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Jornada 22

La cabeza de Piqué agita Cornellá

Un gol del central, que hizo un gesto de silencio a una hinchada perica que volvió a insultarle, rescata al Barça y prolonga la racha culé sin perder ante un Espanyol que maniató a su vecino

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Domingo, 4 de febrero 2018

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El Barça vuelve a Cornellà-El Prat, el único estadio en el que ha perdido esta temporada sin contar aquella lejana Supercopa de España en agosto contra el Real Madrid. El 1-0 con el que le derrotó el Espanyol en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey penalizó poco al equipo azulgrana, que pudo remontar 2-0 en la vuelta en el Camp Nou, pero sí le obligó a un sobreesfuerzo físico que pasa factura en un inicio de año repleto de partidos. Y dejó además secuelas extradeportivas que vuelven a calentar el ambiente del derbi.

Gerard Piqué, insultado siempre en el estadio blanquiazul, incluso con referencias a su familia, hurgó en la vieja herida de un RCD Espanyol que tuvo que derribar en los 90 su mítico estadio de Sarrià para sobrevivir y que acabó construyendo un estadio moderno y coqueto en Cornellà, localidad limítrofe con Barcelona, tras vivir de alquiler muchos años en el Estadi Olímpic de Montjuïc. Decir y repetir «el Espanyol de Cornellà» es un dardo envenenado al sentimiento perico. Otra cosa es que esa expresión conlleve tintes xenófobos, como ha denunciado el Espanyol con un comunicado desproporcionado en el que incluyó a Sergio Busquets por decir que «ellos celebraron el triunfo de la ida como si ya hubiesen pasado ronda, pero en semifinales estamos nosotros». Quedó claro que la sensibilidad perica no admite ninguna referencia. Lograron que a Piqué y Busquets se les abriera expediente que el club azulgrana ya ha recurrido.

Los dos entrenadores, por lo menos, han transmitido cordura posando para la fotografía tradicional conjunta de las previas, un ritual que el pasado curso dejó de hacerse por la mala relación personal entre Luis Enrique y Quique Sánchez Flores. Esta temporada, en Liga, se ha recuperado con la llegada de Ernesto Valverde.

En rueda de prensa, Valverde confesó que le preocupa el desgaste de la ida de la semifinal de Copa ante el Valencia por haberse jugado el jueves por la noche. Se deduce que hará rotaciones, aunque controladas porque, pese a la ventaja que lleva el Barça en Liga a sus perseguidores, sigue priorizando el campeonato de la regularidad. Luis Suárez, que lleva ocho jornadas seguidas marcando, y Umtiti están apercibidos de sanción. Se han quedado fuera de la lista los lesionados Dembélé y Vermaelen, además de André Gomes, debilitado tras una gastroenteritis. En el Espanyol la gran novedad es Carlos 'La Roca' Sánchez, centrocampita colomabiano que llega cedido por la Fiorentina y podría debutar.

Desdramatizar

Valverde desdramatizó la cuestión ambiental. «Ya lo hemos visto en Madrid o en otros escenarios con mucha tensión. Al final se habla mucho pero la gente es más normal que todo eso», apuntó, centrándose en lo deportivo: «En absoluto será un partido duro. Lo será en cuanto a la dureza propia del derbi, no en cuanto a que haya dureza fuera de lo normal. Jugarán con determinación. Sobre todo en el inicio, hay que tener buena presencia en el campo, demostrar que queremos ganar. Ellos tienen jugadores de gran despliegue físico y nos van a obligar, pero estamos preparados». Y recordó que «la Liga no está sentenciada, estamos en medio de una semifinal de Copa, acercándonos a la Champions y en un momento en Liga en que sumar cuesta mucho. Hay que seguir».

Quique se agarró a la parte más emocional para motivar a sus jugadores: «Representamos un sentimiento y eso se tiene que notar. Pero pienso que hay que controlar las energías porque desgasta mucho jugar ante este tipo de rival. Las energías deben durar todo el partido y eso tiene que ser a base de inteligencia. Hay que ser fuerte emocionalmente y encontrar el equilibrio con inteligencia. Debemos estar guiados por el celebro y no sólo por el corazón». Y cree que el Espanyol puede volver a ganar: «No pensamos en otra cosa que no sea eso. Todos pensamos que es posible, no pienso en otra posibilidad. Ya le ganamos al Barça y en la cabeza no tenemos otra cosa».

Estaba claro que Gerard Piqué iba a ser el protagonista del derbi, con poco fútbol aunque emocionante y caliente, pero lo fue porque su cabezazo permitió al Barcelona rescatar un punto y seguir sin caer en esta Liga que lidera directamente al título. Todo lo que pasó después del gol no hará otra cosa que prolongar la tensión que vive parte de Cornellà con el central, al que volvió a insultar de manera grave una hinchada que parece haberse acostumbrado a usar un lenguaje despreciable, machista, homófobo para 'castigar' las actitudes del defensa azulgrana.

El 1-1 vino acompañado de un gesto de silencio (con gesto de cuernos en su mano) por parte de Piqué, al que después hizo una dura entrada Gerard Moreno. El '7' perico fue autor del gol inicial local y el que había defendido el origen barcelonés del histórico club blanquiazul. Su entrada fue tardía y provocó el primero de los tumultos con los que se cerró el derbi, que dejó más piques, nervios y tensión que fútbol. Se recordará por el nuevo gol de Piqué a sus vecinos, el sexto de carrera, el segundo de esta campaña y primero en Cornellà.

