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Victoria semántica
fútbol

Victoria semántica

Triunfo de mérito de la UD Logroñés ante un rival directo para recuperar las buenas sensaciones en Las Gaunas

Sergio Moreno Laya

Domingo, 6 de diciembre 2015, 16:41

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De significados viven los futbolistas. De significaciones viven los entrenadores. De gestos vive la grada. De resultados disfruta todo el mundo. La semántica se adhiere al fútbol para reconocer la verdadera importancia de una victoria, como la sumada por la UD Logroñés, que además de tres puntos muy importantes porque permiten distanciar mucho a un rival directo como el Guijuelo, ha significado la recuperación de unas sensaciones ya olvidadas porque septiembre parecía quedar ya muy lejos.

De Copa a Copa. De UCAM, en Las Gaunas, a Sevilla, en Logroño. Ése el tiempo que le ha costado a la UD Logroñés recuperar, en casa, ese impulso extraordinario, esa verticalidad con el balón, ese toque de fantasía en algunos momentos. Cuatro malos partidos en casa que conviene olvidar para centrarse en el choque ante el Guijuelo, una victoria semántica, con significado más allá de los puntos sumados.

La UD Logroñés recupera la segunda posición, la primera plaza de los equipos normales más allá de la exuberancia del Racing de Ferrol. Tres puntos más para dejar a siete al Guijuelo. Una victoria para poner un poco más de distancia con el equipo que ocupa la quinta posición, ahora a cuatro puntos ya. Una victoria semántica. Significa mandar un mensaje a la competencia: la UD Logroñés ha ganado a un rival directo y lo ha hecho convenciendo. Ha significado recuperar la confianza de los aficionados, que vieron ante el Guijuelo la versión mejorada de un equipo que así puede optar a todo, a ganar a cualquiera. Un triunfo semántico que pone fin a la relación copera para centrarse en la liga, donde está lo verdaderamente importante. Un día para poner de manifiesto que el equipo crece en función de situaciones que Carlos Pouso va puliendo poco a poco.

Respaldado por las rotaciones coperas, Adrián León se está situando en el lugar que más le beneficia, a él y al equipo, en el centro del campo. Las mismas rotaciones, según Pouso, que ha llevado a Jacobo Trigo al centro de la defensa, que por puntual no deja de ser curioso que lleve los dos últimos encuentros de liga jugando en el centro de la defensa. Cambios que están sentando, además, de maravilla al equipo. Tanto como ver la versión más eléctrica del Joel Valencia más pragmático para su equipo. Regatea como antes. Se muestra vertical, como antes. Hasta regresa al lugar de donde parte en sus jugadas, pero ya parece en la disposición de dar el balón en el momento adecuado. Lo hizo en Burgos en aquella contra para el golazo de Paredes, y lo repitió en una asistencia de auténtico príncipe de Ecuador. Y Pere Milla, que a falta de tener algo más de pausa, ante el Guijuelo logró ser ese futbolista vertical que ofrece soluciones de cara a gol. Recogió el cuero de Joel, se paró en el punto de penalti y raseó al palo para superar a Kike Royo, el meta riojano que le paró ante el que hubiera sido el primero. Porque tuvo la UD Logroñés diez minutos magníficos de juego.

Victoria semántica que pone de manifiesto que ante defensas generosas como la del Guijuelo, los riojanos se muestran incisivos y determinantes. Superó en todo a los chacineros. En nada se le puede poner un pero, salvo quizás en el hecho de que no logró hacer el segundo. Más allá de por poner tranquilidad en el marcador, por significarse ante los rivales con un triunfo rotundo ante un Guijuelo que parecía más fiero de lo que realmente demostró en Las Gaunas.

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