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Bale, con gesto de preocupación tras el segundo gol del Celta.

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Bale, con gesto de preocupación tras el segundo gol del Celta. Miguel Riopa (Afp)
Jornada 18

Bale no tapa las deficiencias del Real Madrid

El equipo de Zidane remontó gracias a dos goles del galés, pero el endeble y conformista conjunto blanco no fue capaz de controlar y se aleja aún más de la Liga

Amador Gómez

Madrid

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Domingo, 7 de enero 2018, 02:10

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Cuatro días después de echar su primer pulso a las altas esferas, durante una reunión el martes con Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, en la que Zinedine Zidane expresó al presidente y al director general del club su rechazo a fichar a Kepa en este mercado invernal, lo que conllevaría la marcha de Kiko Casilla, el técnico del Real Madrid insistió este sábado públicamente en su negativa a una inmediata contratación del joven guardameta del Athletic. «Como entrenador, ahora yo no necesito un portero. Luego, en junio, si hay cambios, si nos sentamos y hablamos, puede que haya posiciones en las que podamos fichar, porque son dos años en los que no ha venido ningún jugador (se olvidó de los fichajes de los últimos jóvenes en llegar), y a lo mejor llega un momento en que se puede discutir, pero hoy en día yo no veo eso. Igual que yo no hablo de los jugadores que no pertenecen al Real Madrid, respeto, sobre todo, a mis jugadores», proclamó con contundencia Zidane, cuya confianza es absoluta en Keylor Navas, por lo que si Kepa llega al club en enero, como se da por hecho, será suplente del costarricense.

En caso de que el Real Madrid no pagase en el actual período de fichajes la cláusula de Kepa y esperase a junio, cuando le saldría gratis, el club que preside Florentino Pérez se arriesgaría, ante el interés del París Saint-Germain, a quedarse sin el portero titular del Athletic y segundo guardameta de la selección española, por lo que el vigente campeón de Europa sigue dispuesto a abonar ya en LaLiga los 20 millones de la rescisión del cancerbero vizcaíno. A Zidane no le queda más remedio que asumir el fichaje mediada la presente temporada, pero el 'caso Kepa' se ha encargado de destapar las discrepancias entre el entrenador francés y Florentino Pérez, principal valedor de la contratación del todavía portero del Athletic. Su llegada llevaría emparejada la despedida de Kiko Casilla, cuando Zidane también se ha encargado de reiterar que no quiere ninguna salida en este mercado que se cerrará el 31 de enero.

«No quiero que salga nadie. Hasta el último día puede venir alguien, pero yo no quiero a nadie. Estoy contento con mi plantilla, incluso teniendo las dificultades que hemos tenido. El año pasado no había estas preguntas porque el Madrid estaba bien, jugaba bien. Al final resulta que cuando un equipo lo pasa de vez en cuando un poco mal parece que vamos a fichar. No, yo no soy de este tipo de entrenador», zanjó Zidane, después de que se anunciase que Kepa, que actualmente se encuentra lesionado y ya no tiene futuro en el Athletic, pasó el jueves reconocimiento médico con el Real Madrid y sigue contando los días para convertirse en nuevo guardameta blanco.

Aunque Zidane no sea partidario de incorporar ahora a Kepa, sino que desea esperar a junio, para el Real Madrid la incorporación del portero vizcaíno de 23 años debe llevarse a cabo ya y, de hecho, el club está terminando de perfilar los términos de su contrato, que vincularía al futbolista hasta 2023, con un sueldo de alrededor de tres millones de euros anuales netos. Mientras se espera la resolución del caso favorable al Real Madrid -que se reforzará con un gran portero de presente y de futuro- y del propio Kepa -cuya situación en Bilbao ya es insostenible-, que no se perderá el Mundial de Rusia con España aunque sea sólo el guardameta de la Copa, el partido de este domingo contra el Celta en Balaídos supondrá una nueva prueba para Keylor Navas, obligado a pasar un examen cada jornada.

Sin embargo, en esta ocasión Keylor Navas tendrá una defensa a priori más vulnerable como consecuencia de la baja de Sergio Ramos, que deberá estar alejado de los terrenos de juego entre dos y tres semanas por una lesión muscular en el sóleo de la pierna izquierda. «El jueves se resintió de unas molestias. Perdemos mucho, porque es nuestro líder y nuestro capitán», reconoció este sábado Zidane, obligado alinear como centrales a Nacho y Varane contra el equipo liderado por Iago Aspas.

Volvió Gareth Bale a ser titular en la Liga tres mes y medio después, para formar pareja de ataque con Cristiano Ronaldo, y el galés reapareció en el once e intentó propiciar la remontada del Real Madrid en sólo cuatro minutos, con un par de remates de auténtico 'killer', pero no fue posible la victoria blanca, porque el todavía campeón no está preparado física y psicológicamente para pelear por un título que ya puede dar por perdido. La notable actuación del galés no consiguió tapar las múltiples deficiencias de su equipo, un triste, endeble y conformista Real Madrid que, sin control ni intensidad en Balaídos, se alejó con merecimiento todavía más de la Liga.

