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M. GARCÍA
Martes, 26 de mayo 2015, 09:16
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cerceda. La SD Logroñés dejó la eliminatoria vista para sentencia tras ganar por 1-4 al Cerceda en el choque de ida. En un partido repleto de eficacia, en el que marcó en las pocas llegadas que tuvo, logró un marcador excesivamente abultado y que nadie podía esperar en el minuto 45 cuando el marcador señalaba un 1-0.
Marcó muy rápido el Cerceda. Herbert tocó una falta con maestría y Granada peinó el esférico al fondo de las mallas de la portería defendida por Pinillos.
La ventaja dio confianza al equipo de José Luis Lemos, que plantó cara a un rival que no encontró vías fáciles de acceso a los dominios de Diego en la primera mitad.
En un periodo con mucho centrocampismo, alto ritmo, pero poca precisión en las acciones, las ocasiones escasearon. La mejor oportunidad para el conjunto rojiblanco la tuvo en su bota derecha Martín, que, en remate acrobático, no consiguió orientar el esférico hacia la portería de Pinillos en un centro pasado de Jorge Cano.
En la única llegada de entidad del equipo logroñés antes del descanso, con el tiempo reglamentario del primer acto ya cumplido, Domínguez cabeceó a gol un centro de León desde la derecha. Y nada más volver de los vestuarios, la SD Logroñés volvió a golpear. Un córner desde la parte izquierda del ataque visitante lo prolongó el capitán Ledo en el primer palo. El ariete Peña, libre de marca, fusiló a placer a Diego.
Reaccionó pronto el conjunto cercedense y un remate a quemarropa de Marcos Caridad lo despejó como pudo Pinillos.
Polémica
Pero una jugada polémica acabó de decantar el partido y la eliminatoria. Javi Angeriz, que ya tenía una tarjeta amarilla, pugnó por un balón aéreo con Peña, en un agarrón que pareció mutuo.
El colegiado, excesivamente quisquilloso toda la tarde, interpretó la jugada como penalti y además de señalar la pena máxima, que acabó marcando Laencina por el centro de la portería, mostró la segunda cartulina al central del Cerceda.
Con 1-3 y en inferioridad numérica, Lemos introdujo dos cambios y reconfiguró el equipo. Pronto se quedó también el conjunto riojano con un jugador menos por la expulsión de Gil en un enganchón con Granada.
El Cerceda, voluntarioso, lo intentó. Buscó el segundo gol y Peque dispuso, a la salida de un córner, de la mejor opción para reducir diferencias, pero el despeje a su disparo acabó convertido en un contragolpe letal que no pudo cortar Juan y que Villar, que acababa de entrar al césped, definió con precisión ante un Diego pendiente también de la llegada de César, solo, por el centro.
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