Monólogo del Haro en Yagüe

Cuando un equipo, en este caso el Yagüe, encaja tres goles en los primeros veinte minutos y antes de que se cumpla la media hora se ve obligado a cambiar a dos de sus jugadores, uno de ellos su portero, por lesión, el partido se complica en exceso. Tanto como para pensar en el siguiente. Eso le pasó ayer al cuadro de Zoco, que además agotó su tercer cambio también por lesión de otro de los titulares.

El Haro comenzó controlando el balón. Lo quiso para él. Es lo lógico. Pero además, sus primeras aproximaciones se transformaron en goles. Nacieron por banda izquierda. En la primera, Unai se anticipó a portero y defensa; en la segunda, Palacios remató de cabeza tras un saque de esquina. El tercero llegó por el mismo carril, pero con un balón en profundidad a Viola. El jarrero se adelantó a Miguel y superó en su salida de Picote. El partido estaba sentenciado cuando aún quedaba más de una hora de juego.

Así, el Yagüe tiró de casta, pero sin balón. Diego tuvo dos opciones de marcar bajo palos, pero en ninguna acertó, como tampoco lo hizo Unai, que desperdició la ocasión de sumar su segundo gol.

El segundo tiempo sirvió para poco. Miguel se retiró lesionado en el Yagüe, pero para ese momento el Haro ya había sumado tres goles más. Era el dueño del balón, si bien el equipo local tuvo un arranque de genio al inicio de ese periodo y Diego estrelló el cuero en la madera a la salida de un saque de esquina. Fue el único bagaje ofensivo de los locales, mientras que los harenses ampliaron su renta después de una incursión de Óscar por banda izquierda, una de tantas, que acabó con el remate de Viola en el segundo palo. El propio Óscar marcó el quinto después de una acción a balón parado a la que no estuvo atento el Yagüe y Olavarrieta cerró la cuenta poco después a puerta vacía. Así acabó la historia en El Salvador. Muy superior el Haro y un mal, malísimo día, del Yagüe, que se complica mucho su futuro en la categoría. Le toca pensar en el próximo partido y en recuperar jugadores.