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Carlos Pouso siempre suele charlar con sus hombres antes de empezar el entrenamiento matinal. :: juan marín
«Hemos de saber jugar al límite de la presión y de la ilusión»
ASCENSO A SEGUNDA

«Hemos de saber jugar al límite de la presión y de la ilusión»

Carlos Pouso Entrenador de la UD Logroñés

Carlos Ferrer Yábar

Sábado, 21 de mayo 2016, 00:31

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El técnico blanquirrojo analiza lo que está viviendo él y la plantilla en este semana previa al primer compromiso del 'play off' ante el Villarreal B, un equipo especialmente difícil para la primera eliminatoria. La motivación en el entrenador y en los jugadores va a ser una de las claves para intentar pasar a la siguiente ronda.

- Ha llegado la hora de la verdad...

- Es el momento por el que hemos trabajado todo el año y ahora ya no hay vuelta atrás. Son partidos jugados al mismo deporte, pero de otra manera y con una trascendencia mayor, porque hay menos margen de error y de recuperación. El castigo es más difícil subsanarlo.

- ¿Qué cambia el ser un partido a ciento ochenta minutos?

- La planificación, en sí, es como la de un partido de Liga. Dejamos un margen de adaptación al rival. En estos casos, cuando en teoría los rivales tienen un nivel más alto, les prestas más atención y los jugadores están con las orejas más tiesas, porque ante el desconocimiento hay una concentración mayor.

- Usted asegura no abrasar a los jugadores con vídeos. ¿Cómo están estudiando al rival?

- Nuestros vídeos suelen durar doce o quince minutos. En esta ocasión, algo más, porque al final hay más desconocimiento acerca del rival. Yo soy el que se come los partidos enteritos, para seccionar lo que más interesa, las faltas a gol, la salida al juego, que nos lo da el programa que tenemos. Eso lo hacemos Raúl y yo. A los jugadores se lo damos batido para que lo asimilen cuanto antes. Es una tortura ver un partido entero, como para hacérselo ver a un futbolista. No se lo hago a mis jugadores. Aunque lo ideal es ver los partidos in situ, porque aprecias el juego del balón y el de donde no está el balón.

- ¿Cómo llegan sus hombres a este 'play off'?

- Yo creo que bien, porque hemos tenido un par de semanas con algo de descanso. Han sido semanas más de recuperación y en ésta, sin meter una carga excesiva, sí que ha habido algo diferente, porque el rival es diferente también.

- ¿Se nota el cambio de 'chip'. ¿Hay más tensión, más ánimo, más responsabilidad?

- Yo estoy tan centrado en el análisis del rival que no he incidido en este aspecto. Pienso que en estos partidos el aspecto motivacional viene por sí mismo. Para un equipo de Primera cuando se enfrenta al Barcelona, no le hace falta motivar a los jugadores. No hay que tocar mucho la fibra porque está ahí. Trabajas para vivir momentos como éste. Y eso que no hemos conseguido todavía nada, porque todo se queda en nada si no consigues el ascenso. Es lo que pienso. Yo cuento mi verdad, que no es la absoluta o la que todo el mundo quiere oír, pero es la mía.

- Juegan contra un equipo que perdió el liderato en la última jornada. ¿Cómo lo asumen?

- Ha habido algo inusual en esta última jornada. Yo no recordaba que tres equipos que iban líderes en la última cita en tres grupos distintos, dependiendo de sí mismos, hubiesen perdido el liderato en el último suspiro. Pero no me preocupa mucho más, porque a mañana no ha llegado nadie. Vamos a centrarnos en lo que es y valorar al Villarreal en su justa medida y nosotros estar a una buena altura. Necesitamos la mejor versión de la UD Logroñés.

- ¿Están obsesionados los jugadores con mantener la portería a cero?

- Tiene mucha importancia. Si te hacen gol, tendrás que marcar uno más. Obsesionarse no es bueno para nada, ni para el trabajo. Y lo digo yo que me despierto a las cinco de la mañana y me pongo a ver un vídeo. El primero que no desconecta soy yo. No sé si me va a valer de mucho verles tanto o me voy a volver loco, pero busco que no se me escapen detalles. A ver cómo consigo desconectar, que me está resultando complicado esta semana.

- ¿Le ayuda saber que en los partidos difíciles, el equipo ha dado la talla?

- Hemos hecho de todo, pero a lo largo de la temporada es lo normal. Cada partido es diferente y yo estoy convencido de que vamos a competir bien. Los chavales están muy motivados, pero vamos a tener enfrente a un gran rival. Tenemos que saber jugar al límite de la presión y de la ilusión, que no se desborde el vaso, pero que no nos falte un dedo.

- ¿Le preocupa la falta de acierto ante la portería rival?

- Me preocupa todo. No cometer errores en defensa o perder balones en el centro del campo, porque el rival te lo castiga. Dentro del análisis del juego, la preocupación va en lo individual y en lo colectivo. Me preocupa que no marquemos a balón parado o que no generemos lo suficiente. Ser entrenador es vivir en una eterna preocupación, con mayor o menor presión. Y si no tienes presión, te la creas tú mismo. Es la labor de unos locos. El banquillo es una silla eléctrica, por eso no me siento nunca.

- ¿Qué le puede pedir a la afición?

- Nada, porque ya nos están dando todo lo que tienen y en ese aspecto me parece irrespetuoso pedir más. Yo lo que tengo que hacer es darle, y una forma es hacer un buen partido, meterle ritmo, hacerlo atractivo. No me gusta pedir sin dar. Yo soy generoso y doy lo que puedo. A ver si podemos ofrecer a la afición el máximo. Nuestra afición es ejemplar, ha venido a Tudela, a otros campos, y los que no han acudido es porque no han podido. Como los señores que vienen a ver los entrenamientos. Somos nosotros lo que tenemos que darles. A ver si les ofrecemos buen espectáculo.

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