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Los belgas celebran su clasificación ante la tristeza nipona. :: afp
Bélgica gana a sus fantasmas

Bélgica gana a sus fantasmas

El equipo de Roberto Martínez, que perdía por dos goles, se impuso a Japón con un tanto en el último minuto y jugará los cuartos ante Brasil

JACOBO CASTRO

Lunes, 9 de julio 2018, 23:27

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Bélgica venció a sus fantasmas y jugará los cuartos de final del Mundial ante Brasil. La selección de Roberto Martínez fue capaz de remontar un 2-0 tras un grandísimo inicio de los japoneses, que cayeron en el último minuto, aunque también pudieron llevarse en la recta final un encuentro absolutamente apasionante. Esta Bélgica no es igual que la de 2014 o 2016. Esta vez los inocentes no fueron los belgas, y lo demostraron en la última jugada. Tras una gran parada de Courtois a una falta de Honda, Bélgica montó una contra mortal a 20 segundos del final del partido, que acabó definiendo Chadli. Una remontada histórica, un gol que acababa con casi cuatro años de decepciones y que demostró que esta Bélgica de Roberto Martínez es cada vez más aspirante a llevarse la corona mundial en Rusia, aunque el siguiente escollo no será facil. Espera Brasil.

BÉLGICA

3

-

2

JAPÓN

  • Bélgica Courtois, Alderweireld, Kompany, Vertonghen, Meunier, Witsel, Carrasco (Chadli, min. 65), De Bruyne, Hazard, Mertens (Fellaini, min. 65) y Lukaku.

  • Japón Kawashima, Sakai, Nagatomo, Shoji, Yoshida, Haraguchi (Honda, min. 81), Hasebe, Inui, Kagawa, Shibasaki (Yamaguchi, min. 81) y Osako.

  • Goles 0-1: min. 48, Haraguchi. 0-2: min. 52, Inui. 1-2: min. 70; Vertonghen. 2-2: min. 75, Fellaini. 3-2: min. 94, Chadli.

  • Árbitro Malang Diedhiou (Senegal). Mostró tarjeta amarilla a Shibasaki.

De entrada, los equipos de Bélgica y Japón no se parecían en nada a la última imagen que se tenía de ellos. Roberto Martínez recuperó a todas las estrellas reservadas ante Inglaterra y se olvidó de los futbolistas que sacaron ese partido adelante, mientras que Akira Nishino volvió a apostar por su línea de ataque titular, con Kagawa, Inui y Osako y no quiso acordarse de los jugadores que protagonizaron el polémico encuentro ante Polonia.

Insistió en la previa el seleccionador japonés en que no estaba orgulloso de lo que había hecho su equipo ante los polacos, y en los primeros minutos los nipones parecieron dispuestos a mejorar. Presión alta, posesión de balón y la intención de frenar de cualquier manera los cracks belgas. Hazard y De Bruyne descubrieron en pocos minutos que si querían conducir el balón más allá de cinco metros iban a tener que sacarse de encima a dos o tres japoneses por el camino.

Las intenciones de Japón duraron poco. A partir del minuto 20 los belgas comenzaron a imponer su ritmo y la defensa asiática sólo podía achicar agua: si se encerraba, la bombardeaban desde fuera del área; si intentaba salir, cada balón a Lukaku mano a mano con los centrales era una pesadilla. Después de que varias ocasiones se fuesen al limbo, Bélgica pareció deprimirse. Los japoneses se palparon y vieron que estaban enteros, que habían sobrevivido al asedio. Sin arriesgar lo más mínimo, fueron haciéndose con el partido y sufriendo menos. Los belgas llegaban pero ya no agobiaban, y poco a poco los japoneses fueron acercándose al área. Al borde del descanso, un balón suelto en el área que rozó Osako y se le escurrió a Cortouis puso a prueba los corazones belgas y dejó claro que tras los primeros 45 minutos los asiáticos estaban en el partido.

Oro para Japón

Esa dinámica mostrada al final de la primera parte se tradujo en oro para Japón en el inicio de la segunda. Un balón largo para Haraguchi, previo fallo de Vertonghen, se convirtió en un mano a mano con Cortouis que el japonés definió al palo largo. El plan de Nishino había funcionado: estaban por delante. La reacción de Bélgica fue furiosa. Hazard remató al palo con violencia, como si estuviese enfadado por el error de su equipo. Se presumía un asalto mar-tierra-aire por parte de los belgas. Sólo se presumió. En otra jugada de ataque japonés, Inui, ante la pasividad de la defensa de Roberto Martínez, se sacó un derechazo que besó las mallas de la portería de Cortouis poniendo el 2-0.

Una vez más Bélgica se iba a quedar a medias. El recuerdo de Gales en 2016, rival inferior con el que perdió en la Eurocopa, atormentaba a los de Martínez, que salvo por un cabezazo de Lukaku eran incapaces de crear peligro.De la nada surgió el 1-2. Una jugada sin aparente peligro, un despeje más que remate, terminó por significar el gol de Vertonghen, que metía a su equipo en el encuentro. Minutos después, Fellaini, que había entrado por Mertens, cabeceaba el 2-2 y espantaba los fantasmas, hasta que Chadli culminó la remontada.

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