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Morata celebra uno de sus goles al Granada. :: pepe marín / reuters
Un Real Madrid de gatillo rápido

Un Real Madrid de gatillo rápido

Especial incidencia en el raudo golpeo del rival por parte de los integrantes del plan B tiene Morata, que volvió a reivindicarse en Granada

ÓSCAR BELLOT

Lunes, 8 de mayo 2017, 00:47

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madrid. La goleada del Real Madrid en el Nuevo Los Cármenes volvió a avalar el buen hacer de los teóricos suplentes, a los que Zidane tiene «muy enchufados» y «con mucha confianza», según recalcó al término del encuentro Isco, el único junto a Nacho cuya titularidad el miércoles en el Vicente Calderón no sorprendería. Y ello pese a que el denominado plan B permite a la parroquia blanca disfrutar de los partidos de su equipo con una tranquilidad a que no acostumbra cuando están las primeras figuras. A los dos minutos James ya había batido a Ochoa, ocho después ponía el colombiano el segundo y cuando apenas se había rebasado la media hora, Morata, con su propio doblete, convertía en intrascendente la hora final. Nada nuevo bajo el sol. Ya había ocurrido antes y con los mismos vaqueros sobre el campo.

El adelanto de lo que estaba por venir se vio en Ipurua, donde una ofensiva capitaneada por Benzema pero completada por secundarios de lujo como Marco Asensio, Lucas Vázquez y James Rodríguez reventó por partida triple el muro armero antes del minuto 30. Un aldabonazo que tendría su continuación en Butarque, donde James abrió la lata en el 14 y Morata descerrajó doblemente el marco defendido por Herrerín entre el 17 y el 22, sentenciando a priori un choque que volvió a abrirse por mor de la relajación defensiva de la escuadra de Chamartín y que clausuró definitivamente el '21' en el 47. El show siguió en Riazor, estadio en el que Morata marcó territorio a los 52 segundos para que James se sumase doce minutos después. Únicamente el Sporting resistió el brío con que saltan al campo los meritorios de Zidane, retrasando la alegría de los blancos hasta que Isco ejecutó una de esas hazañas a que se abonan con asiduidad los intocables.

El guión, con estos últimos, suele ser muy diferente. La suya es una obra cuya intensidad dramática va 'in crescendo' hasta el clímax que suele llegar entre el minuto 80 y el 90. Así ocurrió, por ejemplo, en el Camp Nou, con Sergio Ramos firmando las tablas en el 89; o en el Estadio de La Cerámica, donde Bale, Cristiano y Morata voltearon a partir del minuto 63 el 2-0 que habían puesto Trigueros y Bakambu para el Villarreal. Cierto es que tanto el cuadro culé como el 'submarino amarillo' eran rivales de mucho mayor empaque que aquellos frente a los que enseña Zidane su fondo de armario, pero el plan A también condenó al sufrimiento a los madridistas ante adversarios de mucha menor enjundia como Las Palmas, que a punto estuvo de asaltar el Santiago Bernabéu de no mediar el arreón final de Cristiano Ronaldo, o el Betis, que obligó a Sergio Ramos a acudir otra vez al rescate.

Los partidos ante la escuadra canaria y la verdiblanca tuvieron en común la presencia en el once de Morata, secundado en ambos casos por una mayoría de titulares. El canterano se ha convertido, junto a Isco, en el hombre de moda del Real Madrid, pero luce su mejor versión cuando a su lado tiene a otros futbolistas que, como él, deben ganarse los minutos a pulso. Nadie lo está haciendo con tanta justificación como el ex de la Juventus que, cumplimentado su lucimiento frente al Granada, volvió mostrar su inconformismo por la situación que atraviesa. «Estoy jugando menos de lo que me esperaba», reconoció un delantero al que los números le dan la razón en su demanda de minutos.

Suma Morata 20 goles entre todas las competiciones, quince de ellos en Liga. Ha disputado 1.794 minutos, lo que significa que marca un tanto cada 89. Benzema acumula 17 dianas en 2.921 minutos, una cada 171. El francés precisa de 5,2 remates para perforar la portería rival; al madrileño le bastan 3,35 para lograr el mismo resultado. Unos registros, los del canterano, superiores también a los de Cristiano Ronaldo, quien marca cada 5,2 remates. El '21' no sólo vence en la comparación a sus compañeros, sino que también se impone a Messi en el ratio de goles por remate en Liga. El argentino necesita 3,48 disparos para anotar en esa competición, mientras que al madrileño le vale con 3,2.

Con los dos que le endosó al Granada, Morata alcanzó los quince goles en Liga, algo que no conseguía ningún futbolista español del Real Madrid desde que lo hiciera Raúl en la campaña 2008-2009. Y se le da especialmente bien amargarle el día al adversario lejos del Santiago Bernabéu, donde ha firmado nueve de esos tantos. Registros todos ellos que no garantizan su continuidad. Equipos como el Chelsea andan al acecho. Morata siempre quiso triunfar en casa, pero no está dispuesto a seguir siendo segundo plato.

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