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David Silva festeja su gol, el primero de España, ante Macedonia. :: efe
España brilla y también sabe sufrir para ganar en Skopje

España brilla y también sabe sufrir para ganar en Skopje

Silva y Costa marcan para España, que en el segundo tiempo se relajó y dio esperanzas a los macedonios

RODRIGO ERRASTI

Domingo, 18 de junio 2017, 23:52

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skopje. España compareció en Skopje para conseguir tres puntos vitales de cara al Mundial y ofrecer una imagen de solvencia y autoridad durante la primera mitad ante una Macedonia que le inquietó al final, cuando marcó aprovechando que varios defensas españoles sabían que una tarjeta podía eliminarles de la final del Bernabéu ante Italia. En el coliseo blanco, el próximo 2 de septiembre, se decidirá presumiblemente la primera plaza del grupo G en el choque ante los italianos, con peor goalaverage general.

Llega la selección en lo más alto del grupo, pero sobre todo lo hará con máxima confianza, tras cerrar el ejercicio 2016-17 con Julen Lopetegui de manera impoluta: siete triunfos y sólo tres empates (Italia, Inglaterra y Colombia). En la fase de clasificación, donde suma 21 goles a favor y tres en contra, sólo un penalti postrero de Ramos en Turín evitó el pleno.

El pasado verano, España confirmó que el histórico ciclo ganador, increíble y seguramente irrepetible, se había terminado y debía reinventarse. Llegó Lopetegui para hacerse con los mandos de un grupo en el que debían hacerse fuertes varios de los talentos que él mismo había forjado con anterioridad. El vasco optó por mantener lo que funcionaba y buscar modificaciones al plan, confirmado que debían buscarse alternativas. Optó por zanjar debates que no beneficiaban al grupo. Buscó intentar mejorar «pequeños detalles» que se trabajan en los clubes. Algunos pronosticaron que los pesos pesados recibirían las modificaciones con desagrado, pero lo cierto es que el seleccionador tiene el compromiso de sus futbolistas.

En la peor fecha FIFA del año, tuvo concentrados y disponibles todos sus mejores hombres. Así, dispuso de su retaguardia de gala (De Gea junto a Carvajal, Ramos, Piqué y Alba) y optó por colocar de inicio cuatro 'jugones' (Thiago-Iniesta-Isco-Silva) con un ancla (Busquets) por detrás y un '9' por delante (Costa). Mostró su confianza en Isco, al que citó cuando no jugaba y al que ya otorgó la titularidad en el anterior duelo (Sant Denis) cuando empezaba a alcanzar la forma que le permitió arrancar de inicio en Cardiff. Brilló hasta que se agotó aunque, a veces, se adornó en exceso, tras moverse por muchos lados del campo, y le faltó serenidad para elegir la mejor opción para haber marcado un gol.

Otra vez Silva

La pelota fue de España, algo lógico con tanta acumulación de pies mágicos, y con ella movió a Macedonia a su antojo. De lado a lado, con los diez futbolistas de campo en campo ajeno y completando fases de buen fútbol. A Julen le inquietaba Nestorovski, no sólo por los cuatro tantos de la clasificación sino por sus internadas por los costados, pero las bandas fueron pasillos para los españoles, vestidos con un blanco que ya no es gafe. Alba, Silva o Isco comparecían por la izquierda con facilidad pero sus centros no encontraban destinatarios.

El gol parecía cuestión de tiempo, que llegaría por inercia debido a tanta superioridad. Sucedió cuando Iniesta encontró a Alba y éste la dejó atrás para que Silva se girase buscando la meta. La pegó mordida pero su movimiento engañó lo suficiente a Dimitrievski para el 0-1. No es algo nuevo para el canario, que lleva ocho tantos desde la Eurocopa, anotar el primer gol del partido, ya que también marcó los otros tres que abrieron los últimos triunfos (Israel, Francia y Colombia) como ya hiciera en Bruselas ante Bélgica. Nadie, desde un '9' como David Villa, había logrado encadenar cuatro duelos consecutivos con gol.

Segundos después casi regala uno a Diego Costa, con un pase interior medido, pero salió rápido Dimitrievski. Sí anotó el hispanobrasileño en una precioso slalom de Isco, que brilló más en la asociación que eligiendo cómo finalizar sus propias opciones. Se gustó demasiado y sobre todo perdonó un mano a mano incomprensible ante Dimitrievski. El asunto parecía más que liquidado y el siguiente objetivo era aguantar el triunfo sin ver amarillas, ya que seis jugadores podían perderse la final del Bernabéu ante Italia.

Bajón tras el descanso

En esa situación el parón del intermedio se antojaba como un posible punto de inflexión, el momento en el que 'La Roja' decidiese adelantar sus vacaciones y más sabiendo que Italia sólo ganaba por un gol a Liechtenstein. Aunque rozó el tercero -primero en un centro chut de Silva y después en un cabezazo de Busquets- Lopetegui pedía intensidad aplaudiendo a los suyos, quizá intuyendo que un gol podía complicarlo todo. Y, de manera inesperada, sucedió.

Pandev dejó de tacón a Ristovski que se fue por velocidad, aprovechando el espacio dejado por Alba, de un Ramos que no quiso hacer falta para no ver amarilla. A Carvajal no le dio tiempo a cerrar y evitar que fusilase desde cerca a De Gea en el área. El gol fue un estallido local. Macedonia se vino arriba, por ilusión, y obligó a España a defender más intenso para conservar la pelota. Silva, antes de irse por Pedro, y Alba vieron tarjetas. Optó Lopetegui por Koke, con idea de encontrar un mayor control. Lo logró e incluso Costa dispuso de la sentencia antes de una jugada mal defendida por España que sobresaltó a Lopetegui y a la grada, que ovacionó a Iniesta al irse sustituido. Y es que algunas cosas sí que no cambian.

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