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El najerino Pablo y el riojabajeño Mario León, protagonizaron un duelo de muchos quilates. :: F. D.
Golpe en la mesa del Calahorra

Golpe en la mesa del Calahorra

Tras una primera parte de cierta igualdad, los rojillos se impusieron en la segunda claramente

FÉLIX DOMÍNGUEZ

Martes, 5 de septiembre 2017, 12:58

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Nájera. El Calahorra dio ayer en La Salera un golpe en la mesa, presentándose como uno de los favoritos para liderar la Tercera riojana al final del campeonato. Si bien, con todo lo que queda aún de temporada por delante, sería ingenuo afirmar que el 0-3 de ayer frente el Náxara es algo definitivo para los blanquiazules, sí que les debe de servir como toque de atención para tratar de volver a la senda por la que transitaron la temporada pasada.

NÁXARA

Heras, Madero, Miguel, Nika (Eloy, m. 78), Pablo, Emilio, Muri, De Val, Javi Martínez (Tamayo, m. 78), Orodea (Rojo, m. 66) y Sergio.

0

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3

CALAHORRA

Gonzalo, Yasin, Beltrán, Javi Duro, Cristian, Biesa, Toño Jiménez (Barace, m. 55), Goñi (Íñigo, m. 68), Mario León, Binke y Montori (Míchel, m. 55).

  • Goles 0-1, m. 8. Binke. 0-2, m. 69. Míchel. 0-3, m. 71. Míchel.

  • Árbitro Óscar de los Mozos, con Pérez y Lázaro. Amonestó a los locales Nika, Javi Martínez y Rojo, además de al delegado.

  • Incidencias Gran ambiente en La Salera.

Si el domingo anterior, la bisoñez atacante del rival les valió para sacar adelante el partido con solvencia, tras un primer tiempo bastante malo, ayer se encontraron enfrente un rival muy serio y se fueron a la caseta con una derrota clara que, a tenor de lo visto en la segunda mitad, pudo haber sido mucho mayor. Los rojillos dominaron totalmente los segundos 45 minutos y los blanquiazules pueden dar gracias de que no estuviesen más acertados de cara a puerta.

El partido comenzó con una buena ocasión de Pablo, en el minuto 4, que se fue fuera por muy poco. Sin embargo, la réplica llegó enseguida, ya que los riojabajeños tuvieron una doble oportunidad de gol tras una falta lateral y el consiguiente córner, pero no acertaron a rematar con solvencia.

El Náxara necesita recuperar, cuanto antes, el tono y el juego de la temporada pasada

Sí lo hizo y muy bien, superando por arriba a la defensa, el delantero centro rojillo Binke, quien aprovechó una buena jugada entre Mario León y Yasin, con centro de éste al segundo palo, donde estaba el rematador. Con los visitantes manejando su ventaja con solvencia, el juego se desarrolló sobre todo en el centro del campo, donde ambos peleaban por tratar de manejar la pelota para traducir el juego en peligro.

Antes de la media hora hubo otras dos jugadas de gol, una por cada equipo. En la primera Goñi disparo rozando la cepa del poste y, acto seguido, Pablo trató de empatar y Gonzalo lo evitó en dos tiempos. En el minuto 36, un contragolpe de libro de Mario León y Yasin, acabó con un disparo de Biesa, con todo a su favor para marcar, pero que se fue fuera. Los últimos minutos de la primera parte estuvieron marcados por unos arreones de casta de los locales, pero que no sirvieron para lograr la igualada.

Tras la vuelta de vestuarios, los de Miguel Sola salieron dispuestos a dominar el juego y a tratar de dejar el encuentro visto para sentencia cuanto antes. Para ello se hicieron por completo con el centro del campo, mientras mantenían la disciplina defensiva a rajatabla. A los cinco minutos de la reanudación, Binke volvía a poner evidencia su poderoso salto de cabeza y superando a dos defensas, remataba a la cruceta de la portería defendida por Heras. Era un aviso de lo que podía venir.

Poco después, el míster rojillo hacía dos cambios, uno para mantener más aún la pelota en su poder, Barace, y otro para dotar a su equipo de mayor mordiente, Míchel. Las dos cosas le salieron bien. De esta forma, sobre el terreno de juego sólo parecía haber un equipo, y las ocasiones se iban sucediendo, hasta que llegaron los otros dos tantos y pudieron ser alguno más.

El artífice de ambos fue Míchel, que puso de manifiesto su olfato goleador, aunque, de haber estado un poco más acertado, podía haber ampliado su cuenta de goles algo más. Buena culpa de sus aciertos la tuvo el delantero centro Binke, quien lo mismo desbordaba a la línea defensiva najerina para pasar el balón con peligro, que abría huecos para que sus compañeros intentasen el gol.

Durante el último cuarto de hora, los de Diego Martínez estuvieron a merced de los rojillos que, de no ser por los errores en los remates de Íñigo en dos ocasiones y de Míchel y Mario León, podían haber redondeado un tanteador un tanto humillante.

Al final, el Calahorra dejó la impresión de que será un equipo muy difícil de batir, mientras que los locales pusieron de manifiesto que necesitan recuperar, cuanto antes, el tono de la temporada pasada para luchar por lo más alto.

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