Borrar

MAL Y TARDE

JOSÉ MARTÍNEZ GLERA PENALTI Y EXPULSIÓN

Lunes, 24 de octubre 2016, 00:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Empatar con el Sestao que se vio ayer en Las Gaunas es un fracaso absoluto. Y lo es porque más allá de diferencias futbolísticas, la UD Logroñés demuestra tal carencia de virtudes exigibles en el fútbol (o las esconde) que nada tienen que ver con saber parar un balón o volarlo cuarenta metros con absoluta precisión.

Éste es un equipo perdido, que muda de piel los domingos. Carlos Pouso se empeña en cada entrenamiento en jugar en espacios cortos. Al pie y al espacio. Pero por abajo. Y se empeña en que sus jugadores corran hacia adelante cuando tienen el balón. Llega el domingo y el cuero evita a los jugadores de creación. Su fútbol se torna tan directo como arcaico e impreciso. No hay posesión, no hay toque al pie, no hay balón al espacio, sólo balones aéreos que alientan la guerra. Estéril por cierto.

La cuestión es si entienden o no a Carlos Pouso, porque nada tiene que ver el domingo con el resto de la semana. Porque a esa discordancia futbolística se une una actitud que le impide ganar partidos. La actitud no se negocia. O hay o no hay. Si no existe, fuera del césped. Punto. Y en este conjunto hay muchos jugadores que no están rindiendo como se esperaba de ellos a tenor de los curriculums que acompañaron en sus presentaciones. Pero el tiempo explica quien es quien en esta historia.

No hay mayor enemigo para un futbolista que sentirse superior. La UDL debe ser la de los últimos minutos de ayer: insistencia, intensidad, repetición, pelea y no el de esos 80 minutos que echa a la gente del campo. Así, mal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios