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Luis Morán se hace con el balón en pugna con Campillo, entra en el área y acaba derribado. :: fernando díaz
«Nueve puntos es un buen colchón y depende de nosotros mantenerlo»

«Nueve puntos es un buen colchón y depende de nosotros mantenerlo»

Luis Morán celebra su primer gol con la UD Logroñés y analiza el momento del equipo y lo que le espera en las próximas ocho jornadas

José Martínez Glera

Lunes, 21 de marzo 2016, 16:57

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Enfilaba Luis Morán la recta hacia su décimo partido con la camiseta de la UD Logroñés sin disfrutar del sabor del gol. Los jugadores anteponen el bien colectivo al personal, pero el delantero quiere marcar. Y cuantos más goles, mejor. Es quien establece la cotización. El asturiano venía trabajando bien para el grupo pero le faltaba ese toque de distinción que da el gol. Lo consiguió. De penalti, sí, pero marcó. Es lo que cuenta. «Lo importante es que el balón entró», decía ayer.

«Fue un partido muy completo por nuestra parte. Sabíamos que llegaba el quinto clasificado y que de ganar se colocaba a tres puntos. Jugando en casa no lo podíamos permitir. Teníamos que salir a darlo todo y creo que la victoria fue justa. Personalmente, he tenido la fortuna de marcar, pero lo más importante es el triunfo y el trabajo que hicimos todos», decía ayer el gijonés después del entrenamiento matinal en el Mundial'82.

Ayer fue día de grupo. Entrenamiento de recuperación y ágape. Mejor imposible. El equipo se quitó el temor al fracaso después de la derrota en Mareo y el protagonista de este domingo, uno de ellos, lanzó muy lejos la mochila que cargaba a su espalda. «El que la sigue la consigue», afirmaba entre sonrisas cuando se refería al gol. «Es cierto que en otros partidos no había tenido la fortuna de marcar, pero no es cuestión de obsesionarse. Lo fundamental es el trabajo individual en beneficio del bloque», insistía antes de descartar que lanzara la pena máxima del miedo, la primera, la que le daba la opción a abrir su cuenta anotadora. «El portero adivina el lado, pero le pego fuerte y el balón sale bien. Entró, que es lo importante», añadía no sin dibujar sonrisas cómplices en algunos de sus compañeros.

Carlos Pouso hablaba al finalizar el partido de los murmullos que se generan en las gradas y que afectan a sus hombres. A Pouso no le gustan, pero en el fútbol conviven muchos mundos, dos muy claros y distantes: lo que se vive dentro del vestuario y lo que se vive fuera de él. «En el vestuario sabíamos que era un partido muy importante y que teníamos la oportunidad de pegar un golpe encima de la mesa. Cuando pierdes como lo hicimos en Gijón más de uno puede pensar que hay dudas, pero creo que dejamos claro que no es así», sentenciaba Morán.

Igual de contundente es cuando habla de las cuatro primeras plazas, Las cuentas más optimistas, presididas también por el deseo, afirman que los cuatro primeros a día de hoy jugarán la fase de ascenso. Nueve puntos separan al quinto, el Pontevedra. «Es pronto. Nosotros estuvimos cerca del Racing de Ferrol y se escapó. Ahora mismo cualquiera de los cuatro primeros puede tener una mala racha y un aspirante a esos puestos disfrutar de una buena y acercarse en la tabla. Hay que seguir y, además, como bloque, porque creo que como equipo lo estamos haciendo muy bien. El sábado teníamos que sacar nuestra personalidad y demostrar que queremos estar arriba. Lo hicimos y además pusimos intensidad, voluntad,. En la primera mitad hicimos un juego muy bueno, de un nivel alto tanto en combinaciones como en salidas rápidas al ataque. Creamos mucho fútbol. Tras el descanso y sobre todo a raíz del penalti, el partido cambia. Se vio reflejado en el marcador, pero también en el aspecto anímico porque una victoria por 3-0 eleva la moral de cualquiera. Nueve puntos es un buen colchón y depende de nosotros mantenerlo», apuntaba.

Esa victoria es historia. La plantilla comenzó ayer a planificar el partido del próximo jueves contra el Somozas. Quizá uno de los encuentros más importantes que restan es el que se vivirá en Tudela, pero Morán niega que alguien esté hablando sobre este rival. «De momento, hablamos del Somozas. Es un campo pequeño y hay que dejarse la piel allí. Ganar y luego disfrutar de unas buenas vacaciones. Cuando llegue el Tudelano ya tendremos tiempo de pensar en él», decía. Será el 8 de mayo, en la penúltima jornada. Quizá ya no sea importante ese compromiso.

Luis Morán define el campo del Somozas por sus pequeñas dimensiones. Rectángulos como ese dan más opciones a Carlos Fernández. Morán asume con naturalidad la competitiva dentro de la plantilla. «Estoy muy contento desde que llegué, porque el míster ha contado conmigo, pero no estoy yo solo. Todos entrenamos a diario para jugar los domingos, pero de la misma forma que quiero jugar yo quieren hacerlo mis compañeros. Me veo bien, aunque siempre se puede mejorar. Cuando llegué venía con problemas en la cabeza y después de un mes sin competir. Trabajo no va a faltar, pero no siempre puedes marcar. Que lo logras, perfecto, pero para mí también es muy importante que mis compañeros reconozcan mi trabajo. Sé que al delantero se le valora por goles, que son los que ganan partidos, dan puntos y títulos. Las estadísticas se miran, pero hay otras cosas del fútbol», concluía.

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