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DAVID MOLDES
Domingo, 18 de septiembre 2016, 00:00
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Vigo. El Atlético de Madrid sumó su primera victoria después de imponer por un contundente 0-4 al Celta, en un partido en el que supo sufrir y trabajar en la primera parte y en el que se convirtió en una apisonadora en la segunda, muy superior a su rival a raíz del gol de Koke.
El choque se convirtió en una partida de ajedrez, con ambos equipos centrados en no descomponerse. Berizzo y Simeone tenían muy bien estudiado al rival. El Celta buscaba darle velocidad al juego; el Atlético se defendía con las líneas juntas y esperaba su oportunidad a balón parado o en una acción de contraataque.
Perdonó el equipo gallego y, como le había pasado el año pasado ante el Atlético, lo pagó, ya que en el arranque del segundo acto Koke lo golpeó tras un gran centro de Griezmann. Koke y Saúl empezaron a entrar más en juego y Griezmann y Carrasco, con espacios, se convirtieron en una pesadilla para la zaga.
El extremo belga, después de driblar a Sergio, reclamó un penalti en el minuto 60, que Latre no señaló. El Atlético ya era dominador absoluto. Gameiro, que acababa de entrar en el terreno de juego, pudo sentenciar pero su remate, a puerta vacía, se marchó fuera. Un error que enmendó poco después Griezmann con un espectacular cabezazo para terminar de tumbar al Celta, que acabaría por entregarse a su rival, que aún marcó dos goles más, otro de Griezmann y uno del argentino Ángel Correa.
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