Sergio saca del atasco a la UDL

Con todo ello, el partido de ayer no fue bueno. El Marino de Luanco dio más problemas de los que, en principio, se esperaban, y aprovechó el miedo escénico de los blanquirrojos, tras varios fallos ante la portería rival, para buscar la igualada, que bien pudo llegar en el tramo final. En esta ocasión, la defensa riojana tuvo la fortuna de su lado en una serie de rechaces en el área local y mantuvo el gol que campeaba en el marcador hasta el pitido final del colegiado.

El triunfo vino a ser balsámico, pero continúa dejando cierto poso de desconfianza tanto dentro del campo como en la grada. Al equipo se le nota un nerviosismo y una ansiedad que le hace bajar su rendimiento.

Penalti fallado

El fallo de Ubis en el penalti con que fue sancionado el equipo asturiano en el minuto once, al pararle Rafa Ponzo su lanzamiento, dejó tocado al equipo riojano en la seguridad que en esos primeros minutos había mostrado. Cualquier pequeño revés supone un problema para la serenidad y la autoconfianza de los blanquirrojos, que disminuyen sus prestaciones y empiezan a sufrir las acometidas del conjunto rival.

En este caso, era de un Marino de Luanco bien colocado en el césped, con Merino como referente en todas las acciones de ataque, y buscando a Fran Pastor o Imanol para intentar sorprender a la zaga riojana, que conjugaba la novedad de la dupla formada por Herreros y Rico en el centro y que, al final, salió bien parada de la prueba y reforzada en su capacidad para romper la llegada de los jugadores asturianos.

Rico pudo marcar en el minuto 18, pero Ponzo volvió a responder con otra buena intervención, y a la media hora, Ubis tenía otra ocasión tras prolongar Camochu de cabeza el centro de Gago desde la derecha. Salvó a Ponzo con un envío suave, tan suave que Merino controló junto a la línea de gol y evitó el tanto. No le salía nada al delantero logroñés, pero como siempre se entrega a tope, fue decisivo para que Ponzo le tuviera delante y no pudiera despejar bien el centro de Alegre. El balón llegó a Sergio, que lo colocó en el fondo de la red con un sutil y preciso disparo. No quedaba nada para el descanso y el conjunto riojano marcaba y se hacía con el mando del partido. Un duro golpe para los asturianos que habían sabido mantener a raya a los delanteros blanquirrojos.

Más ocasiones sin premio

En el segundo tiempo, el Marino quiso más el balón y se rezagó el conjunto blanquirrojo. Cada salida a la contra suponía una jugada en la que podía llegar el tanto de la tranquilidad, pero entre Camochu y Ubis no conseguían remachar los centros que les llegaban. Dos cabezazos seguidos de Camochu estuvieron cerca de conseguir ese tanto crucial, pero en uno remató fuera y en el otro. el meta rival se hizo con el esférico sin mayores complicaciones.

No llegaba el tanto, las contras cada vez morían antes a pies de los defensores rivales, con lo que sus nuevos ataques llevaban mayor peligro cerca del área local. La última ocasión clara para la UD Logroñés se forjó en un centro de Sergio desde la izquierda que remató Titi de cabeza... de nuevo a las manos de Rafa Ponzo.

Quedaban veinticinco minutos y los jugadores del Marino empezaron a dejarse ver con posibilidades de llegada al arco de un Miguel Martínez que apenas había tenido trabajo hasta ese momento. Tampoco es que tuviera que emplearse a fondo después porque sus defensores sacaban el balón fuera del área con cierta seguridad. Pero el temor a un fallo que desencadenase el empate, calaba en los jugadores y en el público. Y lo cierto es que el Marino, que tampoco es que hubiera merecido ese premio, lo tuvo en una serie de rechaces dentro del área blanquirroja, tras los que Dudi terminó lanzando fuera el balón. Fue su ocasión y no pudieron aprovecharla.

Y como el Murcia perdió en León y el Guijuelo ganó y mejoró la diferencia de goles de los blanquirrojos, la UD Logroñés se mantiene en la tercera posición de la tabla con tres sufridos puntos más.