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La derrota del Mensajero añade valor al empate de la UD Logroñés

La derrota del Mensajero añade valor al empate de la UD Logroñés

La mejoría en ataque de los de Berges no conllevó la anulación de errores ante el Athletic B

José Martínez Glera

Domingo, 19 de febrero 2017, 21:35

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Tres puntos de ventaja acumula la UD Logroñés respecto al Mensajero, que marca la zona de descenso con 28. Tres puntos que nacen del empate cosechado por los riojanos en Lezama frente al Athletic (1-1) y la derrota del conjunto canario frente al Toledo (2-0).

No fue capaz la UDL de ganar un encuentro en el que necesitaba la victoria, pero al menos no perdió, que es el consuelo que queda cuando la situación no es la mejor y los nervios nublan las mentes. Rafa Berges presentó las novedades de Sergio Reguilón en la banda izquierda, Salvador por dentro y Marcos André en punta. Al margen de esos cambios, el equipo mantuvo la tónica de los últimos encuentros, aunque con la diferencia de que marcó primero. Amelibia remató de cabeza el balón que le sirvió Traver y antes de que se cumpliera el minuto 10, la UD Logroñés ganaba.

Mandar en el marcador no significó no obstante mandar en el terreno de juego, ya que la primera mitad fue bilbaína, con muchos minutos de posesión y un gol, de Undabarrena, a la salida de un saque de esquina. Gol que llegó después de una volea precisa ante la ausencia de marca. Así es mucho más sencillo.

Y es que los errores también aparecieron. Dos indecisiones de Ameliba y Miguel, primero, y de Reguilón, Remón y Miguel, segundo, acabaron con el balón en el poste, con el cancerbero riojano fuera de sitio. Fue en la segunda y le faltó precisión a Jurgi.

Mejoró la UD Logroñés con la inclusión de Muneta y Pablo Espina mediado el segundo acto. Más control de balón, más posesión y con la intención de querer jugar. Y en eso el centrocampista vizcaíno es rápido de mente. De sus acciones nacieron las mejores ocasiones, sobre todo porque rescató de la oscuridad a Sergio Reguilón, que en pocos minutos puso dos magníficos balones en el área. Al primero acudió Muneta, pero Simón despejó el balón y Espina no aprovechó el rechace. Y en el segundo, Juanfran mandó el cuero a la izquierda de la portería. Más rapidez, más fluidez, más peligro. Espina pudo marcar a balón parado, pero Simón despejó el cuero en el segundo palo cuando éste se cerraba en busca de la red local.

Ahora bien, esa mejoría en ataque no conllevó la anulación de errores. Caneda y Amelibia se liaron en un par de ocasiones (el primero dentro del área y el segundo con un pase horizontal hacia Caneda), pero los vascos no acertaron y, para justicia visitante, el colegiado anuló el gol de Córdoba en el tiempo añadido por fuera de juego de Villalibre. Valentía del trío que de no haber anulado ese tanto la gravedad de la situación riojana hubiera sido mayor.

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