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LA RIOJA

Logroño

Domingo, 8 de octubre 2017, 17:53

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La UDL corta la hemorragia de derrotas a base de sufrimiento. El equipo riojano se ha impuesto en Las Gaunas ante una discreto Osasuna B que, a base de orden, contundencia y trabajo, ha puesto las cosas muy complicadas al equipo de casa.

El equipo blanquirrojo partía con los nervios a flor de piel tras las cuatro derrotas consecutivas en el casillero (tres de Liga y otra más de Copa). Después de un inicio fulgurante en el que se lanzaron a los cuatro vientos las opciones de saltar la banca en la categoría, en una Liga tan complicada como la Segunda B, el bloque de Sergio Rodríguez vio cómo se le helaba la sangre en cuatro partidos.

Triste golpe de realidad. Al niño guapo le había dicho la niña que no lo quería ver ni en pintura, que no era su tipo. Calabazas. En casa, mamá y papá le habían llegado a convencer de que era el más lindo, el más listo, el más...

Pue no. Ayer, el niñato se puso a trabajar y exhibió carácter para darle la vuelta a un partido que se le había puesto cuesta arriba desde el minuto 1 y así, al menos, pudo cautivar a una afición ávida de resultados y que, cómo no, sabe lo duro que es una categoría de chusco y tocino más que de galanes de pasarela.

El Osasuna lo tenía claro. Un equipo de fajadores. Orden y trabajo y lo que caiga. Presión, correr y correr. A destajo. Así las cosas, el equipo de casa intentaba una y otra vez desembarazarse de una presión asfixiante, pero los resultados no llegaban. Mal panorama para los delicados sistemas nerviosos de los moradores de Las Gaunas.

Jugadas por las bandas y pases atrás. Nada. Carles Salvador, Marcos André, Javi Martínez... Todo intentos vanos. Hasta que...

Otro mazazo

...hasta que Jordan anota para el Osasuna B. El exjugador de UDL y Real Madrid, entre otros, una estrella fulgurante que acaso haya perdido algo de lustre, aprovechaba la única llegada navarra al área riojana.

En dos cocasiones lo intentó para marcar el 0-1 en el minuto 18 de partido. Jordan Gaspar pidió disculpas por el desplante.

El equipo no perdió la mirada en el triunfo. Se agarró a la fe y tiró de clase. A fin de cuentas el equipo visitante no iba a poder estar todo el día corriendo. En algún momento iban a flojear las fuerzas.

No fue en el primer tiempo, desde luego. Diez minutos tras el gol volvieron a acosar el área rival. Paredes se equivocó en un pase y Jaime mandaba alto. Se animaba Rayco al acoso con Muneta y Salvador en los minutos finales. Nada.

Tras el paso por las casetas se rehizo un poco el orden. Acaso la charla estuvo enfocada más al factor anímico. El equipo zozobra en defensa por la falta de contundencia. En algunos momentos es mejor manda la pelota a la Circunvalación que hacer un pase precioso.

Y arrancó la segunda parte con el ansia local intacta. Rayco tocó de cabeza y el balón se estrelló en la parte innoble de la escuadra. Iván Aguilar volvía a amenazar puerta, peo fue Marcos André quien llevó la igualada en el minuto 51 del partido.

Volvió el orden estructural al partido y quedaba toda una segunda parte para enmendar errores. La UDL empezó a picar en granito. Reyco mandaba ajustado al palo y Álvaro Arnedo probaba fortuna. Marcos André probaba fortuna desde la frontal y su tiro salía fuera.

Rayco hacía un jugadón en el minuto 73 quedánddose solo tras un control maravilloso, pero seguidamente no supo qué hacer con el cuero.

El que sí lo tuvo claro fue Marcos André en el mintuo 74 al aprovechar de cabeza un corner que remató en el primer palo. Enorme testarazo y gol con vitola de victoria. Era el 2-1 y quedaba un cuarto de hora.

La amarga experiencia de partidos pretéritos en los últimos minutos de los partidos surgió de manera automática, como las respuestas del catecismo. Aguantar, trabajar y sujetar el partido. Los cambios en la UDL llevaban esta intención, pero el Osasuna dispuso de una ocasión clara en un disparo de Endika que fue al palo. Otra vez los miedos, pero ya no hubo tiempo para más.

Victoria con tirita y mercromina para una UDL que ha sabido cortar la hemorragia de derrotas. Lo peor: la cantida de trabajo pendiente, en especial en la zaga; lo mejor: los puntos y la capacidad de remontada en un partido tan indigesto como un bocata de lija.

Si quieres ver la narración del partido pincha aquí

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