Borrar
Carlos Coloma posa sonriente en Navacerrada, horas antes de viajar a Canadá.
Dos décadas persiguiendo el 21 de agosto

Dos décadas persiguiendo el 21 de agosto

Carlos Coloma afronta sus terceros Juegos con el ambicioso objetivo de lograr medalla en ciclismo

José Martínez Glera

Miércoles, 3 de agosto 2016, 19:56

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«He preparado la temporada pensando en llegar en mi mejor momento al 21 de agosto, a las 17.30, hora española, a mi prueba».

Más claro no puede ser Carlos Coloma. De hecho, piensa en esas fecha desde que comenzó a montar en bicicleta, hace dos décadas, aunque entonces no lo sabía. «Estoy en el mejor momento deportivo de mi vida y en una edad fantástica para afrontar la cita olímpica... y la Copa del Mundo», resalta.

Doce años viviendo la sensación olímpica, aunque la primera, Atenas 2004, supuso una enorme decepción ya que se quedó fuera del equipo. Río de Janeiro significa su tercera comparecencia olímpica consecutiva, dato del que muy pocos deportistas españoles pueden presumir. El ciclista de Albelda de Iregua ya está en Canadá, donde este fin de semana afronta la penúltima carrera de la Copa del Mundo. Allí permanecerá hasta el 14 de agosto. Cambiará las agradables temperaturas canadienses por el calor y la humedad de Río. Eso sí, esta encantado de ello.

«Tengo muy buenas sensaciones», dice Coloma desde el otro lado del charco. Verá la ceremonia inaugural por televisión, pero podrá vivir la clausura y, sobre todo, ser un olímpico más. El se siente deportista olímpico desde el año 2004, aunque no acudiera a la cita griega. «Mis puntos ayudaron a clasificar a España para esa cita, como han contribuido también a que hayamos ido a Pekín, Londres y Río de Janiero», advierte para que nadie lo olvide.

Doce años y tres Juegos Olímpicos después, no ha logrado sacarse esa espina clavada, aunque los resultados la han hecho retroceder a un segundísimo plano. Guillermo de Portugal, seleccionador español en aquella cita, optó por el madrileño Iván Álvarez como compañero de José Antonio Hermida. Con 22 años, Coloma pasó un mal trago. El tiempo ha demostrado que lo digirió con elegancia y, sobre todo, con resultados muy superiores. Ahora ya no es el 'compañero de', sino el líder de la selección española. Se lo ha ganado a pulso.

Otras tres fechas marcan (hay muchas más) su vida deportiva. La primera, Pekín 2008. Una gran experiencia con un resultado más que discreto. La segunda, Londres 2012, que le otorgó el Diploma Olímpico (del cuarto al octavo clasificado). La tercera, su caída en Alemania y el posterior calvario que pasó para recuperarse de su hombro. «Pensé incluso en la retirada, pero hubo mucha gente que me apoyo. No me recuperaba y, por otro lado, intentaba asumir cómo había pasado de estar entre los mejores a caer al puesto 350 del ranking mundial», recuerda.

Con los pies en el suelo

Dos años, 2015 y 2016, le han hecho olvidar aquellos momentos en los que la duda cobra fuerza. Llega a Río después de liderar a los españoles y también tras ganarse el honor de llevar en su maillot los colores españoles que le acreditan como campeón nacional. El 2 de noviembre del pasado año, Coloma ya advertía de sus intensiones en Río de Janeiro. «Mi objetivo es la medalla», decía. Nueve meses después, lo tiene más claro, aunque no oculta que la labor es compleja.

Son muchos los factores que intervienen en un logro como éste, más allá de la condición física propia. «El reto, o mejor dicho el objetivo, sigue siendo la medalla, pero lo digo con los pies sobre el suelo, no sintiéndome entre nubes. En Londres logré un diploma olímpico y sería magnífico repetirlo, pero ahora mismo pienso en el metal más que en el papel. ¿Complicado? Mucho, pero las sensaciones son buenas y estoy haciendo un esfuerzo brutal ante esta cita. No sólo yo. También mi familia, los técnicos, los patrocinadores y toda la gente que me está apoyando en este camino hacia los Juegos. Confío en obtener la recompensa a tanto esfuerzo y sacrificio. Estar fuera de casa es duro y ahora voy a pasar un mes lejos de Albelda. Cuando regrese de Río iré de nuevo a Navacerrada y de ahí a Andorra», apunta Coloma poco antes de comenzar un entrenamiento más.

Quien le hace mantener los pies en el suelo no sólo es su entorno, sino la competición. Carlos Coloma es zorro viejo ya, aunque a sus 35 años considere que no sólo está en el mejor momento de su vida, sino en la mejor edad. Conoce la competición, sobre todo aquello que pasa desapercibido para otros. «Absalon y Schurter entran en todas las quinielas. Hay corredores que están dejando entrever su preparación y otros que no. La Copa del Mundo es importante, pero unos Juegos se dan cada cuatro años», destaca.

Horas después de ganar el Campeonato de España en Maceda (Galicia), el ciclista tenía claro el futuro más inmediato. «Aun no se ha visto al verdadero Carlos Coloma», aseveraba. Era el pasado 19 de julio y estaba eufórico. «Sin sacrificio no hay resultado. Llevó 20 años encima de una bicicleta y desde el primer día que me monté en una bici he acumulado experiencias especiales. Muchas, pero a la vez únicas», añade.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios