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El blanquinegro López, con el balón, ante el rojillo Octavio.
La Calzada amilana al Haro

La Calzada amilana al Haro

Los harenses no empataron hasta el 75

Diego Marín A.

Martes, 30 de septiembre 2014, 12:37

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El partido vivido ayer en El Rollo fue noble, vistoso, intenso y de una gran entrega física y estratégica. Los dos equipos, en el derbi de La Rioja Alta, mostraron ser grandes, compitiendo con calidad y esfuerzo. Sobre todo La Calzada, que dominó durante toda la primera parte, exhibió una capacidad abrumadora para la presión y el juego al límite, provocando los robos de balón y el peligro sobre la portería defendida por Javi Pérez.

Así, en el minuto 23, Efrén robó un balón a López en el centro del campo, avanzó con velocidad por la banda izquierda y asistió entre los centrales del Haro a su compañero Chuchi, que regateó al portero y marcó el primer tanto del partido. Gran jugada y gol merecido para el espectacular trabajo de los calceatenses, equipo singular, capaz de competir con los grandes de la categoría, sobre todo cuando juega en casa. Madalin en el centro del campo y Efrén en la delantera fueron los mejores rojillos, aunque también destacó el exblanquinegro Txus en la zaga calceatense. Apenas hubo más ocasiones durante la primera parte, en la que el Haro solo ganó terreno por la banda derecha, gracias a Hierro. Olavarrieta pudo rematar a puerta en el 28, aunque el balón se marchó fuera.

En la segunda parte los locales volvieron a sorprender en el arranque. Álex intentó un remate de espuela en el 53 que se marchó fuera por poco. En el 67, un mal rechace de Castillo se dirigió cruzado a su propia puerta, aunque Darío lo detuvo. Fue, hasta entonces, la mejor ocasión que tuvo el Haro para empatar. Sin embargo, el gol harense llegó en el minuto 75 y de forma polémica. Antes, el jarrero Txutxi remató de cabeza fuera un balón centrado al punto de penalti y que disputó por alto con el portero Darío.

En la recta final del encuentro Maño se encontró con un balón en la frontal del área, le vino bajo y, para controlarlo, se agachó y, al menos desde la banda, pareció tocarlo con el brazo izquierdo hasta acomodárselo a placer. Una vez situada la pelota para el golpeo de su pierna derecha, Maño disparó, ajustó al palo y anotó el empate del Haro. La protesta fue monumental por parte de los calceatenses. Y la tensión se mantuvo cuando el linea Domínguez llamó al árbitro, Óscar Marín. Parecía que iba a anular el tanto pero lo que hizo fue advertir de que la afición le había agarrado, en señal de protesta por no haber señalado la mano que pareció tan clara. El encuentro murió con el empate, que no satisfizo a nadie. Pero el bello encuentro ya fue una recompensa.

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