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Chevi controla el balón en el aire ante la mirada de dos jugadores del conjunto albivioleta en la tarde de ayer. :: henar sastre/el norte de castilla
La UD Logroñés respira profundo
VALLADOLID B, 0 - UD LOGROÑÉS, 1

La UD Logroñés respira profundo

El conjunto de Pouso supera a un filial del Valladolid que estaba invicto en su pésimo anexo

SERGIO MORENO

Sábado, 21 de noviembre 2015, 23:16

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Valladolid. La jungla es un pozo negro en el corazón de Castilla. Un lugar inhóspito, insólito para un equipo filial que pretende, como dicen, formar a jugadores para el primer equipo. Es un espacio yermo donde no crecen las sonrisas por jugar a fútbol. Es frío, áspero, seco, muerto. Es el anexo del José Zorrilla, un campo de no fútbol en el que debería estar prohibido jugar a eso, a fútbol. Por el bien de los muchachos, que son buenos, muy buenos, a pesar de su anexo al sueño del José Zorrilla de Segunda, grande, vivo, bello. Tan cerca está esta infrainstalación de la Primera División como lejano está este anexo de poder ser considerado un campo de fútbol. Se convierte en protagonista principal del suceso deportivo. Su presencia acongoja más que el rival. Quema los pies en silencio. Carga los gemelos al instante. Frota las rodillas al menor roce. Golpea las caderas continuamente. Duele en los riñones. Encoge el cuello y arruga los morros si le da por soplar al viento.

Ayer no fue así. Lució el sol a modo de escenario irreal ante la aspereza del anexo. Y si jugar un solo partido aquí tiene mérito, entrenar todos los días allí debería ser comprendido como un castigo impropio a unos jugadores que defienden los mismos colores que aquellos que les obligan a jugar allí. Y aquí, allí, en el pésimo anexo del José Zorrilla ganó la UD Logroñés.

Respira. 1,2,3. Exhala e inhala. 1,2,3. Las veces que haga falta hasta sentirse plenamente recuperado. Se encorva un poco, para sentir el aire en sus pulmones. Sin prisa, en silencio, recupera el aliento después de dos jornadas muy malas en Las Gaunas, donde la UD Logroñés perdió el aliento durante 180 minutos.

Pero en los pastos verdes de Galicia y en los secarrales mesetarios de Castilla, el equipo de Carlos Pouso ha encontrado un poco de aire fresco en forma de triunfos ante el Pontevedra y el Valladolid B -dos escenarios complicados- para mantener intactas sus opciones de seguir respirando desde lo más alto.

Respira la UD Logroñés para ganar tiempo y seguir así ajustando las dudas ofensiva de un equipo perfecto en defensa y mediocre en ataque. ambas cuestiones desde al aspecto colectivo de este juego. Ganó por la mínima a un filial vallisoletano defendido en la portería por un jugador juvenil que saltó de inicio con su hombro derecho muy maltrecho. Ganó la UD Logroñés por la mínima ante una defensa poco expeditiva, lenta, y con problemas para sacar el balón desde atrás.

Ganó la UD Logroñés por la mínima salvando los muebles en el último minuto tras un nuevo córner mal defendido que dejó otro balón, como contra el Somozas, muerto dentro del área pequeña, y solo Miguel Martínez logró despejar aun sin saber dónde se encontraba el esférico y el delantero que lo remató.

Ganó la UD Logroñés para volver a respirar, para recuperar sensaciones, para seguir trabajando en el aspecto ofensivo. Porque ayer se tuvieron cuatro ocasiones claras -cuatro veces más de las que ha tenido en sus dos últimos encuentros en Logroño- para haber cerrado el partido mucho antes. Tras acertar Carlos Fernández en el minuto 9 en una presión sobre el portero del juvenil, el delantero andaluz falló en el 10 un mano a mano claro, falló en el segundo tiempo un remate en absoluta soledad en el segundo palo y erró otro mano a mano contra Sergio que le vio la vaselina desde que se puso en marcha hacia su área.

Lo importante era ganar

Falló unas cuantas claras Carlos Fernández, y otra Jordan ya en el descuento al quedarse sin ángulo en línea de fondo tras driblar al meta local. Y nada más. No ofreció nada más en ataque la UD Logroñés. Aprovechó tres contras, dos errores del meta local y una buena acción de Titi para generar acciones en la portería contraria. En juego combinativo la UD Logroñés se inhibió por completo.

Ni era el campo ni el día ni el momento de la temporada para andar con florituras. Aprovechó una bien prontito para dotar de mayor sentido aún a la alineación en paralelo de Adrián León y Jacobo Trigo -de nuevo titular tras dos partidos en el banquillo-. Son cemento armado en la zona ancha, protegen su parcela y la de sus compañeros. Y serán espectaculares cuando ofrezcan soluciones a sus compañeros con el balón en sus pies. Hubo algún intento, aun sabiendo que no era ni el día, ni el campo, ni el momento de la temporada para ello.

Porque en la jungla ubicada en el pozo negro del anexo de Zorrilla, lo importante es ganar, sumar tres puntos, solventar dos malos partidos en Las Gaunas, seguir avanzando, respirar con alivio. Y así ser el primer equipo de este nuevo curso capaz de ganar a un Valladolid B que padece cada día el anexo de Zorrilla. Pobres muchachos.

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