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Dani Ceballos celebra su primer gol con Asensio, Nacho e Isco. :: afp
El Real Madrid gana pero no  se rehabilita

El Real Madrid gana pero no se rehabilita

Los de Zidane sufren más de lo debido ante el Alavés, pero Ceballos y los postes salvan la victoria

ÓSCAR BELLOT

MADRID.

Domingo, 24 de septiembre 2017, 00:52

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Ni la visita al norte, donde ha vivido sus únicos días alegres en este comienzo de curso ni la presencia de un adversario que venía de firmar el peor comienzo de la historia de la Liga española sirvió al Real Madrid para rehabilitarse tras tres tropiezos consecutivos en el Santiago Bernabéu que le han puesto contra las cuerdas cuando apenas unas semanas atrás caminaba imperial con la conquista de las dos Supercopas. Al contrario, la escuadra de Zidane, pese a conseguir la victoria con más sufrimiento del esperado, ahondó en las miserias que le han aquejado en las últimas jornadas -insólita falta de puntería de sus habitualmente certeros futbolistas- y exhibió otras que no se le conocían, con un juego abúlico por momentos, nuevamente precipitado en otros y jalonado por cierta desidia, sobre todo en el segundo periodo, que permitió al Alavés soñar hasta el último instante con arañar sus primeros puntos de la temporada.

No lo hizo gracias a los postes, que por dos veces negaron el empate al cuadro babazorro, merecedor de más dada la anemia que padece, y al primer doblete en Primera de Ceballos, ejecutor en su estreno como titular blanco de un triunfo que sabe a muy poco en el peor partido del vigente campeón de Liga y Champions.

Acuciado por su situación en la tabla y el impecable arranque del Barça, cabía esperar un Real Madrid mandón desde el inicio. Sorprendió por ello que fuese el Alavés el que comenzase amenazando la meta de Keylor Navas. Pero fue Ceballos el que sí aprovechó su ocasión al recoger en el vértice del área un pase de Marco Asensio desde la izquierda que el utrerano, en su estreno como titular, embocó a la red con un disparo raso y ajustado al palo.

Los goles son el mejor bálsamo contra la depresión y a su caza fue una escuadra que vivía de continuo de las inmediaciones del área de Pacheco. Entrañan sin embargo este tipo de partidos el riesgo de que el pequeño se crezca a medida que el abrumador dominio no se traduce en tantos, a la vez que el grande se adormila y se entrega a la autocomplacencia. Sucedió cuando Burgui metió un balón al espacio que Munir recogió en el costado derecho y metió un preciso centro que aprovechó Manu García para inaugurar de cabeza la cuenta de goles del Alavés en esta campaña.

Un zarpazo que pudo dejar herido al equipo de Zidane de no haber pescado Ceballos un rechace de Pacheco tras centro de Carvajal que no pudo alcanzar Cristiano Ronaldo para volver a poner por delante a los blancos. En la segunda parte, el Alavés asedió al Madrid, que respiró al final con los tres puntos; no tanto su afición con el decepcionante desempeño de su equipo.

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