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La calculadora de Carlos Pouso echa humo

La calculadora de Carlos Pouso echa humo

Las cuentas del técnico vasco señalan que con 71 puntos se podría acabar líder, aunque depende del ritmo del Racing de Ferrol

Víctor Soto

Miércoles, 27 de enero 2016, 12:56

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Carlos Pouso es un técnico chapado a la antigua. No tanto por sus métodos sino por su sobriedad y su permanente vocación de mantener los pies en el suelo. Las cuentas claras y el chocolate espeso. Por eso, tras el encuentro ante el Coruxo, el entrenador hizo público los números con los que la Unión Deportiva Logroñés debe transitar por esta liga.

El motivo de esta explicación resulta claro: con la cifra de 45 puntos lograda, listón donde Pouso sitúa la permanencia, ahora es cuando se deben plantear otros objetivos. Porque la cabeza analítica del vasco funciona por objetivos. Primero, el equipo debía superar los 30 puntos tras la primera vuelta. Acabó con 33 y conquistó la más temprana de sus metas.

En O Vao llegó a los 45, tras una racha de cuatro triunfos consecutivos, y la permanencia es un hecho para los blanquirrojos. Otra página pasada y a pensar en el siguiente objetivo, que Pouso sitúa en los 58. No es una cifra baladí. Según su calculadora, con esos números se puede acceder a la Copa del Rey (se clasifican los cinco primeros de cada grupo, exceptuando los filiales y cuatro conjuntos más por puntuación), otra de las citas que el club marca en rojo en su calendario y que le ha dado un brillante lustre este año. Además, por supuesto, de una gran taquilla ante el Sevilla. A espera de lo que pueda pasar al final de la temporada, la Copa es una meta menor pero meta al fin y al cabo.

Y, en el horizonte lejano, está el propósito por el que se ha trabajado desde la pretemporada: la fase de ascenso. En este caso, los cálculos de Pouso son meridianamente claros. Con 65 puntos, se garantizaría esa cuarta posición. Por ejemplo, el pasado año fueron 66 los que llevaron a un 'play off' de infausto recuerdo ante el Huracán Valencia.

Pero la cuarta posición, aunque buena, no es la deseada. Las complicaciones para llegar a Segunda División, con tres eliminatorias y siempre ante equipos a priori superiores y con el factor cancha en contra, resultan extremas. Para sortearlas, el único remedio es sumar más y más. Acumular puntos en la buchaca. Y, en ese sentido, al parecer del técnico, cada dos unidades se traducen en un peldaño más. Así, llegar a la primera posición sería factible con 71 puntos, aunque el ritmo que el Racing de Ferrol está imprimiendo a la liga es tan elevado que parecen pocos.

Como ejemplo, el año pasado, el Oviedo lideró el Grupo I de Segunda B con 80 puntos, dejándose ir en las jornadas finales. En estas fechas, los ovetenses contaban con 50 puntos, cuatro más que los ferrolanos. Y en la pasada campaña, el Oviedo fue el mejor equipo de los cuatro grupos, aunque hace dos cursos el Albacete (Grupo IV) llegó a 82 puntos.

Una proyección optimista

Por ahora, la UDL persigue de cerca al Racing de Ferrol, pero aspira a superarlo. Y los guarismos en los que se maneja pueden ser su mejor valedor. Los 45 puntos logrados en las primeras 22 jornadas suponen que cada vez que salta a un campo, el conjunto blanquirrojo suma 2,04 puntos. La proyección, al final de la campaña, haría que los riojanos acaben la liga con 77,7 unidades, que les situarían muy cerca de la primera posición, ese regalo que premia a los campeones y que les hace enfrentarse a una eliminatoria a cara de perro con el 50% de posibilidades de llegar a la Liga Adelante. Además, habría margen de error en el caso de caer en esa ronda de los cuatro ganadores de grupo.

Pero todo, por el momento, son entelequias. Porque el fútbol no se lleva bien con las calculadoras, por mucho que las cifras sean el pilar sobre el que se fomentan los éxitos. Así que, de momento, la realidad pasa por prolongar la magnífica racha que se está viviendo.

El Racing de Santander ocupa ahora todos los pensamientos de la plantilla dirigida por Carlos Pouso. Los santanderinos llegarán a Las Gaunas con un pobre botín de cuatro puntos en los últimos tres choques, un bache que enmascara su potencial. Nadie se fía a estas alturas. Quedan 48 puntos en juego hasta el final de la campaña, un colchón más que suficiente para que los blanquirrojos puedan seguir soñando. Eso sí, como Pouso, siempre con los pies en el suelo.

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