Por mucho que digan Valverde, Simeone, Zidane o Marcelino que la Liga no está sentenciada, todos tienen en la cabeza que está inclinada de manera casi definitiva para el Barcelona, que ya lleva 22 jornadas invicto. Por eso, 'Txingurri' pensó que era más inteligente guardar artillería para Mestalla, ante un Valencia que debía acudir al Wanda. Todo ello influyó para que rotasen Rakitic, Alba, Sergi Roberto y Messi. Lo del argentino es casi inaudito, porque siempre acostumbra a participar a no ser que un problema físico le condene. Iniesta volvió a ser titular por cuarto partido consecutivo para líder un once con Paulinho, Coutinho, Semedo, Digne y Alcácer en punta.

Era día para comprobar el crecimiento del liderazgo de Coutinho, en su vuelta al estadio en el que le vio por primera vez en España, ya que el club le fichó para tratar de minimizar riesgos el día que no esté Leo. Estuvo gris y algo espeso, como el resto de sus compañeros pero en pleno minuto 21, ese en el que se recuerda a Dani Jarque, el brasileño soltó un zapatazo con la derecha que se estrelló en la escuadra. Curiosamente, el brasileño es el único que ha marcado un tanto para el Espanyol en ese minuto tan simbólico y rozó repetir pero con la camiseta del eterno rival, pero le frenó la madera. 23 remates a los palos lleva en La Liga el equipo de Valverde, que ha encontrado en ese tiro de Coutinho otro recurso ante rivales bien colocados.

Espanyol

Diego López, Marc Navarro (Javi López, min. 76), Naldo, David López, Aarón, Víctor Sánchez, Darder, Jurado (Sergio García, min. 61), Granero, Gerard y Baptistao ('La Roca' Sánchez, min. 87).

1

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1

Barcelona

Ter Stegen, Semedo (Sergi Roberto, min. 59), Piqué, Umtiti, Digne (Alba, min. 75), Busquets, Paulinho, Iniesta, Coutinho, Alcácer (Messi, min. 59) y Luis Suárez.

  • Goles 1-0: min. 65, Gerard Moreno. 1-1: min. 82, Piqué.

  • Árbitro Gil Manzano (Comité Extremeño): Mostró amarilla a Busquets, Naldo, Umtiti -acarrea suspensión-, Marc Navarro, Sergio García, Gerard, Granero y Alba.

  • Incidencias Partido correspondiente a la 22ª jornada de Liga, disputado en RCDE Stadium Cornellà-El Prat ante 23.287 espectadores. Gerard Moreno y David López recibieron dos camisetas conmemorativa por sus 100 partidos en el club. La afición del Espanyol volvió a insultar a Gerard Piqué tras el 1-1.

El Espanyol quiso calcar el guión de la victoria copera: no encajar ante un rival dominador pero sin pegada y en un zaparzo golpear de manera definitoria. Tuvo por dos veces el 1-0 Baptistao, que genera mucho pero mantiene sus problemas de finalización. Primero con un potente disparo que casi se le escapa a Ter Stegen y después cuando cabeceó en el área pequeña un buen servicio desde la banda de Marc Navarro. Las llegadas al área del delantero perico despertaban al Espanyol.

Se fue una de las veces de Piqué, que le agarró del brazo y se jugó una clara amarilla e incluso un penalti. Al central, al que le estaban abucheando desde el primer balón, le debieron pitar los oídos con la indignación del público presente en Cornellà. Segundos después todos los pericos se volvieron locos pidiendo amarilla al '3' azulgrana, pero sólo consiguieron que la viera Naldo por su insistencia con las protestas.

Necesitaba el Barça una velocidad mayor, si bien es cierto que la lluvia, el césped y las zonas con charcos no ayudaban a ello. Nada más arrancar la segunda mitad hubo una acción polémica, ya que la pelota pareció que se le fue a Baptistao sobre la línea de fondo antes de asistir para que marcara a puerta vacía Gerard.

Puso Valverde a calentar a Messi, al que se le veía incómodo en el banquillo, y lo puso en la media hora final con Sergi Roberto. No se asustó para ese partido de media hora Quique Sánchez Flores, que rescató al eterno Sergio García para buscar el triunfo. Y 'Falete', como le canta su hinchada, fue clave. Un mal saque de puerta de Ter Stegen, controlado por Baptistao, llegó al costado para que el capitán pusiese una bola al área precisa a la cabeza de Gerard Moreno. Remachó desde cerca, tras ver cómo Piqué no era capaz de despejar el centro de manera acrobática.

Cornellà disfrutó con el gol y ver cercana la opción de volver a tumbar al eterno rival, que veía peligrar la opción de mejorar el récord sin perder de la era Guardiola. Pero entonces llegó esa acción a balón parado en la que Piqué marcó de cabeza y todo se descontroló un poco, como suele ser en un derbi, con patadas, piques, gestos y amagos de pelea bajo la lluvia. Tras otro derbi, la vida sigue igual.

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