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El Makelele de
los «15 pulmones»

El Makelele de los «15 pulmones»

Rechazado en su infancia por su escasa estatura, Kanté es la pieza fundamental de Francia, donde impresionan su físico y disciplina táctica

R. ERRASTI

MOSCÚ.

Domingo, 15 de julio 2018, 23:24

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«Es discreto, no le gusta hablar porque es tímido, pero en el campo corre por todos. Este tipo es uno de los jugadores más importantes de nuestro equipo. Es un animal, parece que hay cinco Kanté en el campo. Yo le llamo 'la policía', porque cuando un jugador quiere entrar en nuestra zona del medio le para. Tienes que tener tu pasaporte», dice en castellano y con un tono guasón el internacional Adil Rami, tras la victoria de Francia ante Uruguay.

Un día más ese chico que tuvo que superar muchas obstáculos en el fútbol por ser bajito (168 centímetros) fue el que más corrió de su equipo (10,47 kilómetros ante Uruguay), algo que ya no sorprende a nadie. Lo más importante de esa distancia es que todo lo hace por el equipo. N'Golo Kanté sostiene al grupo con su colocación y cuando recupera el balón lo entrega limpio. «Corre por todas partes, ¡Tiene 15 pulmones! Es impresionante jugar a su lado, te hace la vida más fácil porque es un fenómeno a nivel táctico», confiesa Paul Pogba, que junto a Kanté se siente liberado y protegido, pero sólo lo disfruta en la selección, ya que en la Premier debe enfrentarse a él.

No es el caso de Olivier Giroud, que desde enero también convive con él en el Chelsea. «A veces es como si jugáramos con doce, hace el trabajo de dos jugadores». En Inglaterra, donde Kanté consiguió dos títulos consecutivos con el Leicester, adonde llegó del Caen sin ser una petición expresa de Claudio Ranieri, y el Chelsea, hacen muchas bromas sobre la capacidad de ubicuidad de Kanté, de origen maliense y criado en las afueras de París. «El 71% de la tierra está cubierta por agua. El resto está cubierta por N'Golo Kanté», llegó a escribir Marcel Desailly haciéndose eco de una broma recurrente en Twitter. «No sé si tanto, pero la verdad es que su capacidad es increíble para el bien del equipo», reconocía César Azpilicueta tras la final de la FA Cup ganada antes del Mundial.

Trabajo táctico por el equipo

Ya en el torneo, Gary Lineker -ahora comentarista de televisión- bromeó en Twitter durante el Francia-Australia (2-1): «Está bien ver a los dos Kanté jugar tan bien». El asombro de los aficionados también lo tiene su entrenador, Didier Deschamps, que en su etapa como jugador actuaba en esa misma demarcación. «Tener a Kanté es jugar con 12. En su puesto es uno de los mejores del mundo, no hay duda de eso y tenemos la suerte de que es francés. Es, obviamente un jugador muy importante para nosotros, muy efectivo en su posición y además de eso, cuando pisa área tiene peligro. Es perfecto», reconoce un técnico que, debido a los jugadores que tiene en su equipo, ha pedido a N'Golo Kanté que sea como Claude Makelele. O una versión mejorada de él mismo cuando era capitán de Francia en el doblete histórico: contener, robar e iniciar el juego. Los tres, Makelele, Deschamps y Kanté, jugaron para el Chelsea.

El primero es el actual seleccionador, que sabe que Kanté, al que reclutó meses antes de la Eurocopa perdida con Portugal, le permite usar el 4-3-3, como ante Uruguay cuando tenía la baja de Matuidi, o el 4-2-3-1 con Giroud de referencia. Ante Argentina le encargó un cometido: cubrir a Messi. Y lo completó de manera precisa. «Nos adaptamos para neutralizarle y Kanté siempre estaba marcándole para evitar que recibiera el balón», detalló. Algo mismo logró con Betancur, al que Deschamps había alabado en la previa del duelo de Nizhny Nodgorov: 52 pases con un 85% de acierto y un remate completado. «Lo que le importa a N'Golo es hacer su papel y lo que aporta al equipo. Si no hay focos sobre él, eso no le afecta para estar tranquilo y feliz», explicó el técnico.

Se ruboriza al oír los comentarios de sus compañeros pero no puede evitar reírse, su gesto más habitual. «Lo ves en todas partes, de repente incluso sale del suelo. Es uno de los mejores medios del mundo. Es increíble su trabajo y los balones que recupera. No había jugado con un medio así», dice Lucas Hernández. «Le he visto incluso haciendo trampas en juegos de cartas. Sé que está viendo (la conferencia de prensa), así que se lo digo», dijo entre risas. «Es encantador, se enfada pocas veces y siempre tiene la misma cara, sonriendo. Pero sí, le he visto soltarse algún día», ironizó Samuel Umtiti cuando fue preguntado sobre su infatigable compañero, que porta el automóvil más modesto del parking de la ciudad deportiva del Chelsea en Cobham.

Kanté, de 27 años y 29 veces internacional, evita sacar pecho pero si se le pide mirar hacia atrás lo hace con cierto orgullo por todo lo conseguido. «Varios clubes profesionales (entre ellos Amiens, Le Mans, Rennes o Sochaux) me rechazaron sin darme razones (aunque el físico era el principal problema). Me decían que ya tenían jugadores como yo o simplemente no les gustaba lo que yo hacía. Entonces me repetí cada día: 'Si tiene que llegar, llegará'. Por eso ser MVP en un partido del Mundial es algo que aprecio, pero no es lo más importante».

Ahora recoge lo que sembró. «¡Es bajito, educado, frenó a Messi y dentro de poco estará en los Campos Elíseos, N'Golo Kanté!», dice una canción que le han creado los aficionados en Francia. Y está muy cerca de completar aquel sueño que tenía de niño cuando jugaba en el Suresnes, de la novena categoría del fútbol francés, que no se rompió ni por su falta de estatura.

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