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El equipo hace una piña en torno a Diego Costa tras el gol del delantero del Chelsea, que encarrilaba el encuentro. :: Andrej isakovic / afp
España, paciencia y recursos

España, paciencia y recursos

Lopetegui apostó por jugar con sólo tres defensas y el plan le funcionó tras una primera parte en la que chocó con el meta rival

RODRIGO ERRASTI

Lunes, 10 de octubre 2016, 00:30

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SHKODER. La selección española temía octubre. Dos duelos consecutivos en 72 horas ante Italia y Albania podían hacer tambalear su puesto para el Mundial de Rusia. Se presentó en Albania con la necesidad de vencer a la selección que asombró en la Eurocopa e hizo sufrir a los dos finalistas, Portugal y Francia, y logró un triunfo convincente en el que sumó la paciencia a todas las virtudes que ya mostró días antes frente a Italia. Regresa a España como líder de grupo, llena de confianza por el buen juego, consciente de que sigue evolucionando pero aún tiene margen de mejora, especialmente en el apartado de la efectividad. Si en noviembre cumple ante Macedonia en Granada, cerrará un 2016 que se tornaba gris con la clasificación bien encaminada.

No se le puede acusar a Julen Lopetegui de no intervenir. El vasco, con sus novedades tácticas, trata de potenciar el tipo de jugador que crece ahora en el país. Una hora antes del partido, todos en Shkoder, incluido el seleccionador de Albania, Gianni De Biasi, debatían sobre la alineación española al ver que sólo había tres defensas, siendo uno de ellos Nacho Monreal y no aparecer ningún lateral diestro puro. La duda era saber si el seleccionador había apostado por jugar con tres atrás, como en la segunda mitad ante Liechtenstein. Sabía que había que armarse de paciencia ante otro muro. Debió de pensar Lopetegui que contra otro equipo muy cerrado, y con mejores futbolistas, era aún más necesario prescindir de un defensa para sumar un jugador más de ataque.

Al autobús anunciado por De Biasi, que pobló las líneas centrales, le ayudó el campo que se iba poniendo pesado. Se temía por el estado del césped, ya que en las horas previas cayó un diluvio en Shkoder, ciudad de 110.000 habitantes al norte del país volcada con su selección. El terreno de juego de Loro Boriçi, un estadio antiguo pero reformado y muy coqueto, drenaba todo lo que podía. Los operarios de la FIFA, la misma que decidió que el jueves jugase allí Kosovo ante Croacia, trabajaron la noche del sábado en mejorar el tapete y trataron de solucionar alisarlo al descanso.

Se llegó al intermedio después de un buen primer acto español, que volvió a adornarse a veces en exceso en lugar de buscar el disparo. Busquets bajó a la salida de balón, Koke, soberbio otra vez, caía más la izquierda y en la diestra estaba Vitolo para echar una mano si aparecían rivales buscando la portería de De Gea. No los hubo. Tocaba y tocaba España, pero en general lo hacía con demasiado lentitud y en horizontal ante una Albania incrustada atrás y que puso a diez jugadores detrás del balón, propiedad absoluta visitante. El equipo español, que rompió el gafe de la camiseta blanca, logró generar más peligro cuando tuvo más movilidad, profundizó hasta línea de fondo y después metió el balón al área para que la rematasen sin tino Piqué o Costa.

España a veces insistió en resolver situaciones de ataque con un tiralíneas pese a que la resolución en ocasiones debía ser más simple. Eso pareció en una acción entre Thiago y Diego Costa, que se la dejó de tacón a Koke, que golpeó de puntera, como en fútbol sala pero repelió Berisha con apuros. El meta se estaba vistiendo de héroe, ya que sacó después otra mano tras una acción colectiva española. Vitolo, el más peligroso desde la llegada de Lopetegui, la ajustó con rosca junto al palo pero se lució el meta, reclutado por De Biasi en un pueblo de pescaderos en Suecia. Costa lo intentaba y se jugó la cara buscando balones. El muro no caía, pero se le notaban grietas.

Lopetegui insistió en la caseta: «Paciencia». Con todos en su campo y De Gea fuera de su área, España arriesgaba mucho, ya que Ramos y Monreal se colocaban como si fuesen extremos. Parecían más intranquilos los suplentes de Lopetegui que el propio seleccionador, que se pasó todo el partido dando instrucciones en banda pese a que regresó la lluvia. Y entonces Berisha, que había mantenido a los suyos en la pelea, se equivocó a dar el pase con el pie cuando sintió la presión de Costa. Vitolo cortó el pase y Silva cedió atrás a Costa, que acompañó la jugada y con suspense marcó a puerta vacía.

Ramos sufre un esguince

El 0-1 liberó a 'La Roja', que se notaba más liviana pero debía sentenciar. Reclutó para ello Lopetegui a Nolito. El andaluz entró por Vitolo a percutir junto a la cal, se llevó una bola en un rebote y pensó que lo mejor era buscar el disparo, en una jugada típica suya entrando en diagonal desde la izquierda. No innovó y buscó el palo más alejado. La ajustó rasita y sentenció el partido. Por algo lleva seis goles en quince partidos.

Lopetegui, pese a las permutas albanesas, buscó dar minutos a Isco, su apuesta personal, por Iniesta. E incluso optó por Íñigo Martínez cuando Sergio Ramos se tuvo que ir lesionado, víctima de un esguince de rodilla que le mantendrá alrededor de un mes de baja.

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