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Héctor, en el partido de vuelta en Boiro.
El adiós del capitán

El adiós del capitán

Héctor se retira después de nueve temporadas en el Náxara

Sergio Martínez

Viernes, 17 de octubre 2014, 12:10

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Héctor Cerrolaza parece tener claro que esta vez es la definitiva; después de dos avisos, el defensa del Náxara cuelga las botas. La decisión se ha prorrogado quizá más de lo que él mismo esperaba, ya que al final de la temporada anterior había decidido no seguir, pero continuó para ayudar a su equipo hasta que motivos personales han precipitado una bonita y ya anunciada despedida.

«No ha quedado más remedio que echarme a un lado. Estaba involucrado esta temporada, pero la cabeza no la tenía a tope», detalla Héctor. Hace algo menos de dos semanas comunicó a sus compañeros y al club su intención de dejar el fútbol, de colgar la camiseta del que ha sido su equipo durante casi nueve temporadas y dejar el brazalete que heredó de otro mito blanquiazul como Ángel Olarte: «El Náxara ha sido una segunda familia para mí, tanto por los aficionados como mis compañeros. No pudo estar más agradecido con todos ellos». Y es que Héctor llego desde Logroño, del Berceo, pero ya se considera «un najerino más».

A lo largo de estos años, Héctor ha vivido de primera mano el crecimiento de un Náxara llamado ahora a las cotas más altas en el grupo riojano de Tercera. Temporadas que están escritas en letras de oro en la historia del club, con hitos como el campeonato de la temporada 2010/11 o el pasado play off de ascenso, en el que los blanquiazules alcanzaron la segunda ronda. «Quizá el año pasado viviese lo más bonito a nivel deportivo, pero sería decir lo fácil, la verdad que me quedo con todo lo vivido», comenta Héctor, que fue el protagonista del partido de ida de la fase de ascenso con dos goles de cabeza ante el Boiro gallego que supusieron el triunfo parcial y después absoluto en la eliminatoria.

A la hora de analizar la parte más negativa de su trayectoria elige, «egoístamente», la lesión que le tuvo apartado más de un año de los campos, que supuso su 'primera' retirada y que le privó de participar en Toledo en el primer play off: «Estar en el Salto del Caballo con esa impotencia de no poder jugar fue el peor momento». Pero los buenos ratos pesan más y Héctor considera este paso un punto y a parte: «No me he ido. Seguiré subiendo a La Salera como un aficionado más, me pondré en el túnel de vestuarios con los que son mi segunda cuadrilla de amigos».

Todos han querido reconocerle estos años, como Marcos Martínez, presidente del Náxara: «El club y el pueblo de Nájera quieren agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros, su esfuerzo y compromiso con este equipo». Todo ese cariño lo recibe Héctor con naturalidad y sin querer darse protagonismo, cerrando una bonita etapa haciendo un balance difícilmente mejorable: «Lo dejo con la sensación de haber disfrutado y de que he sido afortunado de jugar en el mejor equipo y apoyado por la mejor afición».

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