El líder coquetea con el peligro

Pudo haber sido un encuentro sencillo, de libro, sin complicaciones. Los blanquirrojos se adelantaron en la primera mitad merced a dos remates de cabeza a balón parada. Con esa ventaja en el marcador, parecía que el horizonte se presentaba plácido para los de Chechu Martínez. Sergio Domínguez, en el minuto 22, cabeceó una falta botada por Diego. Era el certificado del dominio territorial de la SDL, a pesar de que sólo había llegado antes con peligro en una ocasión.

Era una primera mitad aburrida, sin mordiente y con escaso juego, salvo algunas combinaciones de la Sociedad, pero que se perdían ante la defensa ordenada del Calasancio. El segundo gol iba a llegar poco antes del descanso, cuando Javi Herreros marcó el segundo de cabeza.

El Calasancio podía bajar los brazos o dar un paso adelante. Eligió la segunda opción. Adelantó la presión y la SDL pareció relajarse. Merino, primero, con una falta y Estrada, con un cabezazo alto, sumaron las primeras ocasiones de los locales. Si la SDL estaba fría, se quedó helada cuando Niño sufrió una fea caída que sembró el pánico. En un salto con un futbolista del Calasancio, el futbolista cayó con el cuello y tuvo que ser ayudado por sus compañeros para abandonar el césped antes de ser trasladado a Urgencias.

Fue lo peor para la SDL, que afrontó la última media hora acongojado. El Calasancio dio otro paso más y obtuvo su premio con un cabezazo de Richard, a saque de córner de Jorge. Era el minuto 73. Fueron 20 minutos de asedio. A base de garra, los locales pusieron cerco a la meta de Benji. Garza, también tras un córner, remató el balón al larguero en el minuto 82.

El miedo se instaló entre los blanquirrojos, que intentaron estirarse ante un Calasancio enchufadísimo y dispuesto a morir matando. Incluso los colegiales reclamaron un penalti por caída de Edu con el tiempo cumplido. Fue la última acción de peligro de un partido loco del que la SDL fue de poco a menos y que a punto estuvo de pagar caro con un tropiezo fatal en un campo que se le atraganta una y otra vez.

Pero los de Chechu Martínez superaron el mal trago y siguen comandando la clasificación, empatados con el Calahorra. Un alivio tras un partido para olvidar que debe servir para extraer enseñanzas. Mientras, el Calasancio se seguirá lamentando por la oportunidad perdida.