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Los jugadores blanquirrojos se abrazan en Valdebebas. Fue el último triunfo fuera de casa, acogido con alegría por la afición que se desplazó a Madrid. ::
Tres meses sin ganar a domicilio
SEGUNDA DIVISIÓN B

Tres meses sin ganar a domicilio

Tras el triunfo en Valdebebas del 19 de noviembre, la UD Logroñés sólo ha sumado tres puntos lejos de Las Gaunas

Carlos Ferrer Yábar

Miércoles, 22 de febrero 2017, 10:45

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logroño. El domingo, con el partido en Lezama, se cumplían tres meses desde que la UD Logroñés lograra su segunda y última victoria lejos de Las Gaunas. Ocurrió en Valdebebas ante el Castilla, al que se le endosó un más que ilusionante 0-4, con Sergio Rodríguz en el banquillo blanquirrojo, pero que se quedó en un espejismo. Por momentos, se pudo pensar en volver a conseguirla en este partido de Lezama, pero los cachorros no dejaron opción a ello, empatando poco después del gol de Amelibia que ponía en franquicia a los riojanos.

Con anterioridad, con Pouso en el banquillo, se había ganado al Arenas en Guecho, por 1-2. Pero no había pasado tanto tiempo entre el inicio de la temporada y las dos victorias, como sucede ahora.

Con Rafa Berges dirigiendo al conjunto blanquirrojo los desplazamientos de la UD Logroñés han sido hasta ahora como una travesía en el desierto, aunque comenzó con buenas sensaciones, empatando sin goles en el Stadium Gal, en el único encuentro en que el equipo no ha encajado ningún gol en estos meses en los partidos lejos de Las Gaunas.

El bagaje es muy pobre y es uno de los motivos que hacen que el conjunto blanquirrojo siga sumergido en una situación tan incómoda como peligrosa, que ni siquiera le permite bajar la guardia en casa, donde el equipo no ha perdido desde que Pouso dejara su dirección técnica.

Sergio cosechó la victoria ya mencionada en Valdebebas y empató con la Real Sociedad en casa. Y Rafa Berges ha sumado dos victorias (Amorebieta y Toledo) y dos empates (Fuenlabrada y Zamudio) en sus partidos de Las Gaunas. El hecho de prácticamente no sumar fuera provoca que esos empates hayan lastrado en demasía el ritmo de puntuación del equipo cuando actúa ante la propia afición.

Los motivos hay que buscarlos en el cambio radical que ofrecen los blanquirrojos cuando juegan fuera de casa. A lo largo de cada partido se han cometido errores, unas veces puntuales, otras de concepto y las más a la hora de dejar jugar al rival en demasía cerca del área, y se han pagado con goles, algunos de ellos evitables con una mayor concentración y contundencia en la zona defensiva. Pero lo que más ha lastrado a la hora de buscar el triunfo ha sido la negación constante en ataque. Sólo se han conseguido tres goles fuera de casa, dos que sólo han servido para empatar (Leioa y Athletic B) y uno que no sirvió siquiera para sumar (Socuéllamos).

Todo ello ha ido dejando al conjunto blanquirrojo expuesto a que en cualquier momento se pueda llegar a caer en posiciones más dramáticas que la actual, decimoquinto en la tabla, a un punto del 'play out' y a dos del descenso.

El mal promedio fuera de casa obliga a asegurar los puntos en Las Gaunas, lo que acarrea mayor presión y agarrotamiento entre los jugadores. Ante el Barakaldo, el domingo que viene, otra vez, la necesidad obliga a sumar los tres puntos. No cabe otro resultado.

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