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El guardameta Darío se lamenta tras encajar el primer gol, ayer en El Mazo, ante el Haro. :: donézar
El Haro gana el duelo riojalteño

El Haro gana el duelo riojalteño

Los blanquinegros encarrilan la victoria en el minuto 10 gracias a un gol de Unai

DIEGO MARÍN A.

Miércoles, 18 de marzo 2015, 22:36

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Mientras el Haro continúa mostrando que ha encontrado su ritmo de juego, ya con David Ochoa asentado en el banquillo, La Calzada sigue inmerso en un bache cada vez más profundo, con cuatro derrotas consecutivas y cinco partidos sin ganar. En el duelo riojalteño disputado ayer en El Mazo se vieron muchas caras. La primera, la doble tez de la suerte. Corría el minuto 10 de juego cuando Óscar, el lateral izquierdo del Haro, centró desde lejos un balón en la banda izquierda. Dio tiempo a pensar, incluso para tomárselo con calma. Darío, el guardameta calceatense, salió confiado a atrapar el balón hasta el punto de penalti pero allí, de pronto, apareció Unai, como por arte de magia, y le arrebató la pelota con un certero remate de cabeza que convirtió en el primer tanto del encuentro, para desgracia del portero. Los primeros minutos de los blanquinegros fueron sobresalientes, de una superioridad total sobre los rojillos. En cualquier ocasión, con la pelota en botas de los locales, se creaba sensación de peligro, mientras que los jugadores de La Calzada, centrados en contener el juego rival, apenas pudieron escapar de su propio campo.

La mejor baza calceatense fue la velocidad de Efrén al contraataque y, con ella, a punto estuvo de sorprender a la defensa harense en una cabalgada que terminó en córner en el minuto 24. Después, un cabezazo de Santi al filo del descanso cerró la nómina de ocasiones calceatenses. El Haro fue relajando su superioridad poco a poco, como si ya hubiera dominado a la fiera.

En la segunda parte los visitantes comenzaron mejor, con desparpajo, ganas y desenvoltura. En el 52 Rioja tuvo un mano a mano contra la portería local que desbarató Pérez con habilidad. La velocidad de los jugadores de Santo Domingo creó verdadero peligro.

Y cuando mejor estaba La Calzada llegó el segundo gol del Haro, esta vez de manera más fortuita, aunque, para marcar, siempre es necesario estar en el momento oportuno y en el lugar adecuado.

Allí, en el 65, estuvo Palacios, que remató un córner centrado por Óscar. El balón, manso, no pudo ser despejado a tiempo por la defensa calceatense y, aunque lo repelieron, el árbitro decretó el gol. El partido entonces murió con más dominio local y una ocasión más de Zabala.

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