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Batacazo olímpico

La sub'21 de Celades, con poco gol y mucha mala suerte, cae ante Serbia y se queda fuera de la fase final de la Eurocopa y de los Juegos de Río

IGNACIO TYLKO

Martes, 21 de octubre 2014, 22:57

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El fútbol es enorme de puro contrasentido. Es indudable que el talento de los jóvenes españoles, con Isco como líder, es mucho mayor que el de los siempre competitivos serbios, pero resulta que los balcánicos estarán en la fase final del Campeonato de Europa sub'21 y los vigentes campeones se quedan fuera de combate y, lo que es más grave, sin poder competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Más allá de la mala suerte y sin pecar de ventajistas, algo se habrá hecho mal cuando el fútbol español se quedó fuera de Atenas, tampoco se clasificó para Pekín, fracasó con estrépito en Londres y se perderá la aventura carioca. España, campeona continental en 2011 y 2013, fue un quiero y no puedo en el renovado Ramón de Carranza. Soñó con la remontada en el descuento, cuando Sergi Roberto empató, pero casi en la jugada siguiente llegó una pérdida absurda de Óliver Torres y el gol de Kostic que destrozó a los españoles, víctimas de su falta de pegada, de confundir la paciencia con la parsimonia y de sus recurrentes desajustes defensivos.

Sin el sancionado Morata pero con Munir, España presentó un equipo de lujo. Es cierto que Del Bosque ha perjudicado a la sub'21 al dar la alternativa en la absoluta a Carvajal, Bernat, Koke y Alcácer, todavía en edad de jugar con los pequeños, pero no caben excusas.

Los de Celades se hicieron desde el principio con el control del balón, llegaron a tener una posesión próxima al 80% pero apenas inquietaron a los rivales. Abusaron de entrar por el perfil izquierdo, con Isco, Muniain y las incorporaciones de Gayà, y se hicieron previsibles. Los de Curcic se adelantaron en su única aproximación de la primera mitad. Fue un churro, ya que el centro de Pesic lo despejó el lateral zurdo del Valencia contra Saúl. Carambola fatal y gol en propia meta que obligaba a una reacción.

Más problemas tras la reanudación por la lesión en el hombro de Muniain. Celades recurrió a Sandro, Óliver y Sarabia. Deulofeu se marchó malhumorado y Saúl pasó a ser central. Todo el juego pasaba por Isco, técnicamente maravilloso pero poco contundente. Sandro lanzó al palo tras un gran movimiento, Sergi Roberto permitió soñar, pero la fiesta fue plavi en la 'Tacita de Plata'.

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