañeros que todos los aficionados quieren ver este año, esa es sin duda la que van a tener Carlos Sainz y Max Verstappen. El piloto madrileño batió al holandés en la cita de Australia, pero por la avería del motor Renault del monoplaza del holandés.

  • En pretemporada, Sainz y Verstappen parecían dos buenos amigos. Raro era el momento en el que no se les veía charlar entre risas, o cambiar impresiones acerca de las pistas de Jerez y Montmeló. Sin embargo, en cuanto arrancó el Mundial y la hora de la verdad, la natural distancia entre dos rivales se amplió.

  • «La relación con Carlos es muy buena», señala Pujolar. «Carlos está demostrando que es un chico con un nivel de experiencia muy bueno, y los dos tienen mucho talento. Es un equipo muy joven, pero para mí es muy competitivo. Hay muy buen ambiente», dice el ingeniero de Verstappen. De momento ambos no se han encontrado en pista, pero nada hace pensar que no lo vayan a hacer. El primer round fue para Sainz, aunque aún es muy precipitado augurar que esto se vaya a mantener durante toda la temporada.

  • Malasia, este fin de semana, será una buena piedra de toque para ver hasta dónde pueden llegar Sainz y Verstappen, la pareja más joven de la historia de la Fórmula 1 con una media de edad de tan sólo 18,5 años.

«Me recuerda lo que vi con Fernando Alonso cuando estaba en karts: muy joven y muy profesional», confiesa su ingeniero de pista, el español Xevi Pujolar, que lleva en el automovilismo desde antes de que Verstappen naciera. «Es como Alonso o Antonio García. Tenían 13 ó 14 años y eran extremadamente profesionales. Eso es lo que veo con Max. Algunos pilotos no tienen la misma suerte que Fernando: puedes ser muy bueno en las categorías inferiores y luego no dar los pasos correctos en la Fórmula 1. Ahora Max tiene la oportunidad de seguirlos bien. Sólo necesita consolidarse», explica Pujolar, que es toda una institución en la F1.

Pero la pregunta es: ¿Qué tiene Max Verstappen? ¿Por qué hay ese bombo hacia un chaval que no ha demostrado nada en Fórmula 1? Primero sorprende cómo se fraguó su llegada al paddock. Que Mercedes y Red Bull se peguen por tener en su cantera a un chaval que hace apenas un año estaba cambiando los karts por los monoplazas ya da una pista de lo que han visto en él los que realmente saben de automovilismo. Esos que se patean los viales de los circuitos de karting donde miles de niños sueñan con convertirse en el próximo Sebastian Vettel o el próximo Lewis Hamilton. «Es especial por el nivel de profesionalidad y experiencia que está demostrando, no en Fórmula 1, pero sí en el mundo de las carreras. Sabe muy bien lo que quiere y lo que necesita para ir rápido en un coche. Eso es lo que nos gusta y nos impresiona», explica Pujolar, que lleva trabajando con el piloto holandés apenas un par de meses.

La de este fin de semana será su segunda oportunidad de demostrar que tiene lo que hay que tener para estar en la Fórmula 1. Hace un año debutaba en la Fórmula 3, tras un fulgurante paso por el karting. Diez victorias en su primera temporada en monoplazas le valieron para llamar la atención de Mercedes y Red Bull. En la escudería alemana le ofrecieron el camino largo pero seguro. En la austríaca, un asiento en Fórmula 1. Obviamente, tanto él como Jos, su padre, no tuvieron mucho que pensar.

Que tiene calidad, es algo indiscutible. Pero entre ser bueno y ser un crack hay muchos pasos. Hasta Helmut Marko, el máximo responsable de la cantera de Red Bull, se tiró a la piscina comparándole incluso con Ayrton Senna, tanto por su precocidad como por lo que es capaz de hacer en pista. Pujolar pide calma al respecto, aunque no puede evitar sonreír cuando le hacen esa comparación: «Me gustaría que brillara tanto como Senna. Yo le voy a ayudar en lo que pueda. Desde luego le veo un chico Es increíble. Tenemos que demostrarlo».

Sin duda alguna, vivir desde pequeño en un paddock es una gran ventaja para Max. Su padre fue compañero de Michael Schumacher, entre otros, y aunque nunca llegó a brillar, las enseñanzas de Jos Verstappen han sido clave. También el espacio que le deja a su hijo. A diferencia de otros padres de pilotos, a Jos no se le ve encima del hombro de su hijo en cada rueda de prensa. Mucho más allá: Jos se dedica a ver las trazadas de Max desde el muro, desde los viales de los circuitos o desde la sala de prensa. Vigilando, sí, pero no agobiando. «Está claro que el ambiente familiar ayuda», admite Pujolar.

¿Llegará a cumplir con las expectativas? ¿Brillará tanto como se espera, o como lo ha hecho hasta ahora? Lo cierto es que se está llevando ya muchas miradas, y quizá se quede en nada, pero de momento ya ha entrado en la Fórmula 1 por la puerta grande. Si todo sigue su curso, podemos estar ante uno de los grandes campeones del futuro.

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