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Teresa Perales, durante su visita a Logroño, ayer. :: miguel herreros
«Hay que pensar que no existen los límites y mi historia es un claro ejemplo»
NATACIÓN

«Hay que pensar que no existen los límites y mi historia es un claro ejemplo»

La aragonesa cree que la clave del éxito es «una actitud muy positiva y con ambición, pero que sea por ganas de crecer, no sólo de vencer»

V. SOTO

Martes, 22 de diciembre 2015, 23:34

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El palmarés de Teresa Perales sorprende casi tanto como su sonrisa. Como buena aragonesa, la nadadora, a fuerza de cabezonería y esfuerzo, ha logrado convertirse en la plusmarquista paralímpica española. A sus 39 años, ha participado en cuatro Juegos Paralímpicos y obtenido 22 medallas, las mismas que Michael Phelps. Pero su objetivo es ampliar esa marca y para eso sigue entrenando con la cita de Río de Janeiro como objetivo.

Ayer, la nadadora, parapléjica desde los 19 años a causa de una neuropatía, visitó La Rioja. Primero, conoció, de la mano de la Fundación Deporte Sin Barreras, una máquina adaptada para deportistas paralíticos que se encuentra instalada en el polideportivo de Lobete. Y, posteriormente, de la mano de la Asociación Riojana de la Empresa Familiar ofreció una charla en Bodegas Franco Españolas con el título 'La fuerza de la actitud'. Toda una declaración de principios que encandiló a empresarios, deportistas y niños.

¿Valen más las actitudes que las aptitudes?

Por supuesto. La actitud es lo más valioso. Existe una teoría, la de las 10.000 horas, que dice que si estás ese tiempo tocando el violín, aprenderás a tocar. Así que es la actitud la que hace destacar las aptitudes.

Su ejemplo es claro. Hasta que sufrió una enfermedad a los 19 años, la natación no estaba entre sus actividades favoritas, ¿verdad?

Estaba muy lejos de mi realidad. Para ser exactos, no me gustaba. Pero, por las circunstancias, afortunadamente pasó por mi camino y aquí estoy, veinte años después, y espero seguir más tiempo (ríe).

¿No se cansa de la natación?

De competir, nunca; de entrenar, un poco. La competición es lo divertido, es vestirse de largo ante el público. Pero para entrenar hay que dejar muchas cosas en el camino. Hay esfuerzo, sacrificio y una gran soledad en el día a día. Cuando no tienes energía ni fuerza, piensas que nadie entiende tu trabajo, pero cuando recuperas la fortaleza, todo cambia.

En su caso, además, se trata de deporte femenino y paralímpico que ha compatibilizado con trabajos y la maternidad. Parece un triple salto mortal...

¡Y con tirabuzones! Pero la dificultad provoca que los objetivos sean más bonitos cuando se logran. De todas formas, creo que esas circunstancias me han quitado presión, me los tomo como una ventaja. No soy como otros deportistas que todo lo fían a su carrera. Yo me he visto obligada a diversificar, a tener un trabajo, a formar mi familia, y eso hace ver todo de otra manera.

Está a las puertas de sus quintos Juegos Paralímpicos. ¿Cómo los afronta?

Como un gran reto que han llegado despacio. Hace unos años no hubiese pensado nunca en llegar a esa cifra, pero ahora tengo hambre de medallas y de que sean del mejor color posible. Estoy muy motivada.

«No soy un icono»

¿Qué es lo que le empuja a seguir entrenando y con esa ambición? ¿Es la autoestima propia o también que se siente como un ejemplo para los demás?

Existe una motivación personal, propia del deportista, que es la de seguir ganando. Pero también hay otra interna, que es que mi hijo me pueda ver ganar y se acuerde. Tendrá ya seis años y espero poder dedicarle alguna medalla. Respecto a lo del ejemplo, no me veo como un icono pero si a la gente le cuento un mensaje de compromiso, de que se pueden lograr las metas que nos marquemos, creo que es mi obligación hacerlo también con mi ejemplo.

¿Cuál es el camino a seguir para que lleguen los éxitos, ya sean deportivos o personales?

Hay que tener una actitud muy positiva y que la ambición esté presente, pero siempre con ganas de crecer, no sólo de vencer. Hay que pensar que no existen los límites y mi historia es un claro ejemplo.

Además de una charla de motivación, también ha visitado, junto a la Fundación Deporte sin Barreras, una máquina de entrenamiento adaptada. ¿Ha superado el deporte esas barreras y llega al colectivo discapacitado?

Cada vez es más habitual que la gente practique deporte y que sea más accesible. Esa máquina, por ejemplo, que te ayuda a ejercitarte sin necesidad de nadie, abre puertas para mucha gente.

¿Y el deporte paralímpico o adaptado? ¿Percibe que cada vez es más conocido por la afición y por los medios?

Creo que se produjo un cambio muy importante en Londres 2012. La gente sigue más el deporte paralímpico y existe una mayor presencia en los medios, aunque creo que aún falta que se sume la televisión. Pero el público se entera de lo que sucede, cuando antes sólo salíamos cada cuatro años, con los Juegos Paralímpicos. Ahora se ha saltado esa barrera y se genera el deseo de conocer. En mi caso, por ejemplo, me siento muy seguida y querida, al mismo nivel de otros deportistas olímpicos.

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