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CÉSAR ÁLVAREZ
Lunes, 10 de noviembre 2014, 18:14
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Recirsa abrió hace seis años un desguace en la Carretera de El Cortijo, pero ya hace un año que se trasladó al Polígono de Cantabria (calle Los Almendros, 10) donde dispone de unas instalaciones modélicas.
No es frecuente ver un desguace dentro de una nave industrial. Son más habituales las imágenes de los vehículos 'amontonados' en espacios abiertos, muchas veces todavía derramando aceites contaminantes al suelo. Eso nunca se ve en Recirsa porque lo que impera es el orden y la limpieza.
A la instalación puede llegar cualquiera a llevar su vehículo (incluso se lo recogen con la grúa sin coste). Se valora, se da de baja (comprobando que no tiene cargas pendientes) y se paga. A partir de ese momento lo primero que se hace es descontaminar el vehículo retirando los aceites, filtros, neumáticos, anticongelantes... que se reciclan.
Después llega el momento de examinar qué piezas se pueden volver a vender. Las que resultan interesantes se desmontan y se clasifican asignándoles un código de barras que hagan fácil tanto su localización en el almacén como su inventariado. La parte que no se puede volver a utilizar del vehículo se achatarra y vuelve a la fundición.
Las piezas quedan a disposición de quien quiera comprarlas. Todas ellas están garantizadas por un mínimo de seis meses. Si en ese periodo se estropean, o se cambia por otra o se devuelve el dinero.
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