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Ibarra, el número 1 del Villegas juvenil territorial
Ni un límite sobre el césped

Ni un límite sobre el césped

Un jugador juvenil con una parálisis en el brazo suple al portero de su equipo: "Fue increíble ver cómo todos le abrazaban al final"

S. MORENO LAYA

Jueves, 22 de octubre 2015, 19:37

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Esta historia de superación arranca en el Mundial'82 en un partido que enfrentó a los juveniles nacionales de la UD Logroñés y del Villegas, y se cierra en el túnel de vestuarios del campo de La Ribera, donde el Villegas juvenil territorial ganó por 1-0 al Calasancio en una tarde que al menos en el club encarnado pocos podrán olvidar por el caudal de sensaciones que propició un chaval extraordinario en un gesto de entusiasmo, amor y respeto por un deporte, el fútbol, que no debería pasarse por alto.

Daniel Ibarra, futbolista de 16 años, tuvo que cruzar entre aplausos, abrazos y vítores un pasillo de honor realizado por unos compañeros de equipo que mostraron de esta forma todo el respeto que este futbolista del Villegas se gana cada día en los entrenamientos y que el pasado fin de semana rubricó bajo palos en partido oficial. Ayudó, superando cualquier límite físico y temor psicológico, a que su equipo pudiera completar el partido correspondiente a la pasada jornada al enfrentarse con seguridad manifiesta a la pregunta que su entrenador lanzó al aire en el vestuario local minutos antes de que comenzara el choque frente al Calasancio. «Tenemos un problema, estamos sin portero», explicó Miguel Ángel Sáenz, técnico del Villegas juvenil territorial. «¿Hay algún voluntario para ponerse?», preguntó. Y Daniel Ibarra levantó su brazo para asumir un reto mayor al que cualquier otro de sus compañeros se podría enfrentar desde la posición de portero. «Yo me pongo». Y así fue, Daniel Ibarra jugó los 90 minutos con el dorsal '1' en su espalda.

Noventa minutos, un partido completo, de paradas a una mano, de esfuerzo inagotable, de ilusión por ser futbolista, de participar con sus compañeros, de formar parte del grupo, de asumir una parálisis de nacimiento en su brazo derecho para concursar con el Villegas. Una acción que emocionó por igual a compañeros en edad juvenil, a rivales en edad juvenil -conviene remarcar este hecho-, y a aficionados de uno y otro equipo que reconocieron la voluntad de hierro y el amor por un deporte de Daniel Ibarra, que resume así el partido: «Tuvimos ocasiones los dos equipos, yo hice mi parte, y mis compañeros la suya; y pudimos ganar»... y de ésta otra su gesto: «No pasa nada, me gusta jugar bajo palos, y me puse de portero. Lo de la parálisis es lo de menos».

«Lleva desde siempre con nosotros y para todos es un ejemplo de superación, de compromiso... lo cierto es que Ibarra lo tiene todo», constata Eva María Prieto, presidenta del Villegas, tan emocionada como el resto, aunque quizás no tanto como el propio entrenador de este equipo juvenil. «Demuestra que es como los demás. Ibarra tiene una limitación, pero lo intenta, trabaja duro y al final le sale», remarca Miguel Ángel Sáenz, que no podrá olvidar este partido y este gesto tan generoso de Daniel Ibarra. «Claro que me emocioné. Fue muy emocionante. Fue increíble ver cómo al término del encuentro todos los compañeros le abrazaban, le felicitaban e incluso le hicieron en el túnel de vestuarios el pasillo de honor». Una muestra de respeto y agradecimiento que «justifica todo el trabajo que hacemos en estos clubes».

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