Bale demostró de nuevo, y el caso es preocupante, que es el jugador más en forma del Real Madrid, que cuando peor lo estaba pasando contra el Celta se encargó de dar la vuelta al marcador y despertar en ese momento a los suyos, aunque este equipo blanco es una ruleta rusa, muy débil atrás, con una defensa sin Sergio Ramos ni Carvajal, un centro del campo sin juego ni capacidad de temple y, a veces, aunque en Balaídos no fue suficiente, letal arriba. En esta ocasión, el conformista Real Madrid sólo pudo presumir de la contundencia de un jugador que al menos en terreno del Celta demostró haber perdido el miedo a romperse y es ahora el futbolista más resolutivo del descontrolado conjunto de Zinedine Zidane.

Con el discutido Benzema lesionado y Cristiano Ronaldo muy alejado del área y desaparecido durante todo el partido, surgió la figura de Bale, para, tras asistencias de Kroos e Isco, acabar entonces de cuajo con la alegría que tan poco le duró al Celta cuando se adelantó en un contragolpe culminado por Wass tras un genial pase en largo de Iago Aspas. El teórico extremo izquierdo galés, en Balaídos el jugador más adelantado e incisivo del Real Madrid, resultó demoledor después de que el equipo blanco, tras sufrir un disparo al poste antes del cuarto de hora y llevarse un tanto pasada la media hora, fuese superado por un rival entregado siempre al sacrificio -al contrario que los blancos- que hizo padecer muchísimo a los de Zidane sin el balón. Así obtuvo el Celta el premio por el que luchó durante los 90 minutos.

Celta

Rubén, Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny, Wass (Jozabed, min. 91), Radoja (Lobotka, min. 73), Pablo Hernández, Pione Sisto (Emre Mor, min. 73), Iago Aspas y Maxi Gómez.

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Real Madrid

Keylor Navas, Achraf, Varane, Nacho, Marcelo, Modric (Lucas Vázquez, min. 76), Casemiro, Kroos, Isco (Kovacic, min. 76), Cristiano Ronaldo y Bale (Asensio, min. 84).

  • Árbitro: Jaime Latre (Aragonés). Señaló un claro penalti de Keylor Navas a Iago Aspas en el minuto 70 y mostró tarjetas amarillas a Casemiro, Hugo Mallo, Keylor Navas y Iago Aspas.

  • Goles: 1-0, min. 33. Wass. 1-1, min. 36. Bale. 1-2, min. 39: Bale. 2-2, min. 82: Maxi Gómez.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la 18ª jornada de Liga, disputado en el estadio de Balaídos. Unos 23.000 espectadores.

El Real Madrid ya salió mucho menos enchufado que el Celta, con un fútbol insulso, y con Isco muy atrás, sin poder recibir entre líneas, por lo que no creó nada de peligro hasta que apareció Bale para reivindicarse y reforzar su figura frente a Benzema. No marcaba un doblete ni perforaba la portería contraria en dos partidos seguidos el galés desde hace más de un año y lo consiguió en el momento más oportuno. Cuando los blancos estaban a merced del Celta, cuya euforia por el 1-0 hizo al conjunto de Unzué lanzarse arriba, y pagó con el empate la primera contra madridista resuelta con un disparo cruzado del galés con la zurda. Sólo tres minutos después Bale recibía en línea, casi en fuera de juego, y ejercía de nuevo como un verdadero delantero centro para en un abrir y cerrar de ojos los madridistas pasasen de la depresión a la esperanza que les da este futbolista cuyo físico y capacidad para jugar en cualquier posición permiten al Real Madrid pensar en que todo es posible en Europa, porque la Liga está ya perdida para los blancos.

Gareth Bale y Iago Aspas, que cada vez que coge el balón ilumina el ataque del Celta y hace temblar a los rivales, se erigieron casi desde el pitido inicial en los protagonistas de un duelo sin un dueño claro en el que el Madrid ofreció una pobre imagen, especialmente en defensa, como quedó reflejado, sobre todo, en el tanto que abrió el marcador, cuando, tras una pérdida de Cristiano Ronaldo, Marcelo y compañía dejaron solo a Wass para que el danés la picase ante Keylor Navas, enfrentado a otra prueba ante los insistentes rumores por el fichaje de Kepa. El costarricense al menos le paró un penalti a Iago Aspas que él mismo provocó al arrollar al delantero gallego.

Pese a haber conseguido lo que parecía más complicado, una remontada que no se podía intuir en el primer tiempo pero que llegó muy rápido merced a dos zarpazos del 'dragón' galés, el Real Madrid, tan intermitente y frágil él, no fue capaz de controlar en ningún momento para cerrar el encuentro. En la segunda parte el Celta volvió a ser superior y no dejó de intentarlo hasta el pitido final, en un choque totalmente roto, de ida y vuelta, del que esta vez el Madrid no salió triunfante porque está totalmente desconectado de la Liga.

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