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CÉSAR ÁLVAREZ
Viernes, 31 de octubre 2014, 12:52
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Paco Rivillas e Iván Antoñanzas son desde 2008 lo que hoy en día está tan de moda: emprendedores. Después de haber adquirido experiencia en diversos clubes riojanos como preparadores físicos (antes habían sido jugadores) y con los conocimientos adquiridos con su licenciatura de Educación Física, decidieron fundar un club de fútbol. Se propusieron como objetivo crear un club con forma de escuela integral de fútbol donde el deporte fuera casi igual de importante que lo social o recreativo. Y como era el momento, en el que en La Rioja se comienza a pagar por practicar el fútbol (al estilo de otras actividades extraescolares), la propuesta es dar un servicio realmente de calidad por el que los padres pagan.
Seis años después, pocas entidades deportivas de La Rioja pueden presumir de contar con 1.000 personas defendiendo la misma camiseta (aunque 200 de ellas quedan al margen de los Juegos Deportivos). Cuentan con una estructura de 67 equipos que cubren todas las categorías y cuentan con una lista de 125 entrenadores, que en fechas próximas, van a pasar a ser personal contratado por la entidad.
Todas esas cifras han ido creciendo poco a poco. Desde que el colegio Las Gaunas fuera el primero, allá por 2008, que aceptara el proyecto de las Escuelas de Fútbol Logroño para gestionar la actividad extraescolar de este deporte se han ido sumando muchos más centros (actualmente son ocho) y lo que fueron un puñado de licencias ahora se han convertido en un millar.
Paralelamente, la entidad se ha ido dotando de una estructura profesional aunque la dedicación de sus responsables (en la inmensa mayoría de los casos sobradamente titulados y con amplia experiencia en sus respectivos campos) sólo sea, hoy en día, semiprofesional. El club cuenta hoy en día con dos directores generales y una gerencia, coordinadores de las distantas categorías (en algunos casos con sus adjuntos), encargados de material, administración, secretaría y servicios que no son habituales en una entidad dedicada al fútbol base como es el servicio gratuito de fisioterapia (del propio club, al margen del seguro médico), al que todos los jugadores pueden acudir en las instalaciones de Prado Viejo.
Al principio, la dirección de las Escuelas de Fútbol Logroño marca unos objetivos mínimos en la formación de los jugadores (atendiendo a su edad y capacidad) sobre los que deberán trabajar los entrenadores de cada equipo.
A partir de ahí, se busca la mejora individual de los jugadores. «La clasificación final no es lo más importante», admiten desde la entidad, donde añaden «muchos de nuestros jugadores están inscritos en una categoría un año superior a lo que les correspondería, pero entendemos que ahí el nivel de exigencia va a ser mayor y su progresión también puede ser más importante».
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