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íñigo Zubiri, Marcos André y Álvaro Arnedo. :: Juan Marín
El primer ramillete que brota en la cantera

El primer ramillete que brota en la cantera

La titularidad de Zubiri, Marcos André y Arnedo en Lezama marca un punto de inflexión en la corta historia de la entidad blanquirroja | La UD Logroñés juntó el domingo por primera vez en su once a tres futbolistas que pasaron por el filial

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Jueves, 24 de agosto 2017, 11:44

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La UD Logroñés no sólo ganó el domingo en Lezama y comenzó la temporada como no lo había hecho nunca lejos de Las Gaunas, sino que además rompió otra barrera. Con una corta historia, desde el año 2009, los blanquirrojos vivieron en casa de una de las canteras por excelencia del fútbol un hecho histórico para ellos: por primera vez tres jugadores que han pasado por sus categorías inferiores formaban en el once titular: Iñigo Zubiri, Marcos André y Álvaro Arnedo. Y a ellos se sumaba Dani Gómez, delantero riojano que llegó al filial hace ocho meses y que ocupó plaza en el banquillo.

Iñigo Zubiri es el más veterano de los tres. Debutó con el primer equipo el 9 de diciembre del 2012, frente a Osasuna B. Jugó un minuto, pero antes de alcanzar esa cota, había logrado el ascenso a Juvenil División de Honor. Repitió con Raúl Llona y Carlos Pouso en el primer equipo, hasta que emprendió su aventura en el filial del Levante. Pouso le recuperó el pasado verano.

«Cuando estás en la cantera y ves que un jugador de casa llega al primer equipo sientes que tú también puedes lograrlo, juegues en Cadete o en Juvenil. Siempre es positivo que asciendan futbolistas de las categorías inferiores», admite Zubiri.

La experiencia de Marcos André es más corta. Llego al inicio de la pasada campaña para jugar en el Promesas. En enero ascendió al primer equipo y debutó frente al Leioa. Rafa Berges le dio la oportunidad. «El míster apuesta por los jugadores de la cantera. Le gusta. Él ha vivido en una cantera y sabe lo que supone para un chaval que le den la oportunidad de ascender. Que tres jugadores que hemos pasado por las categorías inferiores fuéramos titulares es para sentirse orgulloso», indica el brasileño.

El último en llegar ha sido Álvaro Arnedo. Jugó en Juvenil y en Regional Preferente con la camiseta blanquirroja, pero el pasado año decidió vestirse de arlequinado, del Varea. Ha vuelto para jugar en el filial, si bien ya ha abierto la puerta de Segunda B. «No esperaba ser titular en Bilbao, aunque a medida que avanzaba la semana y César seguía problemas sí que piensas que igual juegas. Además, Sergio le echó un par de narices al colocarme en el once», indica.

Los tres valoran muy positivamente el triunfo alcanzado en Bilbao. «Las sensaciones no pueden ser mejores, porque ganamos y además jugamos bien», indica Marcos André. «Derrotar a un equipo como el Bilbao Athletic siempre es una buena noticia. Jugando como lo hicimos en Lezama podemos sacar muchos partidos adelante», añade Zubiri. «Ha sido muy importante ganar en Lezama. Me sentí tranquilo y concentrado. Llevaba un tiempo con buenas sensaciones y tenía la confianza necesaria para jugar», remata Arnedo.

Su historia, la de los tres es muy similar. Llegaron a la UD Logroñés, pero se fueron. Sacaron billete de vuelta y ahora se ven sorprendidos. Iñigo Zubiri se fue al Levante y tras una mala experiencia regresó a Las Gaunas. «La pasada campaña fue complicada, así que poder comenzar la Liga y ser titular me hace sentirme futbolista. Con Sergio Rodríguez volví a jugar y estoy feliz de que cuente conmigo», admite el canterano.

Marcos André sabía que en la UDL le querían, pero era jugador del Celta hasta el 30 de junio. Su viaje de ida y vuelta ha sido más corto. «Cuando me fui a Brasil, Carlos Pouso ya me dijo que quería seguir contando conmigo, pero antes debía resolver mi situación con el Celta. Acabé mi contrato allí y acordamos venir al Logroñés por dos temporadas. Este equipo me ha aportado mucho. En Vigo no jugaba y aquí lo he jugado todo», afirma.

Y Álvaro Arnedo se marchó más cerca, a Varea. Sergio Rodríguez le fichó para jugar en División de Honor, pero después de lograr el ascenso a Tercera quería algo más a falta de minutos en Segunda B. «Jugar en Varea me sirvió para conocer otra faceta del fútbol. Es un equipo que tiene un objetivo muy claro y en el que la presión es mayor. No sé si acerté o no al irme al Varea, pero la verdad es que me sentí muy cómodo y me trataron muy bien. He regresado a la UDL y también me siento como en casa. Mi relación con Sergio siempre ha sido muy buena, desde el momento que hice una prueba para jugar en la UDL. Entonces estaba en el Comillas. Además, no sólo me ha ayudado a nivel deportivo, sino también a título personal, algo que para mí fue muy importante en aquel momento», apunta el centrocampista.

Los tres jugaron en Bilbao en un momento en el que la plantilla está envuelta en su confección. Faltan futbolistas por llegar y la duda que queda es si cuando éstos firmen (si firman), las puertas de la competición seguirán abiertas para ellos.

«Es verdad que falta gente, pero los que estamos en el equipo trabajamos con intensidad. Cuando lleguen esos jugadores aumentará la competitividad, pero a día de hoy las sesiones de trabajo son muy buenas. El entrenador tiene las ideas claras y si los canteranos demuestran que tienen sitio, que tienen ganas y que están implicados, Sergio Rodríguez es de los técnicos que les pone sobre el césped», asevera el defensa, que en Bilbao jugó a la izquierda de César Caneda.

«No esperaba ser titular en Lezama. Es la verdad. Aquí no hay titulares. En esta plantilla todo el mundo trabaja igual. Jugar o no depende de cada partido y del entrenador, pero todo se apoya en el trabajo. Es verdad que faltan jugadores, pero el equipo está trabajando muy bien. Somos un bloque muy unido que piensa positivamente. No podemos pensar en quien falta o no, sino en trabajar y ganar», indica el carioca antes de que Arnedo zanje el debate. «Todos trabajamos para jugar y para que te valoren. Sigo siendo jugador de Tercera, pero quiero ser integrante del primer equipo. Jugamos los tres en Lezama porque quizá se unieron diversas circunstancias: trabajo diario, falta de jugadores, cantera,... peor creo que hay gente en casa que puede jugar en el primer equipo».

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