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Muneta juega el balón ante la llegada de Goñi. Por delante de él, Mendi y más abierto, Jaime Paredes. ::
El ataque se impone a la defensa

El ataque se impone a la defensa

La UD Logroñés asume riesgos en defensa para buscar un juego ofensivo más insistente, con más recursos y con mayor llegada al área del adversario

José Martínez Glera

Jueves, 15 de diciembre 2016, 11:07

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¿Qué ha cambiado en la UD Logroñés con la llegada de Rafa Berges? El técnico andaluz acumula cuatro puntos en dos partidos, que sumados a los conseguidos por sus predecesores en el banquillo, han despertado de nuevo la ilusión por pelear por algo más que la permanencia, aunque el descenso siga acechando desde muy cerca. El cordobés dejó su tarjeta de presentación el domingo en Las Gaunas: más riesgos defensivos merced al uso de laterales largos, fútbol más ofensivo, más jugadores cerca del área rival y posesión del esférico. Con cuatro de los rasgos que se extraen del compromiso dominical.

Cierto que si Ibrahima hubiera superado a Felipe tras irse con facilidad de Caneda, el partido hubiera caído. Pasó algunos apuros el cuadro blanquirrojo. A partir de ahí, el fútbol fue diferente. Javi Rey fue el encargado de dar salida al balón. Jugador técnico y con visión de fútbol de corte más ofensivo que defensivo. Retrasar su posición ha permitido liberar a Antxon Muneta, que cuajó su mejor partido de Liga el día que más minutos estuvo (de calidad) sobre el césped. A la UD Logroñés le puede pesar jugar en Las Gaunas, pero no le quemó el balón, lo quiso.

La acumulación de jugadores en terreno del rival permite muchas más opciones de pase. Los centrales ya no juegan en largo, con diagonales imposibles en ocasiones, sino que tocan y buscan salida por ambos lados. Tanto Ferrone como Paredes son opciones de pase para los tres zagueros, pero también para el resto de los cinco jugadores de campo, ya que su posición adelantada les convierte en apoyo para los centrocampistas, pero también para los puntas.

El primer gol blanquirrojo llega a balón parado. Muneta juega totalmente libre desde la línea de tres cuartos, su posición natural. Mendi provoca la falta al borde del área y Espina marca. El segundo gol nace desde la zaga local, en su afán por jugar el balón y es finalmente Espina, desde la media punta, quien hace la pared con Paredes, que sirve desde dentro del área. Remata Mendi, pero dentro del área también están Muneta y Ferrone. ¿La diferencia? Con un punta único, si éste se hubiera descolgado para combinar con Paredes, no hubiera llegado al área a rematar. Además, en esta ocasión el delantero vasco sí que midió bien y fue por detrás del esférico después de que, por dos veces en acciones anteriores se dejará el cuero atrás por correr adelantado.

Jugar con dos puntas permitió, entre otras cosas, que Pablo Espina rematase de volea en el segundo palo un balón servido por Julio Rico, con Mendi ocupando otro espacio diferente dentro del área. Y que el propio Mendi estrellase el esférico en el cuerpo de Villanueva después de un centro de Adrián León desde la banda izquierda, con Espina en segundo plano y Carles Salvador en la media luna.

Con dos delanteros juntos, Mendi provocó la falta del primer gol, marcó el segundo y disfrutó de tres ocasiones más dentro del área rival, amén de generar con un taconazo un mano a mano de Muneta con el portero vasco.

Berges introdujo otra variante más en punta: Thaylor Lubanzadio. El jugador cedido por el Eibar se sumó en los últimos minutos al partido y disfrutó de una clarísima ocasión para marcar después de un espectacular pase de más de treinta metros de Espina desde la banda izquierda, en su propio campo. Villanueva despejó el balón.

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