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C. F. FERNANDO DÍAZ
Miércoles, 28 de enero 2015, 10:08
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Ayer fue el día de los momentos encontrados. Nadie esperaba que el buen juego del Zamora pudiera hacer tanto daño en el esquema blanquirrojo y que la remontada tuviera, después, lugar en tan sólo un minuto. Se pasó del sufrimiento al éxtasis en el mínimo lapso de tiempo que le costó a Titi marcar los dos goles que daban el triunfo a los riojanos.
El público estaba desolado al término de los primeros cuarenta y cinco minutos, después de ver cómo el equipo no era capaz de crear peligro ante el área visitante. Los silbidos comenzaron a hacerse oír mediado el primer periodo, porque los blanquirrojos eran incapaces de trenzar una jugada de calidad, y el Zamora se hacía con el control del partido. Sólo los cánticos del gol sur daban cierto protagonismo a los de Pouso, pero, el pensamiento estaba en negativo, porque no se apreciaba capacidad de reacción. Sin embargo, nada más comenzar el segundo periodo, el simple cambio de actitud en el equipo provocó que el aficionado, como es habitual, se fuera enganchando y aplaudiendo las jugadas de los blanquirrojos. Las palmas se hacían oír mucho más que antes y se percibía que algo bueno podía pasar.
Con los goles de Titi, varió el panorama y con la expulsión de Camochu, los aficionados ayudaron con sus ánimos a un equipo que aplicó la heroica para mantener el resultado. En la grada se respiraba una tensión que se descargó cuando Joel cedió a Alegre para que marcar el tercer y definitivo gol del encuentro. Ovación de la grada y de los jugadores al público.
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